Por Paseo de la Reforma,
caminaba la calaca,
y al llegar a la calle de Niza,
se dio cuenta de que ya no estaba La Palma.
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Sorprendida por lo que vio,
preguntó lo sucedido,
unos dicen que fue una plaga,
otros aseguran que fue un descuido.
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Después de la sorpresa,
vio que a ese lugar llegó,
un gran Ahuehuete
que tampoco resistió.
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Y es que aunque con fiesta
fue recibido,
el estrés, el smog y el ruido,
condicionaron su destino.
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Por ello la huesuda
Se llevó al árbol al panteón
y es que esas ramas secas
dijo, ahí combinan con la decoración.
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