¿Qué sucede cuando un jugador de la NFL entra a la carpa azul?

Instalada desde 2017, la carpa médica azul es el lugar más temido de la banda del campo

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La carpa azul sirve para revisar médicamente a los jugadores por alguna lesiónEspecial

Para el aficionado de la National Football League, hay pocas escenas más inquietantes que ver a su figura caminar, cabizbaja, hacia una estructura improvisada en la banda. La carpa azul se levanta en segundos, como un telón que cae antes del acto final, y el estadio entra en pausa emocional. Nadie sabe si el jugador volverá, si el golpe fue menor o si la tarde terminó antes de tiempo. El suspenso es absoluto. Y mientras afuera el juego sigue, adentro ocurre algo que rara vez se explica.

Desde 2017, la NFL instaló estas carpas médicas portátiles con el objetivo  permitir evaluaciones en el campo lejos de cámaras, micrófonos y miradas indiscretas. El color no es casual. Directivos de la liga han explicado que el azul se percibe como tranquilizador. Los jugadores, sin embargo, no siempre lo sienten así.

Para un jugador de la NFL, la carpa médica azul es a menudo el último lugar en el que quiere estar.

El pateador de los Patriots, Andy Borregales, contó al Boston Globe que no todos los jugadores acuden a la carpa azul para recibir atención médica. Hay ocasiones que adquiere otro uso .

Creo que he entrado ahí una vez. A orinar. Y ya está”. Su compañero Morgan Moses rió al recordar que entre jugadores ese recurso es conocido como “el baño de la banda”.

Más allá de esas anécdotas, la carpa se ha convertido en sinónimo de malas noticias. “Intento mantenerme alejado de la carpa azul. Significa problemas”, dijo Moses. “Cuando estás ahí y el juego sigue, y no puedes ver nada afuera, la urgencia por volver te consume”.

Dentro no hay espacio para el drama, pero sí para el caos controlado. El centro de la ofensiva de Nueva Inglaterra,  Garrett Bradbury describió la escena como una extensión inevitable del oficio.

Depende de la lesión. Normalmente hay unas cuatro personas ahí. Es caótico porque piensas que te revisen y puedas volver lo antes posible. Pero claro que no quieres estar ahí”. Un espacio mínimo, decisiones enormes

El linebacker Christian Elliss señaló en el artículo del Globe algo más descriptivo. 

Sólo hay una mesa. Estás rodeado de entrenadores y personal médico. Intentas asomarte por una pequeña grieta para ver el partido mientras ellos hacen lo suyo. Es un espacio reducido”.

Sanciones por invadir

No cualquiera puede entrar. Los entrenadores en jefe tienen prohibido el acceso. La liga vigila ese punto con lupa. A principios de esta temporada, los Giants fueron multados tras un incidente en el que el coach Brian Daboll ingresó a la carpa junto al corredor Cam Skattebo para presionar el regreso del quarterback Jaxson Dart. La sanción fue de 200 mil dólares al equipo, 100 mil a Daboll y 15 mil a Skattebo.

La razón es simple. La carpa busca eliminar distracciones. Ahí se decide si un jugador puede continuar o si debe salir del protocolo. Nada más. Nada menos.

Las lesiones graves suelen evitar ese espacio. Si aparece el carrito, la carpa queda atrás. Pero para golpes comunes y, sobre todo, para evaluaciones neurológicas, ese rectángulo azul es el primer destino. Hay una señal inequívoca para el público atento. La gorra roja. Quien la porta es un especialista independiente en neurotrauma, encargado de evaluar una posible conmoción cerebral.

El proceso puede ser rápido, aunque para el jugador nunca lo es. Elliss lo vivió el año pasado ante Arizona. “Pensaron que tenía una conmoción. Yo decía que estaba bien. Terminé perdiéndome casi ocho minutos por el protocolo y fue frustrante. Entiendo que hagan su trabajo, pero molesta”.

El caso más reciente y polémico lo protagonizó el receptor Stefon Diggs. Tras ser llevado a la carpa ante Baltimore, escapó por la parte trasera y regresó al campo. “Me estaban reteniendo. Decían que era conmoción, pero nunca me golpeé la cabeza”, explicó después. “Me dolía el hombro. No pueden impedirme estar en el campo”.

Diggs admitió que se disculpó más tarde, pero su reacción expuso el conflicto central que vive la liga. La tensión entre la seguridad del jugador y su deseo de competir.

La carpa azul se ha convertido en un tabú. Un lugar donde se detiene el tiempo para jugadores y aficionados que esperan que nada de lo que suceda ahí adentro, pueda detener su accionar en el campo.

La temporada 2025 de la NFL está por terminar. Las acciones se intensificarán en la ruta hacia el Super Bowl y por desgracia, es casi seguro que la carpa azul vuelva a desplegarse en más de una ocasión.