CIUDAD DE MÉXICO.
A inicios de 2020, el combate por la Casa Blanca parecía claro. Por un lado, el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, propinaba una serie de golpes al entonces precandidato demócrata Joe Biden, mientras éste, por otro lado, luchaba por la elección interna.
El republicano echaba mano de todos los medios disponibles para ganar el voto que lo podría llevar a la reelección, pero el 15 de enero su estrategia electoral debió dar un giro inesperado. El primer caso sospechoso de covid-19 se confirmó en el país norteamericano.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) informaron que un hombre de 35 años, proveniente de Wuhan, China, y quien llegó al aeropuerto internacional de Seattle, padecía covid-19.
A partir de ese momento la campaña que realizaba Trump fue blanco de críticas por el manejo de la crisis sanitaria.
Tras ser confirmado como candidato demócrata, Biden empleó la gestión que el gobierno hacía en materia de salud como su arma más fuerte.
El tema número uno de los demócratas fue el manejo de Trump sobre el coronavirus y si Biden gana, ese manejo sería el motivo principal de su victoria”, afirmó en conferencia de prensa virtual Félix Boni, director general de Análisis HR Analitics.
Entre enero y febrero, todo indicaba que Trump iba a ganar, pero ahora, si pierde, la razón será el manejo de la crisis”, que hasta ahora ha dejado más de 228 mil muertos y nueve millones casos confirmados en ese país, el más afectado del mundo.
El 2 de octubre, un escéptico presidente, que rehusaba usar cubrebocas, dio positivo al virus, golpeando los mercados financieros y desestabilizando el escenario electoral. Trump debió poner una breve pausa a sus mítines, mientras Biden usó eso para reforzar su mensaje.
¿Cómo va a proteger al país, si ni siquiera puede protegerse a sí mismo?”, lanzó el expresidente Barack Obama en un evento a favor de Biden y su compañera de fórmula, Kamala Harris.
La convalecencia del mandatario dio paso a que autoridades electorales determinaran que el segundo debate fuera en formato virtual, algo que el republicano rechazó.
A los diez días de cuarentena, el presidente retomó sus eventos con público y lanzó nuevos ataques contra su rival.
Los contrastantes mítines de ambos, uno frente a cientos de simpatizantes y otro eligiendo actos a bordo de automóviles como medida de prevención de contagios, dio un nuevo motivo para los votantes.
Todas las encuestas favorecen al demócrata, pero el Colegio Electoral marcará la diferencia y, sin duda, el coronavirus será el tema que defina al ganador el próximo 3 de noviembre, agregó Boni.
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