¿Qué tipo de exfoliante debo usar? Descubre si tu piel necesita uno físico o químico

¿Tienes piel seca, grasa o sensible? No te preocupes, existen exfoliantes físicos y químicos, que se adaptan a las necesidades según tu tipo de piel.

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¿Qué tipo de exfoliante debo usar?: Físico o Químico. Foto: Canva.

Cuando se trata de cuidar tu piel, no basta con hidratarla. Un paso clave —y muchas veces olvidado— es la limpieza profunda, que incluye la eliminación de células muertas mediante la exfoliación

Este proceso no solo mejora el aspecto de la piel, sino que también contribuye a su salud general. Pero ¿qué tipo de exfoliante deberías usar? ¿Físico o químico? La respuesta depende de varios factores, como la composición del producto y, sobre todo, tu tipo de piel.

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¿Qué tipo de exfoliante debo usar?: Físico o Químico. Foto: Canva.

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¿Cómo promueve la exfoliación la regeneración de la piel?

La exfoliación estimula uno de los procesos más importantes del cuidado cutáneo: la renovación celular, menciona la Clínica Dermatológica Internacional

Al eliminar las células muertas que se acumulan en la capa más externa de la piel (la epidermis), se facilita que nuevas células suban a la superficie con mayor rapidez.

Este ciclo natural ayuda a mantener la piel luminosa, suave y uniforme. Además, previene la aparición de signos tempranos de envejecimiento, como líneas finas, manchas y pérdida de firmeza.

Según la American Academy of Dermatology, exfoliar de manera adecuada puede incluso potenciar la efectividad de los productos que aplicamos después, ya que la piel queda más receptiva a la hidratación y a los tratamientos específicos.

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¿Qué tipo de exfoliante debo usar?: Físico o Químico. Foto: Canva.

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Tipos de exfoliantes: físicos y químicos

En términos generales, existen dos grandes tipos de exfoliantes:

Exfoliantes físicos (o mecánicos):

Contienen partículas sólidas —como azúcar, sal marina, cáscaras de frutas o microgránulos— que actúan por fricción al masajear la piel. También entran en esta categoría herramientas como cepillos o esponjas especiales.

Exfoliantes químicos:

Utilizan ingredientes activos, como alfa hidroxiácidos (AHA), beta hidroxiácidos (BHA) o enzimas de frutas, para disolver las células muertas sin necesidad de frotar. Estos ácidos actúan sobre la unión entre células, permitiendo una renovación más profunda y uniforme.

¿Cuál es el exfoliante ideal para tu tipo de piel?

Elegir el exfoliante adecuado depende en gran medida de las características individuales de tu piel. Aquí te damos una guía básica basada en recomendaciones de la Clínica Dermatológica Internacional y dermatólogos certificados:

Piel normal a mixta

Este tipo de piel suele tolerar bien ambos tipos de exfoliantes. Puedes alternar entre exfoliantes físicos suaves y fórmulas químicas ligeras (como AHAs de baja concentración), lo cual ayuda a mantener el equilibrio sin agredir la barrera cutánea.

Piel seca

Exfoliar es crucial para eliminar la descamación y permitir una mejor absorción de hidratantes. Se recomienda optar por exfoliantes químicos con ácido láctico, un AHA que, además de exfoliar suavemente, tiene propiedades humectantes. Esto ayuda a reducir la tirantez y mejora la textura de la piel.

Piel grasa o con tendencia al acné

La exfoliación en este tipo de piel debe enfocarse en limpiar los poros y controlar el exceso de sebo. Los exfoliantes químicos con ácido salicílico (BHA) son altamente efectivos, ya que penetran profundamente y disuelven la grasa acumulada, reduciendo así brotes e imperfecciones.

Piel sensible

Aquí la clave es la suavidad. Se deben evitar los exfoliantes físicos, ya que pueden causar irritación o microdesgarros. En su lugar, lo ideal son exfoliantes químicos muy suaves con AHAs de baja concentración o enzimas naturales (como la papaya o la piña). Además, se recomienda limitar la exfoliación a una vez por semana o menos.

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¿Qué tipo de exfoliante debo usar?: Físico o Químico. Foto: Canva.

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Cómo exfoliar tu piel de forma segura y efectiva

No basta con elegir el exfoliante correcto: la técnica también importa. Una exfoliación mal hecha puede causar más daño que beneficio. Sigue estos consejos para proteger tu piel:

  • Frecuencia adecuada: Una a tres veces por semana es suficiente. Exfoliar con demasiada frecuencia puede causar resequedad, inflamación o sensibilidad extrema.
  • Aplicación suave: Si usas exfoliantes físicos, evita frotar con fuerza. Usa movimientos circulares y ligeros, especialmente en zonas delicadas como el rostro.
  • Hidratación post-exfoliación: Después de exfoliar, aplica una crema humectante o suero reparador. Esto ayuda a reforzar la barrera de la piel y prevenir la pérdida de agua.
  • Protección solar obligatoria: La piel recién exfoliada es más vulnerable a los daños solares. Usa protector solar de amplio espectro SPF 30 o superior todos los días, incluso si está nublado.

La exfoliación, bien realizada, puede transformar la piel: la vuelve más luminosa, uniforme y receptiva a los tratamientos. Sin embargo, no existe una solución única para todos. Elegir entre un exfoliante físico o químico depende del tipo de piel, tus necesidades particulares y la frecuencia con la que lo apliques.

Si tienes dudas sobre qué producto usar o notas reacciones adversas, lo más recomendable es consultar con un dermatólogo certificado.