La NBA sanciona a Marcus Smart por gesto obsceno

El juego hervía cuando sonó la bocina del descanso. El marcador no favorecía a los Lakers de Los Ángeles (78-73 abajo) y el ruido del Delta Center, en Utah, acompañaba la frustración de unos Lakers que buscaban respuestas. En ese trayecto corto pero cargado de tensión rumbo al vestuario, Marcus Smart perdió el control por un instante, y ese gesto, breve y elocuente, terminaría teniendo consecuencias para la franquicia de California.

Según informó la NBA este sábado, el guardia de los Lakers fue multado con 35 mil dólares por realizar un gesto obsceno (el dedo medio) dirigido a un árbitro luego de un intercambio verbal al final del segundo cuarto. La liga consideró la acción una violación clara a sus normas de conducta, especialmente en lo que respecta al respeto hacia los oficiales del juego.

El episodio no ocurrió en el vacío. No tiene justificación, pero siguió tras un juego ante el Jazz de Utah que había sido un festival ofensivo, rápido, desordenado por momentos, con decisiones arbitrales que incomodaron a ambos bandos. Smart, conocido por su intensidad defensiva y su carácter volcánico, reclamó una jugada mientras se dirigía al pasillo que conducen a los vestuarios. La discusión subió de tono y, en el último segundo antes de desaparecer, llegó el gesto que no admite interpretación.

Paradójicamente, lo que siguió fue una reacción positiva en la duela. Los Lakers ajustaron, aceleraron el ritmo y encontraron soluciones ofensivas en la segunda mitad para terminar imponiéndose 143-135, en uno de los partidos más anotadores de su temporada. Smart dejó atrás el enojo inmediato y se reinsertó en la dinámica del equipo, aportando energía en ambos costados. Teminó la noche con 17 puntos.

La multa, anunciada funciona como el cierre institucional de una escena que resume bien la noche: basquetbol de alto voltaje, emociones al límite y una línea que no se debe cruzar. En la NBA, el marcador puede cambiar en minutos. Las imágenes, en cambio, permanecen. Y esta vez, el gesto de Smart pesó lo suficiente como para que la liga interviniera con firmeza.