Arriaga habla de su libro Salvar el fuego

Yo creo que cada escritor debe encontrar su propio método de escritura, a nosotros nos quieren llenar de reglas de cómo escribir y yo siento que la regla numero 1 es que no hay reglas y cada quien debe encontrar su propio método para escribir.

CIUDAD DE MÉXICO.

Salvar el fuego, el palabras de su autor, Guillermo Arriaga, en una conversación exclusiva, virtual, en el pleno epicentro de una pandemia que cambió nuestra manera de percibir al mundo:

Yo creo que es una historia de amor en el contexto de este país, al mismo tiempo de la historia de amor, creo que es importante en qué sociedad se desarrolla esa historia de amor, creo que vivimos un país en que ciertas clases sociales no tienen vasos comunicantes, no tienen arterias que los unan y en ese contexto se da la historia de amor.

Cómo una mujer de la clase económica más alta con un hombre de la elite intelectual más alta. De hecho el que sea un homicida que esta en la cárcel no significa que no pertenezca a la élite intelectual de este país.

Yo no escribí la novela con el afán de hacer una denuncia social, ni política. Lo que yo quisiera es contar una historia, pero obviamente, para contar una historia tuve que ir a diferentes estratos de la sociedad, desde los campesinos que no tienen nada, sobre todo los que pertenecen a los pueblos originarios que carecen de oportunidades, y sí tenemos un país muy racista, entonces para poder tener toda la dimensiòn de la historia de amor era necesario recorrer todos los estratos de este país.

La disparidad social se ha sembrado a grados muy graves, la concentración de la riqueza es casi insultante, no solamente en México sino en el mundo, el uno por ciento de la poblaciòn es dueña del 50% de los recursos. La imposiciòn del modelo neoliberal que ya hay que sobrevivir con él, es el modelo que permea en todo el mundo, pero sí acentúa de manera muy drástica estas diferencias sociales.

La diferencia entre lo que vivimos tú y yo, y lo que se vive ahora, es que antes sí había movilidad social, sí había una oportunidad de movilidad social y sí había una clase media que era poseedora de pequeños comercios o de pequeñas empresas y había la probabilidad de que una pequeña empresa prosperara.

En el momento que entra la globalización y las grandes corporaciones, pues estas empresas tronaron, lo digo porque la pequeña empresa que tenia mi padre fue completamente devastada con el TLC. Entonces, la clase media se fue adelgazando. Quienes tenían poco tuvieron menos, los que tenían mucho tenían más,no es casualidad que existan 10 o 12 millonarios en la revista Forbes del los 100 hombres más ricos del mundo, en este país.

La llama de un fósforo dura solo unos segundos, pero es capaz de incendiar un bosque. Salvar el fuego es una historia que explora la capacidad de los seres humanos para cruzar las fronteras de la locura, el deseo y la venganza. Marina es una coreógrafa, casada, con tres hijos y una vida convencional. José Cuauhtémoc proviene de los extremos de la sociedad, un homicida condenado a cincuenta años de cárcel, un león detrás del cristal, siempre amenazante y listo para atacar. Entre ambos se desarrolla una relación improbable. Poco a poco, ella entra en un mundo desconocido y brutal hasta que desciende a las entrañas mismas del fuego. De tintes shakespearianos, ritmo trepidante y gran tensión, esta novela relata las paradojas de un país y las contradicciones más feroces del amor y la esperanza. Con esta obra escrita desde diversos puntos de vista y en diferentes tiempos, Arriaga se sitúa entre los escritores más arriesgados y apasionantes de la literatura actual. Narra con intensidad y dinamismo una historia de violencia en el México contemporáneo donde el amor y la redención aún son posibles. El autor se sirve tanto de una extraordinaria fuerza visual como de la recreación y reinvención del lenguaje coloquial para lograr una obra de inquietante verosimilitud. DEL ACTA DEL JURADO DEL XXIII PREMIO ALFAGUARA DE NOVELA, presidido por Juan Villoro e integrado por Laura Alcoba, Edurne Portela, Antonio Lucas, Jesús Rodríguez Trueba, y Pilar Reyes.

Y yo te lo digo que ando por las brechas y por los ejidos y rancherías: ya se pauperizó el campo mexicano.

Bastante más de lo que estaba.

Entonces, esa pauperización ha provocado tres cosas graves: una la migración, porque no hubo alternativa, 2) primero migración a EU, y luego migración a centros urbanos, lo que causó cinturones de miseria alrededor de las ciudades, que propician más falta de oportunidades, y por lo mismo, mayor crecimiento a la inseguridad y 3) se generó una sociedad completamente desposeída que fue organizada por el crimen de alto nivel.

El libro se desarrolla donde está la casa hogar, entonces es una forma de retribuir lo que la zona me ha dado, me ha dado amigos, son hospitalarios conmigo, me ha dado historias y es una forma de devolverle a la sociedad lo que me ha dado.

Es por una causa buena. Donaremos los ingresos a la casa hogar para ancianos Luz y Esperanza en Zaragoza, Coahuila. Si tienen los recursos, entrénle y ayuden. Los espero. https://t.co/oy344z56rD

— Guillermo Arriaga (@G_Arriaga) December 7, 2020

La iniciativa de Fénix, no es una iniciativa mía, y cuando me dijeron que es en la Casa hogar Luz y Esperanza, en Zaragoza, Coahuila, que la conozco, es una iniciativa muy loable y es muy seria, no saben qué tipo de instalaciones tienen, son muy dignas y estas personas de la tercera edad que están en situación muy vulnerable se sientan acogidas y protegidas, entonces creo que Fénix haya propuesto ayudar a una institución. En lo personal me llena de satisfacciòn y casualmente yo voy a estar en Zaragoza en casa de la directora de la casa hogar y desde ahí voy a hacer el evento con mi amigo Sergio Avilés y va a estar Jorge Jiménez el actor, que es el hijo de la directora (el actor hizo a Colosio en la serie de Netflix) Me parece que es interesante estar ahí mismo.

Yo creo que cada escritor debe encontrar su propio método de escritura, a nosotros nos quieren llenar de reglas de cómo escribir y yo siento que la regla numero 1 es que no hay reglas y cada quien debe encontrar su propio método para escribir. Se agradece que les den clases u orienten, imprimen herramientas que les sean útiles para un escritor, pero yo creo que nunca hay que imponerle, nunca y permitir que se desarrolle hacia el camino que desea.

Tengo un compadre que se llama Lucio Estrada, Lucio, Melquíades y Pedro, sus hermano, son amigos míos, de la regiòn sur del estado y me ha tocado ver a Lucio en situaciones económicas muy apretadas, lo he visto en situaciones legales muy injustas, muy cabronas; y sin embargo, lo que más me conmueve de mi compadre es que siempre está de buen humor y no tienes idea cuando lo conocí la hospitalidad y la calidez con la que me recibió. Creo que eso representa la mayor parte de la gente de este país, que es gente de una bondad y una solidaridad a prueba de fuego, pero es muy conmovedor que con muy poquita comida siempre me decía mira “ten compadre, un taquito de frijol” de lo poco que tienen, comparten. Yeso es lo que me conmueve de este país, que la gente todavía tiene ese deseo de compartir... Cada vez que hablo con él, hablamos una vez por semana, siempre es un tipo lleno de vida, y así hay mucha gente en México que te sorprende por su gran calidez.

No solamente es una falla del país, también hay que ver las circunstancias económicas, históricas y políticas en la que se insertó la gran crisis (...) Fue la adopción de modelos económicos muy depredadores que si afectaron el tejido social, no solamente en México.

Los primeros países que impulsaron en la globalización fueron Inglaterra, con Tatcher, todas estas medidas neoliberales; Reagan el famoso, en Estados Unidos.

Cuales son los dos primeros países que se han rajado a la globalizaciòn... la guerra con el brexit (...) entonces no es un problema exclusivo de México es las clases populares de estos países de estas potencias ya se revelaron contra lo que sus propios gobiernos impusieron. Imagínate cómo estamos nosotros que estas ideas económicas y políticas no se generaron en los países de tercer mundo, sino se generaron en los países imperiales. Nos exportaron estos modelos, el Fondo Monetario Internacional, todas estas imposiciones de control de la economía que los mismos obreros americanos no lo resisten.

En México hay otras circunstancias también que han acendrado el problema (...) y este fue el punto de quiebre de México (...) y me decían que México es un país muy bárbaro muy violento, les dije bueno, “pero mira quién me está hablando, no?”

Además, Alemania en casi 80 años mató a 20 millones de personas. Entonces, fue el punto de quiebre de Alemania. España tuvo su punto de quiebre con la guerra civil, Estados Unidos está por entrar a un punto de quiebre muy severo... Cada país tiene su punto de quiebre y ahorita es el punto de quiebre de México, no creo que esto vaya a permanecer muchos más años, creo que ya las condiciones económicas y políticas están cambiando y van a terminar por cambiar. Y no hablo solamente de México, hablo de la circunstancia mundial.

El arte no tiene la capacidad de formular respuesta, lo que hace el arte es formular preguntas, lo que hace el arte es confrontar al sujeto, espectador o lector, lo confronta y el chiste es que le genere preguntas, las preguntas siempre terminan derivando en respuestas, pero no es función del arte dar respuestas.

Es aspiración a una estética, por así decirlo, de poder confrontar al lector, hay libros que te curan, hay libros que te aligeran, hay libros que te evaden, hay libros que te entretienen, yo quiero que mi libro de alguna manera te haga ver hacia un lugar que no habías contemplado, eso es lo que yo quisiera que sucediera con mi literatura, que tú puedas observar hacia un sitio que jamás se te había ocurrido (...)

El cine es una cuestión obrera, hay un gran trabajo casi de fábrica y hay una relación muy fraterna con el equipo, la opulencia que tu dices es simplemente la faramalla que viene después del trabajo, pero como cineasta sabes que solamente es faramalla, pero es un trabajo de fábrica.

Hay pintores, hay plomeros, hay jardineros, hay electricistas, hay meseros, hay choferes, no es un trabajo necesariamente de opulencia, si tu vas a un set cinematográfico te darás cuenta que de opulento no tiene nada, opulentas pueden ser las alfombras rojas, que realmente le pertenecen a los actores, pero los que estamos detrás de cámaras sabemos que es un trabajo fabril.

Es que de opulencia no tiene nada. Acabo de filmar en Zaragoza, Coahuila, hace dos años, en el desierto a 51 grados con gente del pueblo, con los campesinos y con mis amigos, de opulento no tiene nada. Opulento son las alfombras rojas, pero ya es el 2 por ciento de lo que es hacer cine.

Yo siento que en los dos casos hago literatura y yo soy un contador de historias, aprovecho cualquier medio para contar mis historias, ya sea el cine o sea literatura,en los dos me siento privilegiado de poder mantener a mi familia con estos trabajos. No cualquiera lo puede hacer, pero sí me siento privilegiado de poder hacerlo.

Si das click en la siguiente imagen podrás acceder a nuestras galerías: