Mezcal se derrama en 86 países
En esta entidad, la tierra comienza a sufrir los estragos de la sobreexplotación del maguey, particularmente de la especie Espadín, por lo que se busca pasar a la sustentabilidad

El mezcal está presente en 86 países; en 2023, siete millones 829 mil 669 litros llegaron a los cinco continentes. Oaxaca es el escenario del imperio mezcalero que se ha venido edificando por los últimos 13 años.
En 2011, el Consejo Mexicano Regulador de la Calidad del Mezcal A.C. (Comercam) registró una producción de 980 mil 375 litros de la “bebida mágica de México”, 12 años después, la cifra fue superior a los 12 millones de litros (12,239,655), situando a Oaxaca en el primer lugar a nivel nacional como estado productor, con 90.51 por ciento.
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Con presencia en nueve estados que cuentan con la denominación de origen (Oaxaca, Puebla, Michoacán, Durango, San Luis Potosí, Guerrero, Zacatecas, Tamaulipas y Guanajuato), el mezcal ha generado 55 mil empleos directos, 210 mil indirectos, y 265 mil empleos en la industria, con beneficio a más de 125 mil familias.

La producción de esta bebida ha sido bondadosa con el sector, pero como todo imperio se requiere una superficie amplia para establecerse, y en Oaxaca la tierra comienza a sufrir los estragos de la sobreexplotación del maguey, particularmente de la especie Espadín (agave angustifolia) que se utiliza en más de 86% de la elaboración.
El agave espadín es el alma del mezcal; casi cualquier terreno es apto para su cultivo, crece de manera silvestre en climas variables y por su alto contenido de azúcares lo ha hecho uno de los magueyes preferidos por los jimadores. Sin embargo, su resistencia a climas secos y áridos hace que aún durante la sequía continúe creciendo y, actualmente, es materia prima que se pudre en el campo.
El exceso de residuos orgánicos en el suelo y la deforestación son los principales desafíos medioambientales a superar. El Comercam ya asume el reto de crear conciencia entre las comunidades, los productores y comercializadores de la bebida prehispánica, sin dejar de lado la autenticidad del producto, y así pasar de la sobreexplotación a la sustentabilidad.

El reto es crear conciencia y que generemos las condiciones para que se vaya evolucionando de manera ordenada, tanto en el tema de las variedades agave silvestres que se ocupan o cómo se puede reproducir, hasta todas las buenas prácticas que se puedan hacer en el proceso: ahorro de manejo de agua, en el tema de la leña, como generar ese ahorro de energía, ser amigable con el medio ambiente”, explicó Abelino Cohetero Villegas, presidente del Comercam.
Más allá del desarrollo económico que se logra a través de las oportunidades laborales y el impulso turístico, el mezcal es una bebida que preserva los orígenes ancestrales, refleja la identidad regional y conserva tradiciones y costumbres porque siempre está presente en festividades, rituales y celebraciones importantes. Por lo que el crecimiento del imperio también depende del respeto al origen y al cuidado en la elaboración de esta bebida.
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