Historia del mole blanco o mole de novia, el platillo más elegante para las fiestas

Los moles son platillos sumamente importantes en la historia de nuestro país, existen muchos tipos y una infinidad de formas de hacerlos. El origen de estos platillos es tan exquisito como su sabor, tal es el caso del mole blanco o mole de novia.

Origen del mole blanco o mole de novia

El mole blanco, llamado también mole de novia, proviene de Puebla y forma parte de la cocina tradicional de la región. Este platillo se distingue por su color claro y sabor suave, lo que lo hace ideal para eventos especiales como bodas y fiestas importantes. Se le llama “mole de novia” porque normalmente se servía en bodas, simbolizando pureza y elegancia.

Aunque el mole poblano es más conocido a nivel internacional, el mole blanco destaca por ser delicado y sofisticado. Su preparación requiere ingredientes especiales y cuidado en la técnica, lo que lo hace un platillo muy apreciado en la gastronomía mexicana.

El mole blanco se prepara con ingredientes que le dan un color claro y un sabor delicado. Los principales son:

• Semillas y frutos secos: almendras peladas, piñones, pepitas y ajonjolí, que dan cuerpo y una textura cremosa.
• Frutas claras: plátano macho, manzana, uva pasa rubia y, en algunas recetas, pera o durazno blanco, que aportan dulzor y aroma.
• Líquidos y afinadores: leche, caldo de pollo, jerez o pulque curado, y chocolate blanco, que enriquecen la salsa.
• Especias: canela, clavo, pimienta gorda, anís y hojas de aguacate, que dan aroma sin opacar los demás sabores.

La preparación del mole blanco requiere tiempo y cuidado. Los ingredientes se tuestan y se muelen en varias etapas, mezclándose con líquidos y especias hasta lograr una salsa uniforme y cremosa. Esto asegura que todos los sabores se integren correctamente, dando como resultado un mole suave y elegante.

¿Por qué se le llama mole de novia?

Tradicionalmente, el mole blanco se sirve en eventos importantes en México, sobre todo en bodas. Su color claro y sabor delicado lo hacen perfecto para ocasiones donde se busca transmitir elegancia y sofisticación.

Existe una leyenda que cuenta que la cocinera que creó este mole, lo hizo en honor a su hija en el día de su boda. El título de “mole de novia”, hace referencia al color blanco con el que las novias llegan al altar, se le agregan flores haciendo alusión al ramo que acompaña en ese día.

Además de las bodas, este mole se prepara en otras festividades importantes. La dificultad de su elaboración y el costo de los ingredientes lo hacen un platillo reservado para momentos especiales, reflejando la importancia de la ocasión.

¿Dónde probar el mole blanco en la Ciudad de México?

En la Ciudad de México hay varios lugares donde se puede disfrutar del mole blanco, preparado con cuidado y tradición:

• Bajel (Sofitel Mexico City Reforma) – Polanco/Reforma

Este restaurante de cocina mexicana moderna incluye el mole blanco en su menú, con presentaciones cuidadas y técnicas actuales.

• Rosetta – Roma Norte

Bajo la dirección de la chef Elena Reygadas, Rosetta ofrece mole blanco combinando ingredientes locales con un estilo contemporáneo.

• El Tajín – Coyoacán

Este lugar, vinculado a la chef Alicia Gironella, presenta versiones tradicionales del mole blanco en un ambiente acogedor.

• Taco Tasting Room - Centro histórico

Dentro del menú degustación de esta deliciosa experiencia estilo “omakase”, podrás probar un delicioso y delicado mole blanco con tortilla de maíz rojo.

Es recomendable consultar antes si el mole blanco está disponible, ya que su presencia en el menú puede variar según la temporada.

El mole blanco o mole de novia es uno de los tesoros de la cocina mexicana, combinando tradición, elegancia y sabor en un solo platillo. Al probarlo, no solo se disfruta de un sabor exquisito, sino que también se participa en una tradición que celebra la unión familiar y la cultura mexicana.

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