Alistan libros de texto con errores; ven falta de metodología para lecto-escritura

Errores ortográficos, de contenido y poca importancia ante las carencias que existen en las comunidades de los alumnos son parte de los hallazgos que realizó el movimiento Educación con Rumbo en la nueva familia de libros de texto gratuitos para primer año de primaria.

Entre las observaciones de los seis libros que conforman la nueva familia y que aparecen con la leyenda “material en proceso de edición”, se encuentra que, en la página número 87 del documento AULA, que contiene una actividad para realizar una balanza, se comete el error de ortografía de “ríjidos” en lugar de “rígidos”.

En tanto, en la página 240 del material educativo MÚLTIPLES LENGUAS se señala de manera equivocada que la frase “Onis es un asesino” es un palíndromo.

En su análisis, Educación Con Rumbo destaca que en la página 187 del documento COMUNITARIO, el cuento La Cenicienta utiliza palabras muy rimbombantes, como “buhardilla” y “parquet”, además de que la redacción está mal realizada.

“Junto con realizarse la boda, la madrastra dio libre curso a su mal carácter”, refiere unos de los párrafos.

En este contexto, Patricia Ganem, coordinadora de Investigación de Educación con Rumbo, indicó que en los documentos hay 133 ligas, pero algunas de ellas que no se abren, así como referencias de ejercicios que están dados en libros de la reforma de 2017.

“A nosotros nos preocupa que haya 133 ligas en comunidades que no tienen conectividad, por ejemplo. ¿Entonces habrá elaboración de libros para comunidades rurales, donde necesitan más cosas impresas que no dependan tanto del tema de la conectividad o de los medios electrónicos?”, cuestionó.

La especialista advirtió, además, que ninguno de los libros tiene una metodología para la iniciación a la lecto-escritura de los niños.

“Entonces, ¿qué va a pasar con los niños de primer año que ingresen a este grado escolar y que no sepan leer ni escribir?”, expuso.

Al referirse a la primera familia de libros dada a conocer, que deja atrás la lógica de libros por asignatura, Ganem dijo que se corre el riesgo de que los marcos de aprendizaje de los niños sean diferentes en cada escuela.

“Y los marcos curriculares están para establecer un mínimo de aprendizajes nacionales que, normalmente, los países hacen coincidir con algunos aprendizajes que se requieren para la convivencia internacional. ¿Qué pasa cuando dejamos que cada escuela reelabore o piense las realidades para aplicar esos contenidos? Un riesgo es que el maestro cancele temas y otro que no logre el mismo nivel de profundidad que otra escuela”, alertó.

Una preocupación más es si los alumnos de primer año de primaria tendrán una base de representaciones, información y abstracción que les permita integrarse a otra circunstancia educativa en caso de dejar su escuela por algún motivo.

“Imagínense con un currículo que se antoja abierto, que qué bueno que lo sea, pero que no marca referentes que permiten que todos los maestros garanticen un mínimo de aprendizajes”, concluyó.