Pandillas provocan segunda pelea entre la voca y la prepa en 1968

Excélsior daba cuenta de cómo los estudiantes se enfrentaron a golpes y pedradas, además de que los granaderos también participaron, para tratar de sofocar la riña. Foto: Archivo Excélsior

CIUDAD DE MÉXICO.

Con la idea de tomar la revancha de la agresión que a domicilio recibieron un día antes por parte de estudiantes de las vocacionales 2 y 5, alumnos de la escuela preparatoria particular Isaac Ochoterena —incorporada a la UNAM—, se apersonaron en la Vocacional 5 y la gresca se reavivó.

Un día antes, el 23 de julio de 1968, la pelea entre politécnicos y universitarios, históricamente marcada como el inicio del Movimiento Estudiantil, fue una noticia policiaca más. Los hechos publicados en la primera plana de Excélsior hoy hace 50 años muestra las características que alcanzó ese segundo round estudiantil. Los granaderos fueron los terceros en discordia. Y se constituyeron en punto clave del rumbo que tomó este episodio de la historia nacional.

Dos fotografías —una en donde se aprecia a decenas de jóvenes corriendo empujándose en una calle y otra donde aparecen en escena un grupo de granaderos replegando a estudiantes de la Vocacional 2 a su edificio—, coronan el título de la nota: “Zafarrancho al terciar la policía en un conflicto estudiantil”.

El título de esa información es elocuente. Define al sujeto del hecho y se complementa con el sumario de la información: “Gases, macanazos, pedradas y carreras en amplia zona de la colonia Juárez”.

La información publicada en Excélsior el 24 de julio de hace 50 años inicia así:

Un numeroso grupo de alumnos de las vocacionales 2 y 5 que se reunieron ayer en la Plaza de la Ciudadela para lanzar un ataque contra la preparatoria particular Isaac Ochoterena —con la que ya sostuvieron anteayer una riña a pedradas—, se enfrentaron a un batallón de granaderos que fue a dispersarlos para evitar la batalla estudiantil.

Hubo gases lacrimógenos y culatazos contra los estudiantes del Instituto Politécnico Nacional —cosa que niega la Jefatura de Policía; pero que afirman los estudiantes y sus profesores—, pero éstos la emprendieron a pedradas contra los granaderos”.

En el parte policiaco de la época se informó que en la refriega resultaron al menos 20 personas lesionadas, tanto de los politécnicos como de los universitarios; además de que también se mencionó que por los hechos 20 personas habían sido remitidas a la cárcel.

Durante más de una hora la Plaza de la Ciudadela y calles aledañas se convirtieron en un campo de batalla, lo que hizo que cundiera el pánico entre transeúntes y comerciantes de la zona”, dice la nota periodística del 24 de julio de hace 50 años y puntualiza:

Los alumnos de las vocacionales del Instituto Politécnico Nacional dijeron que ellos fueron agredidos sin motivo alguno por los granaderos, cuando se encontraban ordenadamente, fuera de sus respectivas escuelas”.

Cuauhtémoc García Ortega, que hace 50 años era presidente de la sociedad de alumnos de la preparatoria Ochoterena, confirmó a Excélsior que él y otros 50 de sus compañeros fueron ese día a la Vocacional 5 en busca de una venganza por la novatada del día anterior en su escuela.

En la información publicada en este diario está la versión que los estudiantes politécnicos dieron sobre los hechos. Dijeron que mientras estaban en clases conocieron versiones de que alumnos de la Ochoterena iban camino a las vocacionales para emprender a pedradas contra los politécnicos. Ante ello, los politécnicos se organizaron en grupos y se prepararon para recibir a los preparatorianos.

Fue entonces cuando aparecieron los granaderos que trataron de dispersar a los grupos, pero fueron recibidos a pedradas y tuvieron que usar gases lacrimógenos y las culatas de sus fusiles lanza-granadas”, se lee en la nota periodística de la época.

De acuerdo con el testimonio del director de la Vocacional 5, Antonio L. Ross, las fuerzas del orden habían golpeado a jovencitas ajenas al incidente entre los alumnos de las vocacionales y la prepa Ochoterena.

Esta versión concuerda en parte con lo dicho recientemente por García Ortega, sobre la golpiza que los granaderos le dieron a una joven dentro de la Vocacional 5, motivo por el cual la zacapela terminó. Que dijo fue conmocionada.

En un boletín de prensa, el general Luis Cueto Ramírez, jefe de la policía capitalina, negó que los granaderos hubieran agredido a algún estudiante y negó también que los uniformados hubieran usado lacrimógenos en contra de los muchachos”, así quedó registrado en la nota al día siguiente de los hechos.

En cambio, el jefe policiaco, quien después fue objeto del pliego petitorio para que renunciara a su cargo, afirmó que los estudiantes fueron los agresores, pues lapidaron una camioneta de la policía, a la que le rompieron los vidrios.

En este contexto, y a partir de una nota que envió a la redacción de Excélsior, el director de la Vocacional 2, el ingeniero Alberto Camberos López, es que se empezó a hacer popular la versión de que el pleito había sido entre las pandillas de Los ciudadelos y Los araños y que estos grupos eran los que había provocado el primer episodio de la gresca estudiantil un día atrás.

Camberos negó que los alumnos del plantea a su cargo hubieran participado en la gresca. “El lunes 22 del presente, jóvenes sin ocupación, llamados Los araños y Los ciudadelos sorprendieron y atacaron a alumnos de una escuela cercana a la Vocacional 2.

Hoy, día 23, estando los alumnos en clases, fueron lanzadas botellas y piedras a los salones de clases de esta escuela desde la callé Tolsá, por lo que varios estudiantes de la Vocacional 2 salieron a investigar quiénes habían lanzado los proyectiles”.

Camberos pidió públicamente la intervención de las autoridades para someter a Los ciudadelos y a Los araños, grupos que a partir de esta fecha y en el contexto del Movimiento Estudiantil de 1968 se convirtieron en una leyenda urbana, no obstante que sí existieron.

Estos grupos eran liderados por Mario Romero Ramírez, El Fish, y Santiago Alfonso Torres Saavedra, El Johnny, ambos identificados como porros. De hecho Saavedra tenía amenazado al director de la Vocacional 2, el ingeniero Camberos López. Por lo que se tiene sentido que el directivo estudiantil haya señalado a esas pandillas como los orquestadores de la gresca.

Sobre los hechos publicados hoy hace 50 años, Vicente Bárcena Salinas, estudiante de la Vocacional 5 en el momento de estos hechos y exagregado de prensa en la embajada de México en Colombia hasta hace dos años, comentó para Excélsior algunos recuerdos de su paso por la Voca 5 en 1968.

Mencionó cómo su amigo y vecino de la Unidad Independencia, Gabriel Beristáin, quien estaba con un enorme exjugador de futbol americano del Poli, Alfonso Chita Cabrera —primer coach del equipo de futbol americano Águilas Blanca hasta 1971 y quien murió en 2013—, fueron brutalmente golpeados por los granaderos en la puerta de la escuela.

El exfuncionario federal es de los que tiene el recuerdo de que el ataque de los alumnos de las vocacionales a la Ochoterena se debió a que en un camión, uno de los alumnos de la prepa privada piropeó a una joven de la Voca que se lo comentó a su novio y entonces fueron a vengar la afrenta.

Bárcena Salinas también recordó que ese episodio inicial del Movimiento Estudiantil de 1968, ocurrido en La Ciudadela, ahí estuvo y recibió algunos golpes Ernesto Zedillo Ponce de León; tres años después se sumó a las filas del PRI y entre 1994 y el 2000, 24 años después de esos hechos se convirtió en presidente de México.

Según Bárcena, después de que Zedillo resultó lesionado su padre lo llevó a Mexicali, por algún tiempo. Recordó que Zedillo era parte de una agrupación llamada Emiliano Zapata y que hace años se hizo pública una fotografía donde el joven Zedillo es acorralado y golpeado por elementos del cuerpo de granaderos en los hechos que se publicaron hoy hace 50 años.

La gresca se propagó por diferentes calles del centro de la Ciudad de México. Foto: Archivo Excélsior.

UNAM PRESENTA “TROZOS” DEL 68

POR LAURA TORIBIO

Como parte de la conmemoración por los 50 años del movimiento del 68, la Gaceta UNAM comenzó a publicar, a partir de ayer lunes, una serie de suplementos que pretenden recuperar “trozos de la memoria de lo acontecido durante esos días aciagos”.

Los suplementos correrán en paralelo a los sucesos de hace medio siglo.

En el primer suplemento de ayer lunes, la portada se titula “Enfrentamiento de estudiantes en La Ciudadela, y en interiores recuerda los sucesos que tuvieron lugar del 22 al 25 de julio.

En la plaza de La Ciudadela —el mismo lugar que 55 años antes se cubrió de cadáveres durante la llamada Decena Trágica—, en El Centro de la Ciudad de México, alumnos de la Preparatoria Isaac Ochoterena (incorporada a la UNAM) y de las vocacionales 2 y 5 del Instituto Politécnico Nacional (IPN) disputan un partido de futbol americano y, en un momento dado, azuzados por los miembros de dos pandillas, Las arañas y Los ciudadelos, escenifican una gresca”, señala la publicación en referencia al día 22 de julio de hace 50 años.

Respecto al día 23 habla de un nuevo choque estudiantil en el que los alumnos de la Isaac Ochoterena, en revancha, apedrean la Voca 2 y en respuesta, las vocas 2 y 5 marchan hasta aquella para ajustar cuentas con sus adversarios, en hechos en los que granaderos y la 19 compañía de policía intervienen.

Según declaraciones de los directores de la prepa Isaac Ochoterena y de las vocas 2 y 5, el zafarrancho fue la culminación de varios pleitos ocurridos entre los alumnos desde hacía más de un año.

Finalmente, refiere que para el día 24 la Facultad de Ciencias Políticas se declara en huelga por la agresión de la que fueron objeto los estudiantes de la Voca 5 por parte de los granaderos y para el 25 de julio, alumnos del IPN, encabezados por líderes de la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos, anuncian una marcha de protesta por la agresión.

También, más de 4 mil alumnos de prevocacionales, vocacionales, tecnológicos y escuelas superiores del Instituto Politécnico Nacional suspenden sus clases y efectúan un mitin en el Casco de Santo Tomás para protestar contra la agresión de que fueron objeto los estudiantes de la Voca 5 por parte de los granaderos.

Reciben el apoyo del Comité Ejecutivo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, la cual se declara en huelga.

Un voceador atestigua cómo granaderos detienen a uno de los protagonistas de la pelea. Foto: acervo histórico de EL UNIVERSAL

“LA GRESCA DURÓ MÁS DE TRES HORAS”

POR ÉRIKA DE LA LUZ

A 50 años de los acontecimientos, vecinos de zona refieren que la violencia del 23 de julio duró más de tres horas, desde la Ciudadela, Santo Domingo hasta llegar al Centro Histórico y se extendió a las calles de Bucareli, Versalles, Tres Guerras, Abraham González y Lucerna.

Por bastante tiempo no pudimos salir a la calle, sólo veíamos desde la azotea, en un cuarto que tenemos arriba, porque aventaban botellas, hasta petardos; se escuchaban gritos, aquí afuera de la calle, justo en la ventana golpearon a un muchacho.

—¿Cuánto tiempo duró el altercado?

—Pues como tres o hasta cuatro horas, fue bastante tiempo, hasta veíamos cómo los jalaban de los pelos; desde ese entonces sé por qué Dios no quiso que yo estudiara, narró Octavio, que en esa época tenía 17 años, pero trabajaba para mantener a su madre y hermanos menores.

Documentos de la Procuraduría General de la República, DFS 26-02-68 L54 H316-318, señalan que, además de las pandillas Los araños y Los ciudadelos, los porros Alfonso Torres Saavedra, El Johnny, Sergio Romero, El Fish, provocaron el enfrentamiento entre los estudiantes de ambas instituciones y después el enfrentamiento con los granaderos.

El documento expone que desde 1967 la función de El Fish era informar sobre lo que acontecía en el ambiente estudiantil, después trabajó como secretario particular de Alberto Lanz, jefe de la oficina de prensa y publicidad del Departamento del Distrito Federal, aunque en realidad dependía del teniente coronel Manuel Díaz Escobar, subdirector de servicios generales.

Las movilizaciones de estudiantes y cuerpos policiacos pusieron en jaque la zona centro de la ciudad. Foto: acervo histórico de EL UNIVERSAL