Diferencias entre el jamón serrano y prosciutto
Descubre en qué se diferencian el jamón serrano y prosciutto: su origen, cómo se elaboran, sus sabores y consejos para elegir el mejor.

El jamón serrano y el prosciutto son dos embutidos curados muy parecidos que se elaboran con la pierna trasera del cerdo. Ambos se preparan con sal, tiempo y aire, pero las diferencias de clima, tradición y método de curado hacen que cada uno tenga su propio sabor y textura.
Conoce las principales diferencias entre el jamón serrano y prosciutto, una comparación clara y con base en fuentes confiables sobre su historia, elaboración y usos en la cocina.
¿Qué es el jamón serrano?
El jamón serrano se produce en España, sobre todo en zonas de sierra o montaña, donde el aire frío ayuda a curar la carne de forma natural. El nombre “serrano” viene justamente de la palabra “sierra”.
Aunque no hay una sola denominación de origen, existen diferentes categorías según el tiempo de curación, como Reserva o Gran Reserva.

¿Qué es el prosciutto?
El prosciutto es el jamón curado típico de Italia. Las versiones más famosas son el Prosciutto di Parma y el Prosciutto di San Daniele, que tienen denominaciones de origen protegidas.
Estas normas regulan todo el proceso, desde el tipo de cerdo hasta el tiempo mínimo de maduración, para asegurar calidad y sabor.

Diferencias y similitudes entre el jamón serrano y prosciutto
El prosciutto tiene reglas muy estrictas que garantizan un producto uniforme, mientras que el jamón serrano agrupa distintos estilos según la región y el productor.
- Lo que comparten: tanto el jamón serrano como el prosciutto se preparan de forma similar: se cubre la pierna con sal para eliminar la humedad y luego se deja secar durante varios meses. La sal y el tiempo son los ingredientes principales que conservan la carne y desarrollan su sabor.
- Tiempo de curado: el Prosciutto di Parma debe curarse al menos 14 meses, según las normas italianas más recientes, mientras que el jamón serrano suele madurar entre 9 y 18 meses, dependiendo de la categoría y el productor.
- Ingredientes: los prosciuttos con denominación de origen solo usan sal, sin aditivos. En cambio, algunos jamones serranos industriales pueden incluir otros conservadores, aunque los artesanales siguen el método tradicional.
- Condiciones del ambiente: en Italia, los prosciuttos se curan en zonas con humedad moderada y temperaturas suaves, lo que da una textura más tierna. En España, el clima de montaña (más seco y frío) produce un jamón con textura firme y sabor más intenso.
- Sabor y textura: el jamón serrano tiene una textura más firme y seca, con un sabor salado e intenso. Es ideal para tapas, bocadillos, tortillas o platos calientes donde se busca un toque fuerte y sabroso.
- El prosciutto, en cambio, es más suave y delicado. Su grasa se derrite fácilmente al contacto con la boca, lo que le da una sensación más cremosa. Su sabor es dulce y suave, con notas que recuerdan a frutos secos. Se disfruta mejor en lonchas finas, acompañado de melón, pan, queso o vino blanco.
Ambos se comen en lonchas delgadas, como aperitivo o en tablas de charcutería. También se combinan con vinos, frutas o quesos. La principal diferencia está en su carácter: el jamón serrano es más fuerte y el prosciutto más delicado.

Tips para disfrutar el prosciutto y jamón serrano
- Para poder elegir cualquiera de los dos, es necesario revisar siempre la etiqueta, en el caso del prosciutto, busca el sello DOP (Denominazione di Origine Protetta), y en el jamón serrano, las categorías de curación o la región de origen.
- Prefiere piezas con grasa de color blanco o crema, y carne de tono uniforme.
- El prosciutto se disfruta más en lonchas muy finas, casi transparentes.
- El jamón serrano puede cortarse un poco más grueso, sobre todo si se usa en platos cocinados. Si lo cortas a mano, utiliza un cuchillo largo y flexible para mantener la textura.
- Guarda el jamón en un lugar fresco y seco. Si ya está abierto, cúbrelo con plástico o con un paño limpio para evitar que se reseque.
- Los jamones envasados al vacío deben mantenerse refrigerados y consumirse en pocos días una vez abiertos.

Aunque el jamón serrano y el prosciutto usan el mismo ingrediente principal, su entorno y método de preparación los hacen únicos. Ambos son símbolos de sus respectivas culturas y reflejan siglos de conocimiento y tradición gastronómica.
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