Sofía Espinosa y el México oscuro de Las Muertas

En el México de los años 60, dos hermanas convirtieron una red de burdeles en un imperio criminal. Su historia, marcada por la trata de personas, los feminicidios y la violencia sistemática contra mujeres, quedó registrada en la memoria colectiva como el caso de Las Poquianchis.

Hoy, esa memoria regresa en forma de sátira a través de Las Muertas, la primera serie de Luis Estrada para Netflix, basada en la novela de Jorge Ibargüengoitia. Se estrenó el pasado 10 de septiembre y cuenta con un elenco encabezado por Paulina Gaitán, Arcelia Ramírez, Alfonso Herrera, Joaquín Cosío, Mauricio Isaac y Sofía Espinosa.

En entrevista para Excélsior, Sofía Espinosa menciona que revisitar este episodio histórico es más que una apuesta actoral: es un acto de denuncia. “Aunque muchas personas conocemos la historia, las nuevas generaciones no tienen ni idea de lo que ocurrió. Revisitarla hoy en día se convierte en una crítica a lo que sigue sucediendo en torno a la trata de personas, los feminicidios y la violencia contra las mujeres”, afirmó.

Desde su perspectiva, recuperar estos hechos desde la ficción permite abrir conversaciones urgentes y necesarias.

La actriz conocía la novela desde antes y seguía de cerca el trabajo de Luis Estrada. Cuando se integró al proyecto, lo hizo con entusiasmo y respeto por la magnitud del reto. “Es un proyecto muy ambicioso: hay un montón de actores y actrices involucrados, y me siento orgullosa de formar parte de este gran proyecto, que es de los más ambiciosos de Netflix”, compartió.

La serie, construida como una narrativa coral, permite que cada personaje emerja desde el trasfondo. En el caso de Espinosa, su personaje aparece rodeado de un grupo de mujeres que se convierte en su familia dentro del burdel. “

Desde el principio nos compartieron muchas referencias de la época: ejemplares de Alarma con ese caso, fotos de las chicas que aparecieron en esa publicación, y fuimos construyendo, junto con Luis, el trasfondo de estos personajes: quiénes son, cómo llegaron a esos burdeles, qué relaciones tienen ahí”

María del Carmen, su personaje, evoluciona desde la funcionalidad del trabajo hasta la conciencia de la opresión.

“Este trabajo le resulta funcional hasta que ya no le permiten salir a ver a sus seres queridos. Entonces inicia la revuelta y deciden escapar. Me gusta pensar que ese es el momento en que mi personaje y varias de las chicas toman conciencia y se organizan, incluso desde un punto de vista feminista, si lo analizamos”

Narrar una historia tan perturbadora implicó encontrar un tono que permitiera digerir la tragedia sin banalizarla. Para Espinosa, la clave está en el humor negro. “

Esta historia, que es una tragedia y tiene momentos muy duros, está narrada desde un humor negro, una sátira que la vuelve muy perturbadora, pero que, desde mi perspectiva, hace que sea un proyecto muy interesante”

Además de Las Muertas, la actriz continúa con una agenda activa en teatro y cine. Recientemente concluyó la obra Lobos por corderos en el Foro Lucerna, y espera el estreno de dos películas en postproducción: Pueblos Sangrientos, de Sharon Alpuche, un thriller social filmado en Yucatán; y Seis meses en el edificio rosa con azul, de Bruno Santamaría. “Esos son los proyectos que tengo este año, y sigo construyendo los siguientes, que podré revelar más adelante”, concluyó.

Las Muertas no solo revive un caso emblemático, lo transforma en espejo de un país que aún no logra erradicar la violencia estructural contra las mujeres.