Jay de la Cueva, un camaleón sonoro

CIUDAD DE MÉXICO.

Para Jay de la Cueva la música siempre ha formado parte de su vida. Desde niño los sonidos de las guitarras, la batería y el bajo fueron algo común y normal en su casa, donde todo estaba puesto para que se convirtiera en un camaleón sonoro.

La capacidad de tocar diferentes instrumentos, la sensibilidad para encontrar los sonidos que necesita para cada uno de los proyectos en los que se involucra y la clara idea de que en la música no debería de haber divisiones, son tres de los factores que han llevado a Jay de la Cueva a convertirse en uno de los músicos más completos del país, luego de más de 30 años de trayectoria.

“Empecé de niño siendo hijo de un músico, Javier de la Cueva, precursor del rock and roll en México, llegué a la música de una forma natural, padre, ni fue algo que se forzara, le agradezco a mis papás que me dieran las herramientas, que hubiera un piano, una batería, que hubiera músicos interesantes o artistas donde empecé a ver muchas cosas estando muy niño, a absorberlas, cómo tocar instrumentos, eso sin estar consciente como lo estoy ahora”, compartió Jay en entrevista con Excélsior.

El ser multiinstrumentista le permite a Jay expresar diferentes etapas de su personalidad en cada una de las bandas y los proyectos en los que participa, y en todos poder ser él. Desde aporrear una batería para darles el ritmo necesario a canciones que se volvieron clásicos en Fobia, volverse la conexión entre miles de personas y los cinco integrantes de Moderatto, hasta ser el encargado de los teclados y el ritmo en Titán, De la Cueva disfruta cada momento y se vuelve un camaleón que aporta y aprovecha cada experiencia que vive en cada espacio creativo en el que se involucra.

“De entrada soy multiinstrumentista, recibí ese regalo y del cual estoy infinitamente agradecido con la vida, entonces no juego a que toque el mismo instrumento o a que juegue el mismo papel en cada una de mis bandas, sino que lo hago desde un lado distinto cada uno. Tocar la batería en Fobia tiene que ver con, en mi caso, con la cuestión sonora con el tema de que es muy importante que la base rítmica esté bien para que todo lo demás funcione, puedes observar más, pero al mismo tiempo puedes estar muy clavado en tu instrumento.

“No tienes que estar al frente como es el caso de Moderatto, que pasa a segundo término cómo toques sino que para mí lo más importante es la conexión que tengo con la gente, es lo que más me emociona, ya no tiene que ver si agarro la guitarra o si soy autocomplaciente con mi musicalidad, sino que tiene que ver con un intercambio de energía, se vuelve algo emocionante, me emociona estar cerca de la gente.

“En Titán toco el bajo, la batería y los teclados y tiene que ver con que me gustan mucho los sintes, programar; como productor es como ver la foto final, estar oyendo todo lo que está sucediendo, un productor es una persona que puede hacer que cada integrante de una banda brille en lo que tenga que hacer, darle su lugar a cada uno y hacer brillar cada una de las cosas que tienen que brillar”, señaló.

Dentro de ese entendimiento de la música, en el que cada integrante y cada instrumento es importante, Jay no deja de aventurarse en proyectos completamente nuevos y divertidos. Jay es el productor responsable de Kuro Deko, banda liderada por un mexicano, dos japoneses y un inglés, que hará su debut los primeros días de agosto en Tokio, Japón, a donde viajará para acompañarlos en esta presentación.

“Voy a Japón en 10 días porque estoy produciendo una banda de allá que se llama Kuro Deko de un mexicano que tiene veintitantos años viviendo allá, unos japoneses y un inglés, muy padre, muy interesante. El disco lo empezamos a hacer hace como dos años, ya está listo, aunque le faltan algunos detalles y voy para allá porque voy a tocar con ellos en la presentación que van a hacer”, compartió.

Esa oportunidad de aprender de diferentes proyectos, de vivir diferentes experiencias desde diferentes posiciones en una banda le enseñó a Jay el camino que quiere para su carrera. Para él existen los géneros musicales, pero considera que las divisiones entre los ejecutores de cada uno no deberían de existir, ya que la música funciona como una opción de unión entre las personas.

“Hoy mi música tiene un propósito y tiene que ver con que no exista esta división, con que la música es más bien un puente para unir, para juntarnos, no tiene que ver con que si uno es del género urbano o del rock n’ roll y no nos juntamos, ya hay muchas fronteras, el país se siente separado por una cuestión política, nos sentimos divididos con Estados Unidos por el presidente que tienen cuando en realidad esto pasa por algunos cuantos y no es la verdad absoluta.

“Existe, pero también hay muchos músicos y mucha gente que está viendo cuáles son los puentes y los puntos de unión para que la música nos una. A mí me sirvió tener diferentes experiencias con la música y la gente, aprendiendo de otros, y al hablarlo empezar a entenderlo, porque no estaba muy consciente de lo que estaba haciendo, fui un niño que ya estaba grabando un disco a los nueve años, ya estaba de gira, lo natural es que tocara y que hiciera esto y ahora ha tomado otra dimensión, trato de estar lo más consciente que pueda, a veces no lo logro”, concluyó.

¡Conócelo!

 Jay de la Cueva

• Edad: 40 años.
• Hijo de Javier de la Cueva, precursor del rock and roll en México.
• Ha grabado más de 15 discos con sus bandas.
• No descarta la posibilidad de hacer un disco solista.
• Se presentará una vez más con Fobia en el Palacio de los Deportes el 29 de septiembre.
• Hará una fecha con Moderatto en el Auditorio Nacional el próximo 8 de noviembre.
• Bandas y colaboraciones: Baby pop, Micro Chips, Fobia, Titán, Moderatto, Mexrrissey, Molotov, Kuro Deko, Benny, Sasha y Erik; Víctimas del Dr. Cerebro, Los Odio, Sin Bandera, Motel, Alejandra Guzmán, Azafata (Argentina), The Mills (Colombia), Sofi Mayen, Rebel Cats, Chetes, Zurdok, Jesse & Joy, Pato Machete, Adán Jodorowsky, Belanova, Ángeles Azules, Ximena Sariñana, Belinda, Leonel García, Coti Sorokin, Miranda! y Amigos Invisibles.