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Nacional

“Recuperaré mi vida”; urge a regular venta de ácido

María Elena Ríos afirma que todavía no está bien, pero trata de ser fuerte porque confía en que algo mejor viene para ella; lamenta que las indagatorias contra su agresor sean tan lentas

Jorge Gutiérrez Chamorro/ Enviado | 22-04-2021
María Elena Ríos asevera que la relación con el saxofón a veces es contradictoria.

UAJUAPAN DE LEÓN, Oax.

A 5 meses de cumplirse 2 años del ataque con ácido que sufrió, la saxofinista oaxaqueña María Elena Ríos platicó para Excélsior desde el lugar que la vio nacer en Huajuapan de León, Oaxaca. 

 “Tengo que ser fuerte porque estoy viviendo, me da gusto vivir bien y trato de echarle ganas todo el tiempo. Que ahorita te diga las cosas en un tono muy diferente a como me entrevistaste hace un año; no quiere decir que estoy bien, porque no estoy bien, si estuviera bien me quitaría este cubrebocas, me quitaría esta gorra y dejaría de ocultar un rostro, pero tengo un rostro que me avergüenza, no tendría porque avergonzarme por qué yo no me eché el ácido, pero sí estamos en una sociedad en donde estas situaciones, estos hechos que te hicieron, pues te da pena salir a como eras antes, porque este rostro no es el mío, esta piel no es la mía”.

Malena reconoció que por el ataque en su contra  a manos de Rucibel “H” y su padre Ponciano “H”, quien murió hace unas semanas de un infarto en el penal de Tanivet, en los Valles Centrales de Oaxaca,  por el cual recibieron 30 mil pesos del exdiputado del PRI, Juan Antonio “N”, quien tiene aún pendientes con las autoridades.

“Este proceso sabía que iba a ser complicado, pero no tenía idea de que fuera tan lento; esto es sinónimo de revictimización hacia mi persona.”

La joven de 28 años tiene miedo de que uno de los coautores materiales de la agresión en su contra, Juan Vera Hernández, hijo de Juan Antonio “N”, atente contra su familia, pues  se encuentra en libertad.

 “Una persona que tiene ese tipo de ideas que con todo el fuero sigue libre, le puede hacer daño a cualquier otra persona, desafortunadamente, yo hace unas semanas lo vi con mis propios ojos y las personas que iban conmigo no pudieron hacer absolutamente nada y es donde yo me pregunto ¿por qué?, se supone que esta persona está siendo buscada, pues que tiene también la ficha roja en la Interpol y que no la puedan detener se me hace un poco injusto.”

Lamentó que en México no exista alguna legislación que regule la venta del ácido.

“¿Cuándo habrá una ley que de verdad proteja a las mujeres de los ataques con ácido? Desafortunadamente, en México se cuida más la petición de hacer un sello a alguna institución porque es un delito federal, cuidar los gastos de campañas electorales, aprobar drogas, otras cosas que no son esenciales para protegernos de la privación o del daño de nuestras vidas, no existe una ley que regule, por lo menos, la venta del ácido, tú puedes ir a la tlapalería cualquiera y puedes pedir, uno dos, tres litros de ácido si quieres.”

Uno de los lugares favoritos de Malena es un jardín que visita cuando viaja a su pueblo donde jugó de niña; contó que en ese lugar pasó horas practicando con su saxofón.

 “Para mí representa un lugar de sanación, volver era mi lugar favorito donde de niña venía a jugar, venía a esconderme en los árboles, a subirme en alguno de ellos y lo primero que hice después de un año es llegar a este mismo lugar y abrazar este mismo árbol porque sentí que me iba a sanar, que necesitaba contarles qué me había pasado y que eso me iba ayudar a volver, regresar al lugar en donde fue tu infancia es volver y yo sólo quería volver a restablecerme de esta terrible agresión que me dejó en cama varios meses.”

Excélsior conoció uno de los lugares que inspiran a Male parar tocar el saxofón; se trata de un lugar donde un río corre  en medio de una zona rocosa en Huajuapan de León. 

Pero las circunstancias a las que la enfrentó la vida la alejaron de la música.

“El instrumento es un vínculo y vivir de manera feliz y libre en un principio yo sentí que fue mi maldición; después cuando estuve en el hospital era lo que más quería, lo que más necesitaba era volver a tocar. Lo hice nuevamente, fue muy efímera la felicidad porque tras un proceso largo, cansado, un desgaste o heridas físicas también hay heridas emocionales muy difíciles de subsanar.”

 “Ahorita siento que no es un vínculo importante para mí, quizá porque no tengo ganas.”

Una de las pasiones es dibujar, entre sus obras se encuentra una pintura de ella junto a sus padres, quienes la han apoyado desde que fue violentada.

 “Hay momentos en los que prefiero hacer un dibujo que tocar mi instrumento, tan así es el schok que sigo sufriendo con este vínculo y actualmente no tengo pensado, hay veces que me preguntan cómo va el saxofón; yo pues cómo va pues no estudio no le encuentro sentido no sé y no le he encontrado qué realmente le dé sentido a mi vida.”

A pesar de contar con una carrera en Comunicación Social en Puebla, desea retomar sus estudios.

 “En algún momento me gustaría seguirme superando profesionalmente; estamos en un mundo de total cambio, cada minuto, y lo que menos nos queda es seguir aprendiendo del cambio…”

Espera que en su caso y el de muchas mujeres que son agredidas encuentren justicia en México.

 “En México desafortunadamente las víctimas vivimos con la incertidumbre de que con nuestros agresores siguen libres y sobre todo no te repartan el daño, el hecho del que fui víctima fue un hecho que me arrebató toda la vida que indudablemente la voy a recuperar y que como ahora nos por dónde empezar para comenzar de nuevo porque las cosas que me gustaba hacer, aunque aquí tenga ganas de hacerla, afuera nos las puedo realizar…”

 “…Yo lo que les diría es, mujer, no te rindas sé fuerte porque algo mejor viene para ti…”

 

 

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