Dolor y luto tras el descarrilamiento del Tren Interoceánico
Una mujer narra que vivió horas de incertidumbre hasta que en una llamada le notificaron el fallecimiento de tres de 8 familiares que viajaban en el tren

La falta de una respuesta efectiva hizo que doña Jovita albergara la esperanza de que sus hijas Patricia y Honoria Medina Pérez estuvieran vivas, después del descarrilamiento del Tren Interoceánico, pero recibió una mala noticia: sus dos hijas habían muerto y con ellas uno de sus yernos.
Vayan ustedes, yo aquí los espero”, recuerda Jovita que les dijo a sus hijas, quienes la invitaron a ir de paseo, pero los años y las dolencias pesan y prefirió esperarlos, sin imaginar que ese paseo que con tanto entusiasmo emprendieron terminaría en tragedia.
Patricia trabajaba en el ayuntamiento de Coatzacoalcos, este diciembre se reencontró con su hermana Honoria y su esposo Rogelio, quienes vivían en Mexicali y habían llegado a vacacionar a esta tierra petrolera, con la ilusión de reunirse con la madre, los tíos y sobrinos.
En total, ocho familiares de doña Jovita se fueron de paseo: “Hasta se enojaron porque me negué a acompañarlos”, dijo. Lo que siguió después fueron horas de incertidumbre. Al final, dijo, terminó enterándose en las redes sociales de la tragedia.
Agobiada por la tristeza, en shock porque no termina de “digerir el momento” que vive, Jovita dijo que después de enterarse del accidente, todavía creía que su familia estaba a salvo, uno de sus nietos recibió la llamada de su tío, quien le informó que el tren se había descarrilado, pero la información era a cuentagotas y no muy clara.
Les indicaron que a algunos de los heridos los llevarían a hospitales de la CDMX y en esa lista supuestamente vieron los nombres de Patricia, Honoria y su yerno Rogelio Luna.
Fue hasta ayer, a las 11:00 de la mañana, que confirmaron que sus dos hijas y uno de sus yernos habían fallecido, el vagón en el que viajaban cayó 80 metros en un barranco.
Una de sus nietas llegó muy lastimada, tiene golpes, Jovita se aferra a ser el ancla donde la familia se aferre. Aguanta las ganas de llorar, se resiste a derrumbarse. Para ella es una verdadera desgracia, aunque no conoce a cada una de las víctimas.
Desde su humilde vivienda, hizo un llamado a la presidenta Claudia Sheinbaum: “Pues yo pido que se hagan responsables de lo que se perdió, aunque la familia no volverá, cuando menos que se hagan responsables de lo económico, porque somos pobres (…) Quién va a querer viajar en ese tren con todo lo que pasó…”, reflexionó doña Jovita.
EXTRAEN EL ÚLTIMO CUERPO; UNA MENOR
Tras 48 horas de búsqueda, el cuerpo de Luisa Camila Serrano Moreno, de 15 años, reportada como desaparecida luego del descarrilamiento del Tren Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, fue localizado por marinos, confirmó su familia.
Durante este tiempo, la madre y la hermana—sobrevivientes del accidente— aguardaron la posibilidad de un reencuentro que, lamentablemente, no llegó.
La adolescente, originaria de Salina Cruz, viajó en el tren con un suéter gris y pantalón café, así lo indica una fotografía que ella posteó antes de subir a la locomotora con destino a Coatzacoalcos.
Mientras tanto, la Semar confirmó que fue recuperado el último cuerpo, el número 13.
-Patricia Briseño y David Vicenteño
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