¿Quién fue Auguste Deter y qué relación tiene con el Alzheimer?

La enfermedad de Alzheimer es una de las condiciones neurodegenerativas más devastadoras. Esta compleja enfermedad, que destruye lentamente la memoria y las habilidades de pensamiento. 

Su historia tiene un punto de partida, una mujer cuyo caso sentó las bases para todo lo que se sabe en la actualidad.

La travesía para entender el Alzheimer inició hace más de un siglo con el caso de una mujer, Auguste Deter, la primera víctima de una sombra que se extendería en los cerebros de 60 millones de personas, según Secretaría de Salud (SSA).

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¿Quién fue Auguste Deter?

Auguste Deter fue una mujer nacida el 16 de mayo de 1850 en Kassel, Alemania, en el seno de una familia de clase trabajadora. A pesar de la pobreza, recibió una educación relativamente buena, de acuerdo con un artículo publicado en Dementia and Neurocognitive Disorders.

Desde los 14 años, trabajó como asistente de costurera. En 1873, a la edad de 23 años, se casó con Karl Deter y se mudó a Frankfurt, donde tuvieron una hija. En su hogar, tejió las experiencias con el cariño que tenía a su familia, sin saber que los olvidaría al envejecer.

Los indicios eran desconocidos en aquella época: desconocer quién fue su hija, tener problemas para narrar cómo conoció a su marido y las vivencias cargadas con un profundo amor que formaban parte de ella.

De forma paradójica, Auguste Deter sería recordada por ser la primera paciente de una enfermedad en la que olvidar es el destino. Su caso abrió las puertas al estudio del Alzheimer.

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¿Qué relación tiene Auguste Deter con el Alzheimer?

La relación de Auguste Deter con el Alzheimer es profunda. En marzo de 1901, a sus 50 o 51 años, Auguste comenzó a experimentar un conjunto de síntomas alarmantes: comportamientos incontrolables, delirios, una rápida pérdida de memoria, descuido en las tareas del hogar, problemas para cocinar, escribir y conversar, insomnio, desorientación y episodios de llanto, según el Alzheimer’s Therapeutic Research Institute.

El 25 de noviembre de 1901, Auguste fue ingresada en el hospital psiquiátrico de Frankfurt. Allí, su caso llamó la atención del doctor, Alois Alzheimer, un psiquiatra alemán que asumió su cuidado, como registra Alzheimer's Research UK.

El doctor Alzheimer documentó meticulosamente la historia clínica de Auguste, quien, a pesar de poder pronunciar su nombre, a menudo respondía con el de su marido. Tenía dificultades para reconocer objetos comunes, llegando a confundir la carne de cerdo con "espinacas".

Una frase recurrente en sus intentos por responder a las preguntas del doctor era: "Por así decirlo, me he perdido".

El doctor Alzheimer diagnosticó su condición como "demencia presenil". Para asegurar la observación continua, el doctor negoció con su esposo la posesión de todos sus registros médicos y su cerebro tras su fallecimiento, a lo que Karl accedió.

Después de la muerte de Auguste en 1906, el doctor Alzheimer examinó su cerebro. Descubrió acumulaciones anormales de proteínas, a las que llamó "placas", hoy conocidas como acumulaciones de una proteína llamada beta-amiloide que se forman en el cerebro y otros órganos.

Estos hallazgos microscópicos se convirtieron en las características distintivas de la enfermedad. El doctor Alzheimer presentó sus descubrimientos en 1906, y la enfermedad fue oficialmente nombrada en su honor por su colega, Emil Kraepelin, en 1910.

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¿Cómo murió Auguste Deter?

El estado de salud de Auguste Deter se deterioró rápidamente. Para 1905, su condición era muy grave; balbuceaba constantemente, era incapaz de levantarse de la cama por sí misma y no podía realizar ninguna actividad diaria regular. Había perdido por completo sus capacidades cognitivas.

Auguste Deter falleció el 8 de abril de 1906, a la edad de 55 años. La causa de su muerte fue una septicemia, una infección grave de la sangre, exacerbada por úlceras de decúbito (escaras) y neumonía.

Sus últimos meses y días estuvieron marcados por un profundo sufrimiento. Desde julio de 1905 hasta su muerte, estuvo completamente aturdida, en silencio, yacía en un lecho de orina y heces, perdiendo peso visiblemente.

Desarrolló úlceras, sufrió fiebre alta y estuvo muy agitada, con gritos ruidosos. Su caso ha sido descrito como un "síndrome de sufrimiento de Aminoff", un trastorno respiratorio común que afecta a los recién nacidos.

La historia de Auguste Deter y el doctor Alois Alzheimer es un recordatorio de cómo la curiosidad científica y la observación meticulosa pueden cambiar la comprensión del mundo.

Aunque la enfermedad de Alzheimer sigue siendo un desafío global, el legado de Auguste nos impulsa a seguir buscando nuevas formas de prevenir, diagnosticar y tratar esta compleja condición que un día llevó a una mujer a exclamar "me he perdido".