Pastelería El Globo, la historia del lugar tradicional para comprar pan en México
Descubre la historia de la Pastelería El Globo, un ícono tradicional donde generaciones de mexicanos han comprado pan dulce desde hace más de un siglo.

Para la gastronomía mexicana el comer pan es un acto común, no importa de qué parte de la república seas, el día, el clima o la hora. Los establecimientos que ofrecen estos alimentos siguen creciendo, pero hay algunos como la pastelería El Globo, que han sabido cómo mantenerse por décadas.
Historia de la Pastelería El Globo
La historia de Pastelería El Globo se remonta al año 1884, cuando dos inmigrantes italianos, los hermanos Tenconi, fundaron esta emblemática pastelería en el Centro Histórico de la Ciudad de México. En un inicio colaboraron con Giovanni Laposse, un francés experto en la repostería.
Inspirados por la tradición repostera europea, particularmente la francesa, abrieron un pequeño local entre las calles de Madero e Isabel la Católica, con el objetivo de ofrecer productos horneados de alta calidad al estilo europeo.
Su propuesta pronto se convirtió en un referente para la clase media y alta de la época, quienes buscaban sabores sofisticados y elaboración artesanal. Desde sus primeros días, El Globo destacó por su atención al detalle y la calidad de sus ingredientes.
Los hermanos Tenconi empleaban recetas tradicionales europeas, con mantequilla, harinas refinadas y procesos minuciosos. El aroma a pan recién horneado y la elegancia del lugar atrajeron a una clientela fiel. Poco a poco, la pastelería se posicionó como sinónimo de buen gusto, celebraciones familiares y momentos especiales.

¿Por qué El Globo se volvió un clásico en México?
El Globo se consolidó como una institución dentro de la vida cotidiana mexicana gracias a varios factores clave. Uno de los más importantes fue su presencia constante en fechas significativas como el Día de Reyes, Navidad, el Día de las Madres o los tradicionales cumpleaños.
Desde 1918 y hasta 1923, las puertas de la pastelería se mantuvieron cerradas, esto debido a la revolución mexicana. Y en su reapertura abrieron detrás del Palacio de Bellas Artes, manteniendo una ubicación céntrica.
Las familias mexicanas encontraban en El Globo una opción confiable y deliciosa para sus celebraciones. La Rosca de Reyes, el Pan de Muerto y los pasteles personalizados se volvieron productos icónicos para estas fechas.
También ayudó su catálogo variado y constante innovación. Panes como el chocolatín, el cuernito de mantequilla, las conchas, los garibaldis y las donas glaseadas se convirtieron en los favoritos de chicos y grandes.
Además, los pasteles de moka, fresa con crema, tres leches o zanahoria se volvieron imprescindibles en las reuniones familiares y oficinas.
El Globo no solo vendía pan y pasteles, vendía una experiencia ligada a la nostalgia. Muchas personas crecieron comiendo una concha con leche por las tardes o celebrando su cumpleaños con un pastel de la tienda. Esa asociación emocional con la marca fue clave para que El Globo se volviera parte del imaginario colectivo mexicano.
A lo largo de las décadas, Pastelería El Globo ha sabido adaptarse a los cambios del mercado sin perder su esencia. En 2005, el Grupo Bimbo adquirió la marca y comenzó un proceso de modernización que incluyó la actualización de sus instalaciones, la estandarización de sus procesos y la expansión a nuevos puntos del país.

Con la adquisición de Bimbo, El Globo ganó una nueva fuerza logística y de distribución, lo que permitió llevar sus productos a más ciudades de la República Mexicana. Surgieron sucursales en centros comerciales, zonas residenciales y avenidas principales, siempre conservando la atmósfera elegante y el diseño clásico que la distingue.
Al mismo tiempo, la marca diversificó su oferta. Introdujo opciones más contemporáneas como postres individuales, opciones integrales, cafés gourmet y bebidas frías. En muchas sucursales, ahora es posible sentarse a disfrutar de un café con pan en un ambiente tranquilo y sofisticado. Esta transformación ha permitido atraer a nuevas generaciones sin alienar a sus clientes tradicionales.
Otro aspecto clave de su evolución fue la mejora en el servicio al cliente, incorporando pedidos en línea, entregas a domicilio y estrategias de marketing digital. Con ello, El Globo se mantiene vigente en una era cada vez más digital y competitiva, sin sacrificar la calidad y el sabor que la caracterizan.
En ciudades grandes como la Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey o Puebla, El Globo es una referencia cotidiana. La facilidad para encontrar una sucursal ha contribuido a que sus productos estén disponibles en diversos contextos, desde reuniones de oficina hasta desayunos en familia.
A lo largo del tiempo, Pastelería El Globo ha logrado algo que pocas marcas mexicanas consiguen: ser percibida como parte del tejido social, cultural y afectivo del país. Ha mantenido viva la tradición del pan dulce mexicano, mientras evoluciona para satisfacer las exigencias del consumidor actual.

¿Qué venden en la pastelería El Globo?
A lo largo de su historia, El Globo ha posicionado varios productos como verdaderos clásicos. Entre ellos destacan:
- Pastel de moka: uno de los más icónicos de la marca, con su característico sabor a café y betún suave.
- Rosca de Reyes: elaborada con mantequilla, rellenos de nata o chocolate y decoraciones vistosas.
- Pan de muerto: esponjoso, aromático y decorado con "huesitos", disponible cada octubre.
- Cuernito de mantequilla: crujiente por fuera, suave por dentro, ideal para acompañar un café.
- Conchas de vainilla y chocolate: clásicas y siempre frescas, un imperdible del desayuno mexicano.
- Garibaldis: pequeños bizcochos cubiertos de mermelada y chochitos de colores, favoritos de muchos.
- Pastel de tres leches: suave, jugoso y decorado con frutas frescas, ideal para celebraciones.
Estos productos no solo destacan por su sabor, sino también por su constancia y calidad, que han sido clave para conservar la confianza del consumidor durante tantas décadas. Además, tienen una línea de pan dulce tradicional, pan salado, bebidas frías y calientes, pasteles helados, pasteles, repostería, gelatinas y bocadillos salados.

Hoy en día la pastelería tiene más de 279 puntos de venta y está presente en al menos 21 ciudades de todo el país. La pastelería El Globo es mucho más que una cadena de pastelerías. Es un símbolo de la tradición mexicana que ha acompañado a miles de familias en momentos cotidianos y celebraciones importantes.
Desde su origen en 1884 hasta su modernización actual, El Globo ha sabido mantener viva la esencia del pan y la repostería artesanal, adaptándose a los cambios sin perder su sabor característico. Su historia es también la historia de una parte entrañable de la cultura popular mexicana.
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