Logo de Excélsior                                                        

Detrás del “Yo tengo otros datos”

Viridiana Ríos

Viridiana Ríos

Esta semana se desató una controversia cuando AMLO y un presentador de noticias de Univision se confrontaron respecto a distintas cifras de homicidios. AMLO dio cifras distintas a las del periodista y luego de una larga discusión no pudieron ponerse de acuerdo ¿Qué nos dice esto sobre AMLO y la prensa? Tres cosas.

Primero, urge que AMLO se asesore correctamente y esté preparado no sólo para mostrar datos, sino para entender la complejidad de las mediciones. Los datos que dio AMLO en la conferencia mañanera son una de varias formas de medir el homicidio, una forma que es imperfecta, pero que tiene razones de existir. Sin embargo, AMLO no fue capaz de justificar su selección de datos probablemente porque no ha sido propiamente asesorado por su equipo o porque su equipo tiene una motivación perversa por engañarlo a fin de mostrar resultados que no se pueden comprobar todavía con certeza.

Un AMLO mejor asesorado debió haber explicado que en México existen tres datos oficiales de homicidio: el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) y el reporte diario de homicidios dolosos generados por, entre otras instancias, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC). 

Asimismo, debió haber dicho que ninguna de estas tres fuentes muestra las mismas cifras porque no hay un método único para contar homicidios.

El SESNSP obtiene sus datos de las fiscalías de los estados. Éstas están obligadas a informar la cantidad de carpetas de investigación por homicidio doloso que han abierto, y (recientemente) también cuántas víctimas de homicidio se están considerando en cada carpeta. Los datos del SESNSP se reportan mensualmente cada día 20 del mes. Son considerados preliminares, pues algunas veces los datos de ciertas carpetas de investigación toman más de un mes en llegar.

El Inegi obtiene sus datos de los certificados de defunción. Así, logra contar casos que no fueron directamente reportados por las fiscalías, y elimina de su conteo los casos que fueron pensados como homicidios dolosos pero que, luego de una autopsia, se supo que habían sido muertes naturales. Debido a la intensidad de este tipo de contabilidad, el Inegi regularmente reporta sus datos con más de 6 meses de retraso. Este dato es excelente, pero no sirve en el corto plazo.

Finalmente, están las cifras que presentó AMLO en su conferencia, que se basan en informes diarios e incompletos que envían las fiscalías estatales. Es decir, son una versión aún más preliminar que los del SESNSP y que, debido a su premura, tienden a estar casi 20% por debajo de lo reportado por el SESNSP al final de mes. Es decir, las cifras son menos acertadas, pero se obtienen rápido.

Segundo, el gran problema del gobierno de AMLO son sus prisas. El evento muestra que AMLO está cayendo en una trampa que él mismo se ha puesto por prometer cambios a un ritmo demasiado vertiginoso.

Consideremos lo que sabemos hasta ahora sobre los tiempos que toma cambiar la tendencia de homicidios en México. Luego de que Calderón cambió su estrategia para la lucha contra el crimen organizado en 2010, tomó poco más de un año para que se sintieran cambios significativos a nivel nacional. Cuando EPN tomó posesión, su estrategia fallida comenzó a empeorar la situación hasta 2014, dos años después de llegar al poder.

Así, AMLO debe ser más honesto en la creación de expectativas. El agotamiento al que está sometiendo a su equipo de seguridad no es necesariamente la forma de dar resultados, sobre todo si estos sienten que deben darle datos favorables para dejarlo contento.

Finalmente, me parece que una última enseñanza es sobre el periodismo de nuestro país. La mañanera exige un cambio en la forma en la que se hace periodismo en nuestro país que todavía no ha sucedido. El periodismo debe dejar de ser una industria de élite donde los periodistas con más experiencia y capacidad ya no van a Palacio Nacional. Algunos medios siguen mandando a las mañaneras a los aprendices y periodistas “junior”, mismos que solían mandar a “sacar la nota” cuando el Presidente sólo daba boletines de prensa. Esto ya cambió y, por tanto, no puede seguir sucediendo.

Mientras los mejores periodistas y editores se rehúsen a hacer su trabajo y manden carne de cañón a la conferencia del Presidente, la mañanera nunca tendrá el nivel que merecemos los lectores.

Comparte en Redes Sociales