Elisa Lam: su horrible historia inspiró el último libro de Mariana Enríquez
"Un lugar soleado para gente sombría" rescata el espeluznante relato de una muerte sin explicación en un hotel que hospedó asesinos en serie

La misteriosa y trágica muerte de Elisa Lam en el infame Hotel Cecil de Los Ángeles ha sido desde 2013 un imán para las teorías de la conspiración de internet.
Los últimos vestigios de la chica fueron una huida desesperada por el corredor del hotel, una acalorada discusión con un ser al que solo ella veía y un manoteo desesperado, como quien intenta mantenerse a flote en un océano sin saber nadar. Un movimiento que se convertiría en un augurio de su horrible final.

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Un lugar soleado para gente sombría
Tan impactante fue esta historia real que incluso ha servido de inspiración para obras de ficción, como el cuento "Un lugar soleado para gente sombría", (Anagrama/2024) título que también da nombre al libro de Mariana Enríquez, la afamada autora de terror.
El relato imagina una sociedad de espiritistas intentando contactar con Elisa a través de sesiones frente al mismo contenedor de agua donde fue hallada.
Esta postal, ya de por sí sombría, se complementa con una sórdida sociedad norteamericana perdida entre la nostalgia de los años dorados del dólar y los callejones sin salida de las adicciones.
Los rincones de impotencia que describe Enríquez evocan a la historia de la chica que emprendió un viaje a Los Ángeles para nunca regresar a casa.

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¿Quién fue Elisa Lam?
Elisa Lam era una estudiante canadiense de 21 años que desapareció en 2013 mientras viajaba sola por Estados Unidos. Estudiaba en la Universidad de Columbia Británica, aunque no había tomado clases desde el verano de 2012.
Amistosa en apariencia, Elisa lidiaba internamente con problemas de salud mental, que a veces documentaba en sus blogs en línea, donde mencionó una "recaída" y la sensación de "perder el tiempo", según testimonios recabados en People.
Había sido diagnosticada con trastorno bipolar y tenía medicamentos recetados para su condición. Sin embargo, su familia reveló que Elisa tenía un historial de no tomar su medicación, lo que previamente le había provocado alucinaciones y delirios, requiriendo al menos una hospitalización.
Elisa Lam se encontraba en un viaje por la costa de California cuando se registró en el Hotel Cecil, ubicado en el centro de Los Ángeles, el 28 de enero de 2013.

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El Cecil no era un hotel cualquiera; situado cerca de Skid Row, tenía una reputación sombría, con un historial de suicidios, sobredosis, y la presencia de asesinos en serie como Richard Ramírez y Jack Unterweger. Luego de una historia manchada de sangre, el lugar en la actualidad cambió su nombre a Stay on Main Hotel.
Aunque algunos pisos eran para huéspedes como Elisa, otros funcionaban como alojamientos de corta o larga duración para personas sin hogar. La gerente del hotel en ese momento, Amy Price, reveló que vio 80 muertes durante sus 10 años allí, de acuerdo con BBC News.
Lam fue inicialmente asignada a una habitación compartida, pero su comportamiento disruptivo, como dejar notas a sus compañeras de habitación y encerrarlas fuera, llevó a que fuera trasladada a una habitación privada. Sin saberlo, entraba al abismo que la devoraría.
¿Cómo fueron los últimos momentos de Elisa Lam?
Elisa Lam fue vista por última vez el 31 de enero de 2013. Ese día, compró regalos para su familia en una librería cercana y fue descrita como "extrovertida, muy animada, muy amigable", según testimonios recabados en People.
Más tarde, fue vista deambulando por el hotel, incluso gritando "¡Estoy loca, pero también lo está Los Ángeles!", en el vestíbulo. Sus padres, acostumbrados a sus llamadas diarias, la reportaron como desaparecida al no tener noticias de ella.
La investigación inicial reveló que sus pertenencias, incluyendo su computadora, cartera y medicamentos, fueron encontradas en su habitación desordenada, pero sin signos de forcejeo.
Perros rastreadores la llevaron de su habitación en el quinto piso a una ventana que daba a una escalera de incendios.

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La pieza más desconcertante y viral del caso fue un video de vigilancia del ascensor publicado por la policía de Los Ángeles. Las imágenes, grabadas antes de su desaparición, mostraban a Elisa actuando de forma errática: presionaba múltiples botones, entraba y salía del ascensor, parecía hablar con alguien que no se veía y se escondía en una esquina como si la persiguieran.
El video generó un frenesí mediático y miles de teorías en internet, desde actividad sobrenatural hasta la implicación de terceros.
Finalmente, el 19 de febrero de 2013, 19 días después de su desaparición, el cuerpo de Elisa fue hallado en uno de los depósitos de agua en el tejado del hotel, según BBC.
Esto ocurrió después de que varios huéspedes se quejaran de baja presión y calidad del agua. Decían que el color era amarillento, con un espesor inusual y el olor era lo que podría calificarse como putrefacto. Un trabajador de mantenimiento, Santiago López, descubrió su cuerpo desnudo flotando dentro del tanque, con su ropa en el fondo.
El forense no encontró evidencia de lucha, lesiones o agresión sexual, y las pruebas toxicológicas no revelaron drogas ilícitas, como informó Los Angeles Times.
La muerte de Elisa Lam fue clasificada como un ahogamiento accidental, con el trastorno bipolar como un factor significativo.
Las pruebas toxicológicas mostraron niveles muy bajos de sus medicamentos para el trastorno bipolar en su sistema, a pesar de que tenía un gran número de píldoras en su posesión, lo que sugería que no los estaba tomando.
Los investigadores concluyeron que la joven probablemente sufrió un episodio psicótico, una manifestación grave del trastorno bipolar que puede distorsionar el pensamiento y la percepción de la realidad. La hermana de Elisa confirmó que su comportamiento en el video del ascensor era consistente con episodios anteriores de miedo y delirio, donde corría y se escondía.
Las autoridades creen que Elisa pudo haber accedido al tejado a través de la escalera de incendios, escalado hasta el tanque de agua y, una vez dentro, no pudo salir debido a la dificultad de la tarea por sí sola.
Se teoriza que intentó mantenerse a flote, incluso quitándose la ropa para no ser arrastrada, antes de sucumbir al ahogamiento. A pesar de esta conclusión oficial, la especulación sobre cómo terminó en el tanque de agua persiste.
El caso de Elisa Lam, lejos de ser un simple expediente policial, se erige como un complejo estudio de la condición humana en la era digital. Revela cómo una tragedia personal puede transformarse en un fenómeno global, alimentado por la fascinación pública, las redes sociales y la incansable búsqueda de respuestas, a menudo en el ámbito de lo extraordinario.
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