MG HS Trophy, sabe lo que tiene

Con fuertes argumentos, el SUV de MG buscará abrirse paso en un mercado con rivales duros de pelar

Fotos: Salomón Ramírez

CIUDAD DE MÉXICO.

Desde hace algunos meses, existía la especulación de que la firma automotriz MG (Morris Garage) desembar­caría en nuestro territorio y no fue sino hasta finales de octubre que lo hizo de ma­nera oficial, con un atractivo portafolio de tres produc­tos, el cual crecerá durante el próximo año, y con el so­porte del gigante chino SAIC, quien compró esta legenda­ria marca en 2007.

Uno de sus vehículos llegó a la redacción de Atracción, el MG HS con el acabado Trophy, el más equipado de la gama y el cual, de primera mano, su diseño llamó nues­tra atención. Frente a noso­tros tenemos un SUV de 4.57 metros de largo, 1.87 de an­cho y 1.68 de alto, cuyos de­talles resaltan gracias al color rojo que viste su carrocería.

En la parte frontal es inevitable encontrar algunos rasgos de diseño que de in­mediato nos remiten a una Mazda CX-5, uno de sus riva­les en nuestro mercado, so­bre todo por la geometría de la parrilla, aunque en el mo­delo chino, la línea inferior de esta parte es más plana, mientras que los faros LED se perciben más grandes.

 

 

Sin embargo, más allá de ciertas similitudes que en­contramos con otros mo­delos del mercado, MG consiguió un buen resulta­do. En las vistas laterales en­contramos líneas de carácter redondeadas, sobre todo en las zonas de las salpicade­ras, que le dan un toque ele­gante, que hacen juego con los rines de aluminio de 18 pulgadas, mientras que en la parte trasera, tanto el discre­to alerón en la parte superior de la cajuela, el difusor in­ferior y las salidas doble del escape le aportan un aspecto deportivo.

Al abrir la puerta izquier­da para acomodarnos en el asiento del conductor, de in­mediato se percibe una at­mósfera de materiales de buena calidad y ensambles a la vista y al tacto, que por momentos aspira a lo pre­mium, con algunas insercio­nes que simulan aluminio cepillado, así como una sen­sación marcada de mucho espacio en el habitáculo y una postura de manejo más que perfecta.

El volante está achatado en la parte inferior y el gro­sor del aro permite una su­jeción firme, y por detrás de él se encuentra una pantalla de 12.3 pulgadas para el pa­nel de instrumentos. Al cen­tro del tablero y en posición flotante, se ubica la pantalla táctil y a color de 10.1 pulga­das, la cual ofrece conectivi­dad Apple CarPlay y Android Auto.

 

 

EN MARCHA

Obviamente, y con la inten­ción de conocerlo a fondo y poner a prueba sus cua­lidades dinámicas pusimos manos a la obra y trazamos una ruta de manejo en di­rección hacia el Ajusco, so­bre una carretera secundaria que, por sus condiciones, curvas de todo tipo, ascen­sos y descensos, resulta una de nuestras pistas de prueba favoritas y en la que más de un auto ha sacado las tripas o nos ha sorprendido por su comportamiento, y todo apunta a que, teóricamente, con la MG HS la balanza se inclinará por lo segundo.

Para ello, bajo el cofre de la MG HS Trophy se en­cuentra un motor de cuatro cilindros de 2.0 litros turbo­cargado, el cual genera 226 caballos de fuerza y 266 li­bras-pie de torque a las cua­tro ruedas, pasando por una transmisión automática de doble embrague y seis velo­cidades (la variante de entra­da equipa un motor L4 turbo de 1.5 litros de 160 hp).

Tras presionar el pedal del acelerador, el retraso del turbo para llenar de aire los pulmones de la nueva MG HS es muy marcado, y el ascen­so de la aguja del cuentarre­voluciones hasta superar las dos mil rpm es lento, sin em­bargo, una vez que supera este régimen, el motor cam­bia de carácter a uno más explosivo y contundente, y rápidamente comienzas a ganar velocidad, un ejercicio que se repite cuando suel­tas el acelerador y vuelves a presionarlo.

 

 

La transmisión merece punto y aparte. Cuando lees que esta camioneta equipa una caja automática de do­ble embrague, de inmedia­to sabes que será un buen complemento para este pro­pulsor, sobre todo cuando tienes el sabor de los trenes motrices que recurren a esta fórmula, como los modelos del Grupo Volkswagen, sin embargo, parece que a este modelo le queda chica, pues la ejecución de los cambios es lenta y que su matrimo­nio con el bloque no es el adecuado.

Inclusive por momentos nos da la impresión de que no sabe qué hacer con toda la fuerza que le manda el propulsor, y no le queda más que mantenerlo acelerado.

Todo lo anterior se corri­ge adecuadamente cuando mantienes la cordura sobre el pedal del acelerador, o cuando permanece el motor trabajando en la zona alta del cuentarrevoluciones, lo cual puede llegar a desesperar si buscas llevar al límite un ma­nejo deportivo.

 

 

Por lo demás, la puesta a punto del resto del conjunto es digno de aplaudir.

Primero debemos resal­tar que la dirección transmite mucha solidez y resulta muy precisa en los cambios brus­cos de dirección, mientras que el esquema de suspen­sión está calibrado para lidiar con mucha calidad con los baches del asfalto y al mis­mo tiempo para contener el balanceo excesivo de la ca­rrocería al enfrentar curvas rápidas.

 

 

El aplomo y equilibrio también sorprenden, y resul­tan fácil de enlazar todas las curvas que se presentan en nuestra trayectoria. En cuan­to a los frenos, la respues­ta es sólida y contundente, y vaya que los castigamos en los descensos pronunciados de esta ruta que elegimos. En general es un vehículo con una manufactura de calidad, y, una vez que se solucione la puesta a punto de la trans­misión, sería un contendien­te muy serio a considerar de cara a uno de los segmentos más competidos en nuestro mercado.

La nueva MG HS está dis­ponible en nuestro mercado en dos versiones: HS Exci­te ($488,900) y HS Trophy ($549,900).

 

 

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