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La casa de los hermanos Berrelleza donde explotó el enojo

Este es el hogar de Paul Osvaldo y Jesús Armando Berrelleza Rábago, quienes se encuentran desaparecidos, luego de haber sido atacados y secuestrados por José Portillo, alias El Chueco

Excélsior Digital | 24-06-2022
Casa de los hermanos Berrelleza.
De esta casa, El Chueco y sus secuaces sacaron a los hermanos Paul Osvaldo y Jesús Armando, luego la quemaron. Fotos: Salvador Gómez

El equipo de Imagen Noticias con Ciro Gómez Leyva llegó al hogar de los hermanos Paul Osvaldo  y Jesús Armando Berrelleza Rábago, quienes se encuentran desaparecidos, luego de haber sido atacados y secuestrados por José Portillo, alias El Chueco y sus secuaces.

De acuerdo con la Fiscalía de Chihuahua, el sicario “explotó su enojo porque el equipo de beisbol que patrocinaba perdió el juego, y dicen que responsabilizó a Paul Osvaldo, a quien le disparó en su propia casa para después incendiarla, llevándoselo a él y a su hermano”.

En el recorrido por el lugar se pudo constatar que “sólo quedan restos de una vida modesta, animales de granja abandonados y un par de mascotas que no verán regresar a sus dueños”.

Una vecina de Urique que escuchó los disparos, relató a Imagen Noticias que Paul Osvaldo era una buena persona y que ahora está tratando de rescatar a sus animales que están muriendo de hambre.

Imagen intermedia

De esta casa, El Chueco y sus secuaces sacaron a los hermanos Paul Osvaldo y Jesús Armando, luego la quemaron. Fotos: Salvador Gómez.

 

“Nomás oiga los puros balazos, ¿Les dio miedo? Sí ¿Quién era su vecino, cómo se portaba? Pues muy bien ¿No era mala persona? No ¿Y ahora tuvieron que rescatar los animalitos, se están muriendo? Sí pues mire, sacarlos y los gallos también se estaba muriendo de hambre”.

Aunque del secuestro no había referencia, un día después de los hechos, la Secretaría de Bienestar y el Gobierno de México, publicaron una esquela dando el pésame por el fallecimiento de Paul Osvaldo Berrelleza Rábago, quien aún tiene calidad de desaparecido. y también por la muerte del padre Javier Campos, porque ambos eran beneficiarios del programa Sembrando vida.

 

 

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