Libra mexicano pena de muerte; pasó más de 25 años en cárcel

SAN DIEGO.

Un campesino mexicano que logró evadir la pena capital un cuarto de siglo en California, salió libre luego de que una organización legal ayudó a demostrar que las pruebas por las que lo condenaron a muerte en 1993 fueron erróneas.

La procuraduría de distrito en Fresno, en el condado de Kern, anunció que tomó una recomendación de la Suprema Corte de Justicia de California y deja en libertad al mexicano Vicente Benavides Figueroa, quien hoy tiene 68 años de edad.

Hace más de 25 años Benavides trabajaba en el campo en Delano, también en el central Valle de San Joaquín de California, cuando fue arrestado bajo cargos de haber ultrajado y causado la muerte de una bebé llamada Consuelo Medina, de dos años de edad, por golpes en la cabeza y el abdomen.

Por los agravantes del caso, un jurado que encontró culpable a Benavides recomendó la pena de muerte; sin embargo, Benavides se declaró consistentemente inocente.

Recientemente la organización legal sin fines de lucro Centro de Recursos Habéas Corpus se ocupó de revisar su caso y encontró inconsistencias y evidencias falsas, por lo que emitió una petición a la máxima corte en el estado, que también analizó el caso.

La procuradora de distrito en el condado de Kern, Lisa Green, informó ayer que su oficina tomará la recomendación del tribunal supremo de California y cancelará su caso contra Benavides Figueroa.

La opinión de la Corte Suprema de Justicia de California y la evidencia restante dejan claro que no hay teoría bajo la cual se pueda procesar un caso de homicidio en primer grado”, destacó Green.

Dijo que volver a armar un caso distinto contra el mexicano sería inútil. “Enjuiciar de nuevo al señor Benavides bajo un cargo por homicidio en segundo grado sería extremadamente difícil, sino imposible”.

Por otra parte, la procuradora reconoció que un nuevo juicio bajo cargo de homicidio en segundo grado, tomaría en consideración la edad y el tiempo que Benavides ha pasado en prisión y se concedería que una potencial sentencia ya habría sido purgada.

Esperan a Vicente en México

El pueblo de San Gabriel, Jalisco, tierra natal de Vicente Benavides estaba pegado a las redes sociales para ver ese momento en el que después de más de 25 años encarcelado y en el corredor de la muerte en California, respiraba la libertad, todavía en Estados Unidos, y volvía a la vida para una segunda oportunidad.

Vicente se fundía en abrazos con sus familiares. “Qué gusto de verte”, aparecen las lágrimas, mismas que se quita rápido de la mejilla.  “Ahorita no sé para donde voy”, decía, haciendo una pausa para beber agua.

Se tardaron muchísimo ahí, que habían retenido mi salida, que los papeles, pero bendito sea Dios”, añadía, pues ya había esperado décadas para su liberación.

En San Gabriel se observaba en tiempo real, vía redes sociales, cómo Vicente, con pelo cano y todavía vistiendo una camisa y un pantalón color beige (uniforme de prisionero) caminaba con paso rápido y firme para abandonar la prisión. Comenzaron las llamadas telefónicas de felicitación.

Era un Vicente diferente al que ingresó, su cabello había pasado de oscuro a blanco, las arrugas de su rostro evidenciaban el añejo sufrimiento, su estado anímico también era otro, sonreía. “¿Les gusta mi ropa?” preguntaba en son de broma y carcajeaba. Aunque primero se dijo que iría a cambiarse a un restaurante cercano, prefirió mejor subirse al auto y abandonar de una vez la cárcel para ser apapachado por su familia californiana.

-Adriana Luna