Tips para guardar embutidos y quesos en el refrigerador, así se conservarán mejor
Descubre los mejores tips para guardar embutidos y quesos en el refrigerador. Aprende cómo almacenarlos correctamente según su tipo.

Los embutidos y quesos son productos deliciosos, versátiles y muy populares en la cocina. Sin embargo, su conservación adecuada en el refrigerador es clave para mantener su frescura, sabor y seguridad al consumir el alimento.
Si estos productos no se almacenan correctamente, pueden desarrollar moho, olores desagradables, resequedad o incluso volverse peligrosos para el consumo. El refrigerador ayuda a ralentizar el crecimiento de bacterias y hongos, pero no los detiene por completo.
Además, los cambios de temperatura o la humedad excesiva pueden acelerar la descomposición. Por ejemplo, dejar un queso sin cubrir o un embutido mal sellado puede ocasionar que absorban olores, se resequen o suden, perdiendo su calidad original.
Por lo tanto, conocer la forma correcta de guardar cada tipo de embutido y queso no solo alarga su vida útil, sino que previene el desperdicio de alimentos y protege tu salud.

¿Cómo guardar los embutidos?
No todos los embutidos se conservan igual. La forma de almacenarlos dependerá de si están curados o cocidos, y si se encuentran abiertos o sellados.
- Embutidos curados (jamón serrano, salami, chorizo español):
Estos embutidos se elaboran mediante procesos de curado en seco, lo que les permite resistir mejor el paso del tiempo. Para guardarlos, envuelve los embutidos curados en papel encerado, papel vegetal o una tela de cocina limpia.
No uses bolsas de plástico herméticas, ya que impiden la respiración del producto. Guárdalos en la parte menos fría del refrigerador (el cajón de las verduras es una buena opción).
Este tipo de embutidos duran de 2 a 3 meses en refrigeración, siempre y cuando estén cerrados y sin rebanar. Una vez abiertos o rebanados se deben consumir en máximo 2 semanas.
- Embutidos cocidos (jamón de pierna, salchichas, mortadela, pechuga de pavo):
Al ser productos cocinados, tienen más humedad y son más sensibles al deterioro. Si están sellados, consérvalos en su empaque original hasta la fecha de caducidad. Una vez abiertos, transfiérelos a recipientes herméticos o envuélvelos bien con plástico adherente o papel aluminio.
Evita dejarlos expuestos al aire, ya que esto acelera su oxidación. Si el empaque está cerrado, no los consumas después de la fecha indicada. Después de abrir el empaque, consume en un plazo de 4 a 6 días.

¿Cómo almacenar quesos?
El queso es otro alimento que requiere cuidados especiales, pues sus características varían según su nivel de maduración y contenido de humedad. Así los debes de guardar dependiendo cada tipo:
- Quesos frescos (panela, requesón, cottage):
Tienen alto contenido de agua y se echan a perder rápidamente si no se mantienen refrigerados de manera adecuada. Consérvalos en su recipiente original, o en uno hermético con tapa.
Si el queso viene en suero (como el panela), debe mantenerse cubierto por este líquido. Si pierden líquido, puedes añadir un poco de agua (con sal, hervida y fría). Este tipo de quesos duran de 4 a 6 días después de abrirlos.
- Quesos semimaduros (manchego, gouda, asadero):
Tienen una textura más firme y contienen menos agua que los frescos. Guárdalos envueltos en papel encerado o papel vegetal, luego colócalos en un recipiente o bolsa con cierre tipo ziploc, sin sellarla completamente.
Evita el contacto directo con el plástico, ya que puede provocar sudoración y mal olor. Este tipo de quesos duran hasta 2 semanas después de abiertos.
- Quesos maduros (parmesano, pecorino, añejo):
Son los más duraderos por su bajo contenido de humedad, para guardarlos envuélvelos en papel encerado o en un paño seco. Guarda en un recipiente que no sea hermético, para permitir circulación de aire.
No los congeles, ya que pueden volverse quebradizos. Este tipo de quesos pueden durar más de 4 semanas si se almacenan correctamente.
- Quesos untables (crema, queso para untar, ricotta):
Este tipo de quesos son altamente perecederos, deben mantenerse bien cerrados. Consérvalos siempre en su envase original o en frascos de vidrio con tapa hermética.
Utiliza cucharas limpias cada vez que los consumas para evitar contaminación. Solo duran de 5 a 7 días una vez abiertos.

Tips para conservar quesos y embutidos
Procura seguir estas recomendaciones para conservar tus ingredientes en mejor estado:
- Etiqueta tus productos: anota la fecha de apertura para llevar un control del tiempo.
- Evita colocarlos en la puerta del refrigerador: es la zona más caliente y con más fluctuaciones de temperatura.
- Asegúrate de sellar bien los empaques: el aire es enemigo de estos productos.
- No mezcles distintos tipos en un mismo recipiente: cada uno tiene una flora bacteriana propia.
- Revisa signos de descomposición: cambios de color, texturas gomosas o mal olor son señales claras.
- Limpia regularmente tu refrigerador: para evitar contaminación cruzada.
- Congela solo si es necesario: puedes congelar ciertos embutidos cocidos si no los usarás pronto, pero los quesos suelen alterar su textura al descongelar.

Errores comunes al guardar embutidos y quesos
Hay algunas prácticas que son muy comunes y que probablemente lleves todo el tiempo haciéndolas. Esto es lo que debes evitar:
- Usar solo plástico para envolver: impide la respiración del producto y genera humedad.
- Cortar todo el queso de una vez: acelera su oxidación. Es mejor cortar porciones a medida que se consumen.
- Guardar productos húmedos: si sudan, sécalos suavemente con una servilleta antes de envolverlos.
- No revisar las fechas de caducidad: es crucial saber si aún es seguro consumirlos.
- Dejar los embutidos sin cubrir: esto los seca, cambia su color y sabor rápidamente.
Conservar embutidos y quesos correctamente no es complicado. Un buen almacenamiento no solo mejora la duración de estos productos, también asegura que conserven su sabor, textura y calidad. Sigue estos tips y evita el desperdicio de ingredientes.
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