Ilse Koch, la Bruja de Buchenwald que inspiró a Ed Gein

Ilse Koch, criminal nazi conocida como la “Bruja de Buchenwald”, fabricaba objetos con piel humana.

thumb
Ilse Koch inspiró a Ed Gein

En la historia del nazismo, pocos nombres despiertan tanto repudio como el de Ilse Koch, conocida como la Bruja de Buchenwald.

Sus crímenes, asociados con sadismo extremo y la fabricación de objetos con restos humanos, la convirtieron en un símbolo del horror del Tercer Reich.

Décadas más tarde, su figura ha vuelto a ser mencionada a propósito del estreno en Netflix de Monster: La Historia de Ed Gein, donde se explora cómo sus prácticas pudieron inspirar al infame “Carnicero de Plainfield”, Ed Gein.

Te podría interesar leer: ¿Ed Gein y Ted Bundy se conocieron? Esto dicen los registros

De secretaria a criminal de guerra

Nacida en Dresde en 1906, Ilse Köhler —su apellido de soltera— se unió al Partido Nazi en los años treinta y se casó con Karl-Otto Koch, comandante del campo de concentración de Buchenwald.

Aunque nunca tuvo un cargo oficial, su presencia en el campo fue temida por los prisioneros. Testimonios relatan que montaba a caballo por el campo castigando a quienes la miraban y liberando perros contra mujeres embarazadas.

Su vida estaba marcada por el contraste: mientras los prisioneros sufrían hambre y tortura, Ilse y su esposo disfrutaban de lujos obtenidos del saqueo de sus víctimas. Esa crueldad sistemática cimentó su reputación y le valió los apodos de la “Perra” y la “Bruja de Buchenwald”.

thumb

Los objetos hechos con piel humana

Lo que la inmortalizó en los anales del horror fue la acusación de seleccionar prisioneros tatuados para asesinarlos y utilizar su piel como materia prima.

Se habló de pantallas de lámpara, tapas de libros, guantes y otros objetos confeccionados con piel humana. Durante los juicios de Núremberg se presentaron fragmentos de piel tatuada como prueba, aunque algunos cargos quedaron en disputa.

Aun así, Koch fue condenada en Alemania a cadena perpetua en la década de 1950 tras un juicio posterior. Pasó sus últimos años recluida en la prisión de Aichach, donde se suicidó en 1967 a los 60 años.

La conexión con Ed Gein

El nombre de Ilse Koch resurgió en 1957, cuando el asesino estadounidense Ed Gein fue descubierto en Wisconsin.

Gein fabricaba objetos con restos humanos —sillas tapizadas en piel, cuencos hechos de cráneos y hasta un “traje de mujer” de piel humana—. Los expertos señalan que los informes sobre las atrocidades de Koch, ampliamente difundidos en la posguerra, pudieron haber influido de la mente delictiva de Gein.

Netflix ha retomado esa línea en Monster: La historia de Ed Gein, donde se plantea cómo el sadismo documentado en Buchenwald pudo servir como referencia cultural y macabra inspiración para uno de los asesinos más perturbadores de Estados Unidos.

bgpa