Cómo preparar atole de mandarina: el abrazo cálido del otoño en una taza
¿Buscas una bebida reconfortante? Prueba este atole de mandarina: cítrico, cremoso, lleno de sabor otoñal.

El atole de mandarina para el otoño es una receta caliente y reconfortante para la temporada, ¡y lo mejor es que es una preparación casera! Se trata de una de esas bebidas queridas que acompañan al anochecer y elevan el ánimo.
En México, al caer el día y refrescar el ambiente, las cocinas se perfuman con olores de canela, maíz y frutas que evocan la transición entre el calor del verano y el frío que llegará.
De acuerdo con el Diccionario Gastronómico de Larousse, el atole tiene raíces profundas en la gastronomía mexicana: originalmente era una cocción dulce de maíz que poco a poco integró otros ingredientes como frutas, cacao o especias para variar su sabor. Además, es valorada como alimento, fines medicinales, ceremoniales y rituales.
Entre las muchas versiones de atole, la de mandarina es un giro ingenioso y delicioso.
Aprovecha esa fruta cítrica que aún se consigue en mercados, y la une a la textura suave del atole para ofrecer algo cálido, alegre y diferente. Es ideal para quienes aman sabores frutales, pero buscan esa sensación de “abrazo caliente” que solo una buena bebida otoñal puede dar.

Cómo preparar atole de mandarina
Ingredientes:
- 2 tazas de jugo de mandarina fresco y colado
- 4 tazas de agua
- ½ taza de leche
- 2 cucharadas de fécula de maíz (maicena)
- ½ taza de azúcar (o al gusto; puede usarse piloncillo)
- Ralladura de 1 mandarina
- 1 rajita de canela
- Una pizca de bicarbonato (opcional)
Preparación:
- Exprime las mandarinas y cuela el jugo para eliminar semillas o pulpa gruesa. Reserva.
- En un recipiente aparte, mezcla la fécula de maíz con ½ taza del agua fría para lograr una En una olla mediana, pon el resto del agua (3½ tazas) y la canela al fuego medio; añade el azúcar (o piloncillo) y deja disolver bien.
- Si buscas suavizar la acidez del jugo, puedes agregar una pequeña pizca de bicarbonato (pero úsala con moderación).
- Cuando el agua esté caliente (pero sin llegar a hervir intensamente), añade poco a poco la mezcla de fécula mientras revuelves constantemente para evitar grumos.
- Una vez que la mezcla empiece a espesar ligeramente, baja el fuego y agrega el jugo de mandarina de forma gradual, mezclando con cuchara de madera o batidor suave.
- Añade leche para darle cremosidad, hazlo lentamente y con el fuego bajito, moviendo para que no se corte.
- Deja que la mezcla se cocine a fuego suave entre 10 y 15 minutos, removiendo constantemente hasta que espese al punto de “atole” (es decir, textura cremosa y ligeramente densa).
- Retira la canela; prueba y ajusta azúcar o acidez si es necesario.
- Sirve el atole de mandarina caliente en tazas y, si quieres, decora con ralladura de mandarina o una ramita de canela.

Ingredientes para aromatizar el atole de mandarina:
- Vainilla
- Cardamomo
- Flor de azahar
- Jengibre rallado
Alimentos para acompañar el atole:
Tamales (dulces o salados), pan dulce, conchas, bolillos ligeramente untados con mantequilla o fruta en conserva.

¿Por qué la mandarina es la fruta del otoño?
La mandarina es una de las frutas más representativas del otoño e invierno en muchos países, especialmente en México. Su temporada alta comienza en octubre y se extiende hasta enero, lo que la convierte en una opción accesible, económica y con mejor sabor durante estos meses.
Esta fruta no solo es refrescante y dulce, también está cargada de vitamina C, antioxidantes y compuestos naturales que ayudan a fortalecer el sistema inmune justo cuando el clima empieza a cambiar.
Su sabor cítrico combina muy bien con preparaciones dulces y calientes como el atole, ya que contrasta con el almidón de la fécula o masa y realza la experiencia en boca. Además, su jugo fresco tiene una acidez moderada, lo cual permite jugar con otros ingredientes sin que resulte demasiado invasiva como el limón o toronja.
Incorporar frutas de temporada no solo mejora el sabor y la calidad del platillo, también tiene beneficios ecológicos y económicos. Al consumir productos locales y de estación, se reduce el impacto ambiental y se apoya la economía regional.
En este caso, la mandarina no solo aporta un aroma y color vibrante al atole, sino que lo transforma en una bebida con sentido de pertenencia estacional, perfecta para celebrar las tardes otoñales en casa.
El atole de mandarina es un clásico del otoño que no te puedes perder, ¡aprovecha que es una bebida reconfortante!
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