Cuando Isabel II visitó Guanajuato… subió a El Pípila, comió pipián y acogió a un perro callejero

Uno de los destinos mexicanos que visitó la Reina Isabel II fue Guanajuato. Su majestad no solamente visitó el Teatro Juárez y subió el Cerro de San Miguel para admirar la estatua monumental de El Pípila, sino que también recibió a un perrito callejero que buscó refugio a sus pies, tras espantarse con el sonido de los cohetes que celebraban la presencia de la Reina de Inglaterra.

Elizabeth Alexandra Mary Windsor, conocida con cariño como ‘Lilibet’, llegó a Guanajuato en tren.

El 24 de febrero de 1975 llegó a nuestro país, acompañada de su esposo el príncipe Felipe de Edimburgo. Ya habían visitado Cozumel y la Ciudad de México.

De acuerdo con el cronista de la ciudad de Guanajuato, José Eduardo Vidáurri Aréchiga, el ferrocarril que trasladó a la pareja real de la Ciudad de México a Guanajuato estaba listo desde el 19 de febrero. Se trataba de un tren que funcionaba desde 1935.

El vagón 3517, de nombre ‘Presidente Carranza’, en donde viajaron los monarcas, contaba con un salón comedor y hasta una estancia para ver el televisor a color. Los muebles eran de latón dorado y madera, tapizados de cuero café y pana verde, incluso estaba equipado con tres recámaras con baño.

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De esta forma la Reina de Inglaterra viajó de forma confortable la noche del 25 de febrero, partiendo de Buenavista a las 23:50 horas. A una velocidad promedio de 60 kilómetros por hora, el tren llegó puntual a Guanajuato a las 10 de la mañana, a la Estación de Ferrocarriles Nacionales de México en el Barrio Tepetapa, a unos metros del Panteón de Santa Paula, en donde se encuentra el Museo de las Momias, el cual su majestad no visitó.

Según el cronista de la ciudad, poco antes de llegar a Guanajuato y durante su trayecto en el tren, la pareja real desayunó fruta fresca y huevos revueltos con tocino. 

Pero como detalle importante, la misma Isabel II solicitó que fueran niños de los Scouts de México, quienes conformaran la valla de honor, para custodiar su paso, porque el Escultismo nació precisamente en Inglaterra, fundado por Lord Baden Powell.

Cabe decir que el mismo cronista José Eduardo Vidáurri, era Lobato y participó de esa recepción en donde participaron alrededor de 20 mil personas, no solamente cuevanenses, sino incluso de otras partes del país y del mundo.

La Reina y el Príncipe fueron recibidos por el entonces gobernador de Guanajuato, Luis H. Ducoing Gamba y su esposa la señora Martha Alicia Nieto de Ducoing.

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Primeramente la comitiva ascendió al Cerro de San Miguel, en donde se alza una estatua monumental de El Pípila. Desde las alturas, la Reina Isabel II observó el panorama de la ciudad minera, mientras las campanas de sus iglesias repicaban, al tiempo en que tocó la Banda de Música del Estado, se liberaron palomas y se elevaron globos celebrando la visita de su majestad.

El cronista de la ciudad de Guanajuato también refiere que la reina viajó de pie a bordo de un automóvil Dodge Mónaco y descapotado. Admiró la Subterránea para llegar al Centro de la ciudad, a fin de conocer el Teatro Juárez.

La gente se había volcado en aplausos y porras para Isabel II, ondeando banderas de Reino Unido y de México. La fiesta era general en una población en donde siempre hay celebraciones.

Entre las columnas de la entrada al inmueble, la Reina de Inglaterra, su esposo y el gobernador de Guanajuato, fueron recibidos por el maestro Isauro Rionda, que entonces era el director de Cultura Popular del Gobierno del estado.

José Eduardo Vidáurri refiere que ya instalados en el Palco de Honor, la Reina observó el recinto y le dijo al gobernador Ducoing: “…esto es una maravilla…”.

Después, en la Alhóndiga de Granaditas, y tras firmar el libro de visitantes distinguidos, Isabel II platicó con el artista José Chávez Morado. El muralista le mostró el histórico edificio, en donde se registró uno de los episodios más representativos de la Independencia de México.

Acto seguido y recibida por el Rector Eugenio Trueba Olivares, la mandataria británica admiró las escalinatas de la Universidad de Guanajuato. Jóvenes de la Estudiantina de la Universidad y otra de la Rondalla Santa Fe cantaron y tocaron para ella, que no ocultaba su felicidad.

La multitud le gritaba, aplaudía y hasta chiflaba, incluso lanzaban cohetes que tronaban en el cielo, lo que ocasionó una de las anécdotas más curiosas de la visita, ya que ante el ruido, un perro callejero huyendo despavorido, encontró refugio en las piernas de su majestad, quien lo recibió con bondad. En tanto, el gobernador Ducoing se mostraba muy apenado, incluso algunos escoltas pretendían ahuyentar al can, pero la reina permaneció como tal.

La Reina de Inglaterra también visitó el Mercado Hidalgo, ícono de la ciudad, construido entre los años 1905 y 1910. Los comerciantes locales obsequiaron a la pareja real dulces locales como cajeta, fresas y las tradicionales charamuscas.

La visita relámpago continuó, llegando a la ex Hacienda de San Gabriel de Barrera, en donde a las 12.30 horas, los invitados compartieron un almuerzo con 700 personas, en donde cantó el Tenor Continental, Pedro Vargas.

De acuerdo con el relato del cronista de Guanajuato, el menú incluyó melones de Uruapan al oporto, fresas y agua de limas de Silao. Pero la Reina Isabel II también degustó pipián, platillo que le encantó.

Al finalizar la comida, la Reina Isabel II y el Príncipe Felipe de Edimburgo fueron llevados al antiguo Aeropuerto de San Carlos, a las afueras de la ciudad de León, terminando así la gira por Guanajuato.

jcs