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¿Quién fue Leona Vicario, 'Dulcísima Madre de la Patria'?

Fue declarada Benemérita y Dulcísima Madre de la Patria el 25 de agosto de 1842.

Pedro Díaz G. | 27-07-2022
Ilustración de Leona Vicario por Excélsior
En 1813 contrae nupcias con Andrés Quintana Roo, a quien conoció gracias a su padrino, y ese mismo año fue encarcelada al descubrirse que era conspiradora y que apoyaba el movimiento de Independencia, pero logró escapar y se refugió en Oaxaca. 

“Mis acciones y opiniones han sido siempre muy libres, nadie ha influido absolutamente en ellas, y en este punto he obrado siempre con total independencia, y sin atender a las opiniones que han tenido las personas que he estimado. Me persuade que así serán todas las mujeres”
Leona Vicario
Carta a Lucas Alamán publicada en El Federalista Mexicano, en 1832


Su nombre es tan largo como la fama que labró: María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador, nada menos que una periodista, independentista, y quien sería nombrada como ‘Benemérita y Dulcísima Madre de la Patria'. Una de sus calles está en en Centro Histórico de la Ciudad de México, en el llamado primer cuadro de la ciudad. Y su nomenclatura se repite en varias ciudades del país. 

María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador, nació el 10 de abril de 1789, en la Ciudad de México.

Leona Vicario fue hija del comerciante español Gaspar Martín Vicario y de la criolla Camila Fernández de San Salvador y Montiel. Quedó huérfana de padre cuando era niña y de madre a los 18 años de edad, por lo que sobrevivió bajo el tutelaje de su tío, el doctor en leyes y abogado, Agustín Pomposo Fernández de San Salvador, quien además se forjó como escritor novohispano fiel al antiguo régimen.

El nacimiento de Leona Vicario se dio justo en un entorno de sacudidas sociales. En el inicio la Revolución Francesa, la sucesión en el trono español y la llegada a la capital novohispana, es decir, a México, de Juan Vicente de Güemes Pacheco de Padilla y Horcasitas, el segundo conde de Revillagigedo.

Estudió Bellas Artes y Ciencias, dada la buena posición económica de sus padres. A través de los estudios desarrolló un enorme sentido crítico frente al mundo, y años después comenzó a ejercer el periodismo. Su educación fue ejemplar, cosa poco común en una sociedad desigual y machista como la de finales del siglo XVIII, pues: “algunos hombres consideraban a las mujeres incapaces de aprender y para otros la educación de la mujer era innecesaria, cuando no peligrosa”, escribió Leona Vicario.

Su educación, se dijo, fue del tipo que sólo los hombres ricos recibían en esa época. Y Leona Vicario tuvo un especial interés por la lectura y la escritura.

Leona fue reflejo de la liberación femenina de la época, puesto que a muy temprana edad se emancipó, a los 17 años, ya huérfana, en lugar de vivir en la casona de su padrino, decidió habitar una residencia en la calle don Juan Manuel N° 19 (hoy República de Uruguay), en el Centro Histórico de la Ciudad de México.

Publicó en diarios como: El Semanario Patriótico Americano, El Federalista y El Ilustrador Americano. Fue en el periódico El Ilustrador Americano donde los insurgentes observaron su trabajo y se pusieron en contacto con ella. 

Cuando la Guerra de Independencia estalló, Leona Vicario se unió al movimiento. Desde la Ciudad de México, Leona Vicario les daba información de lo que ocurría en la capital mexicana, además de ayudarles con algunos bienes para apoyar la causa libertaria.

En 1813 contrae nupcias con Andrés Quintana Roo, a quien conoció gracias a su padrino, y ese mismo año fue encarcelada al descubrirse que era conspiradora y que apoyaba el movimiento de Independencia, pero logró escapar y se refugió en Oaxaca. 

La atracción y los ideales políticos definieron el destino de ambos, no obstante, la inferior posición económica del entonces bachiller. Ambos se influenciaban y admiraban, y se unieron oficialmente a la lucha insurgente junto a Morelos. La pareja se encontraba profundamente molesta con el gobierno de José I Bonaparte, en España, y el de Félix María Calleja, en el virreinato, el cual había asumido tras la destitución de José de Iturrigaray, por un golpe de Estado, posteriormente Calleja se convertiría en su persecutor.

Tanto a ella como a su esposo se les ofreció el indulto a cambio de abandonar el movimiento, pero al no hacerlo siguieron huyendo. Poco después, se unió a las tropas de José María Morelos y Pavón para lograr la Independencia de México.

Finalmente fue indultada y le fueron restituidos sus bienes, volviendo a su casa ubicada en la calle de Cocheras, hoy República de Brasil, en la capital del país.

Fue declarada Benemérita y Dulcísima Madre de la Patria el 25 de agosto de 1842.

La heroína de la independencia murió el 21 de agosto de 1842 a los 53 años de edad, en su casa de la Ciudad de México. Sus restos descansaron primero en el Panteón de Santa Paula; el 28 de mayo de 1900 fueron trasladados, junto con los de su esposo Andrés Quintana Roo, a la Rotonda de las Personas Ilustres del Panteón Civil de Dolores, donde permanecieron hasta su traslado a la Columna de la Independencia, en 1925.

Su nombre está grabado con letras de oro en el Congreso del estado de Quintana Roo.

El 21 de agosto de 2019, autoridades federales y de la Ciudad de México, develaron una placa conmemorativa por su 177 aniversario luctuoso en la casa en la que murió.

 

 

 

 

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