Una amistad que salva; Anna Sólyom presenta ‘El perro que seguía las estrellas’

Una historia de amistad, lealtad, solidaridad y esperanza; pero también de migración, desconfianza y temor al desconocido. Esto nutre la novela El perro que seguía las estrellas (VR Editoras), de la escritora húngara Anna Sólyom.

Inspirada en un caso real ocurrido en Estados Unidos hace cien años, el del perro collie escocés Bobbie, que caminó más de 4 mil 500 kilómetros para regresar a su casa, el libro se presentó anoche en la 38 edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, que termina mañana.

En la novela, la protagonista, Ingrid, lleva una vida apacible junto a Roshi, su golden retriever. Después de tres años sin salir de su pueblo en Colorado, acepta la invitación de su hermano para celebrar el 4 de julio en Virginia. Allí, los fuegos artificiales asustarán a Roshi que, sumado a la persecución de una jauría, hará que se pierda.

Los perros han tenido una gran importancia en todas las civilizaciones. Leí que, según las nuevas investigaciones, estos animales han acompañado a los humanos desde hace 12 mil años. Así que es una amistad muy larga”, explica la narradora en entrevista con Excélsior.

Es una reflexión sobre la amistad que siempre nos acompaña y nos ayuda a volver a nosotros mismos. La amistad que nos rescata de los momentos difíciles, que nos ayuda a pasarla bien y a compartir con los demás”, agrega.

La licenciada en Filosofía añade que aquí es tan importante el viaje como llegar al destino final, porque Roshi se encuentra con diversas familias y seres poco sociables y huraños, a los que les cambia la vida; pero su objetivo principal es el reencuentro con Ingrid, una viuda solitaria de 72 años.

El mensaje es ayudar, que las personas se reconozcan, que hagan algo por sí mismos. Humanos y no humanos que se ayudan, que se cuidan entre ellos. Lo hacen por amor a la vida, ninguno perderá”, destaca la autora.

Sólyom, quien vive en Barcelona, España, indica que también es una invitación a volver a ver a la naturaleza, las estrellas y la tierra. “Los animales migratorios sienten los campos magnéticos de la tierra. El sendero está en la tierra, pero las estrellas te guían”, concluye.

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cva