Para celebrar sus 80 años, Hugo Hiriart mostrará su faceta como artista visual

CIUDAD DE MÉXICO. “Tengo la fortuna de ser una persona infantil. Charles Baudelaire decía que tienes de talento lo que conservas de niño y algo de eso es cierto”, afirma el escritor Hugo Hiriart (CDMX, 1942), quien cumplirá 80 años el próximo jueves y celebrará con una exposición que mostrará, por primera vez, su faceta como artista visual.

El arte tiene mucho de juego y el juego es infancia, pero cuando tomas todo en serio ya no puedes crear en esa atmósfera donde se busca ganar dinero, fama, prestigio y es repugnante”, abunda el autor en entrevista con Excélsior.

La muestra, titulada Hugo Hiriart. Obra gráfica, abrirá el jueves 28 de abril, en la Galería El Rojo de Tacubaya, con 10 obras del dramaturgo, narrador, ensayista y pintor ocasional que ha creado este universo bajo el seudónimo de Evaristo Pompier.

Además, incluirá varias fotografías históricas de montajes realizados por la Compañía Nacional de Teatro. “Es una exposición que organizó mi amiga Patricia Bernal con algunos cuadros y dibujos que he hecho poco a poco, porque no le dedico mucho tiempo, pero siempre es con gusto”, explica.

¿Su pintura está relacionada con su trabajo literario?, se le pregunta al también autor de Cuadernos de Gofa.  

No tienen nada que ver con lo que escribo. Quizá todo esté relacionado, pero no es intencional. ¿Cómo se pinta un cuadro? Es el resultado de una exploración, de una lucha con el cuadro. Muchas veces uno pierde y entonces la pieza que se obtiene no vale la pena”.

Y agrega: “Pintar algo que funcione bien es difícil y eso sólo lo entiende quien lo realiza. Hay una constante metamorfosis de lo que se está pintando y es una aventura, un viaje a lo desconocido. Pintar no es sentarse a trazar líneas, es una aventura”, advierte.

Dotado de una prosa sencilla y afilada, Hiriart es el flautista de Hamelin del ensayo y de la conversación que, en un instante, habla de la sorpresa que le brinda la narrativa de Varlam Shalámov y luego se detiene en Autobiografía, de José Clemente Orozco.

El ensayista se autodefine como un artista plástico de domingo.

También sugiere leer Dormir al Sol, de Adolfo Bioy Casares, para quienes desconocen su obra, y luego se instala en la violencia que azota a México, en la nota roja y en la obra de Alfonso Reyes y Jorge Luis Borges, tal como lo hace en su libro El arte de perdurar. 

Su mente es la de un prestidigitador que cambia de ruta con la cadencia de un flâneur, pero él no acepta etiquetas y asegura que sólo se divierte.

Reyes fue, durante muchos años, una de mis lecturas predilectas y aunque disfruté la familiaridad con las cosas que hizo, no alcanzó el gusto que me daba Borges. Fíjate en algo, todo lo que él decía se ha intentado conservar, porque hay muchos libros sobre Borges dando clases y charlando, como en Borges, de Bioy Casares, producto de las múltiples charlas que sostuvieron.

Y añade: “De Borges hay que leerlo todo, aunque tiene unos ensayos en los que ataca a Américo Castro, un gran escritor, y no me cayó la furia con la que lo hizo”.

¿Alguna vez ha escrito poesía?, se le pregunta. “Sólo he escrito poesía con propósitos eróticos y de enamorado, cuando era más joven.

Mira, la poesía es lo más difícil que hay en la literatura, más que escribir una novela. Entonces, uno piensa dos veces si va a dedicar el máximo esfuerzo para lograr un pedacito de poema. A mí me atraía más hacer una obra de teatro o el guion de una película, simplemente porque hay cosas que a uno le gustan y otras no”.

Hiriart también reflexiona sobre el nacimiento de los lectores. “Es un misterio que obedece a razones muy dispares el que una persona lea o no. Mi hermano recibió exactamente la misma educación que yo y nunca leyó un libro, nunca lo vi comprar un ejemplar. Simplemente no le atraía eso.

Aunque también puedes verlo desde otro punto de vista, por ejemplo, yo leía tanto porque estaba angustiado y descubrí que al leer me fugaba de los reclamos de la existencia, pero en vez de regañarme, me decían que leyera más. Imagina que tú te fugas de una realidad horrenda y te felicitan. Es una fuga para no enfrentar las cosas”, comenta.

Hiriart ha recibido los premios Nacional de Ciencias y Artes (2009), Mazatlán de Literatura (2011), de dramaturgia Juan Ruiz de Alarcón (1999), Xavier Villaurrutia (1972) y es integrante de la Academia Mexicana de la Lengua (AML) desde 2014.

Afirma que su trabajo plástico no sostiene relación con su prosa.

“ALGO ESTAMOS HACIENDO MAL”

Hiriart también habla sobre la violencia en México. “¿No te asombra lo rápido que ha subido la criminalidad? No entiendo por qué”, reflexiona.

Siempre he sido una persona apacible y tranquila. Sin embargo, me interesa la guerra y esas cosas horribles, porque no tiene nada que ver con nuestro modo de ser. Parecería que sí, pero no. La violencia ha aumentado y no sé a qué atribuirlo, pero hay algo que estamos haciendo mal”, advierte el también autor de El águila y el gusano.

Por último, el creador de una docena de obras de teatro como La Ginecomaquia y La noche del naufragio habla sobre su interés por compilar y publicar los dibujos que hizo para su columna Configuraciones, en La Jornada Semanal, hace casi tres décadas.

Quiero hacer un libro con esos dibujos. Tengo muchos (entre luchadores, calaveras, sirenas, entre otros), los quiero reunir y publicar con un pequeño prólogo”, explica.

Por último, adelanta que en unos meses concluirá una nueva obra de teatro protagonizada por un emisario chino de avanzada edad que presagiará los últimos días de un hombre que, en apariencia, no conoce.

cva

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