LeBron James y Tiger Woods, nacidos el mismo día y unidos por el club billonario del deporte

Esta noche, en algún punto de Los Ángeles, LeBron James se sentará a la mesa después del juego. No habrá globos ni un pastel exagerado. Quizá una vela, quizá ninguna. El cuerpo todavía caliente, la mente repasando posesiones. Cumple 41 años y dentro de sus festejos está jugar con los Lakers enfrentando a los Pistons de Detroit.

A varios kilómetros de distancia, Tiger Woods también cenará hoy. El golfista más reconocido de la historia llega a 50 años. La conversación girará menos alrededor del siguiente torneo y más sobre el camino recorrido. Woods ya no vive pendiente del tee de salida, pero sigue siendo el centro de gravedad del golf. 

El 30 de diciembre une a dos figuras que jamás compartieron deporte, pero sí una misma lógica de poder. LeBron y Tiger se convirtieron en fuerza dominantes de su disciplinas y alcanzaron sitios en la cultura popular que sólo están destinados a unas pocas leyendas.

Club de los billonarios

James llega a esta noche como el máximo anotador en la historia de la NBA, cuatro veces campeón y todavía vigente. En la temporada cumple años con uniforme puesto, sin despedidas ni nostalgia. Este año ganará más de 124 millones de dólares entre contrato y patrocinios. Su patrimonio neto se estima en mil 800 millones. Nike, AT&T y Pepsi siguen siendo nombres visibles, pero el verdadero entramado está fuera del reflector inmediato. SpringHill, su productora, fue valuada en 725 millones tras la venta de una participación minoritaria. Blaze Pizza, Tonal, una franquicia de pickleball y su sociedad con Fenway Sports Group dibujan a un jugador que nunca se limitó a cobrar cheques. James ya habló de ser dueño de un equipo, con Las Vegas como posibilidad real. No es un capricho. Es la siguiente casilla lógica.

Tiger Woods llega a los 50 con otra escena. En los últimos seis años jugó apenas 13 certámentes del PGA Tour y ganó 212 mil dólares en premios. El cuerpo le impuso límites claros. Siete cirugías de espalda, operaciones de rodilla, un tendón de Aquiles que no perdona. Aun así, en 2024 encabezó el Programa de Impacto del Jugador y se llevó un bono de 10 millones de dólares. Sin competir, sin ganar torneos, fue el nombre que más interés generó.

Fue el golfista más buscado en Google. Al cumplir 50 años, sus ganancias profesionales se estiman en 2 mil millones de dólares, de acuerdo con el sitio especializado Sportico. Más del 90 por ciento provienen de patrocinios, regalías, apariciones y su negocio de diseño de campos. Sigue siendo el líder histórico en premios del PGA Tour con 121 millones, por encima de Rory McIlroy en esa categoría específica. Dos cenas, una misma influencia

En 1996, Earl Woods dijo que su hijo cambiaría el curso de la humanidad. La frase parecía arrogante, pero tuvo un fuerte peso en el deporte. Tiger no se convirtió en líder espiritual ni en figura moral universal. Lo que sí hizo fue transformar el golf en un producto global. Su contrato de 40 millones con Nike al volverse profesional marcó un quiebre. En el Masters de 1997 ganó con -18 y 12 golpes de ventaja. La ronda final fue vista por 44 millones de personas. El golf entró al horario estelar.

Los patrocinadores llegaron en masa. Accenture, AT&T, Buick, Gillette, Electronic Arts, PepsiCo. En su apogeo, Woods superó los 100 millones anuales fuera del campo. Nike construyó una división completa impulsada por su figura, con ingresos que alcanzaron 792 millones en 2013. La relación terminó en 2023, después de 27 años. Woods respondió lanzando Sun Day Red con TaylorMade.

LeBron hizo algo distinto, pero igual de disruptivo. Entendió que la narrativa también era un activo. Produce contenidos, protagoniza películas, convirtió su voz en plataforma. “Space Jam: A New Legacy” recaudó 163 millones en el mundo. “The Shop” migró de HBO a YouTube. El jugador se volvió editor de su propia historia.

Esta noche, mientras Tiger apaga 50 velas y LeBron 41, ninguno necesita recordar lo que hizo para justificar quién es. Arnold Palmer seguía generando cerca de 40 millones de dólares anuales hasta su muerte a los 87. Woods es el segundo atleta mejor pagado de todos los tiempos, sólo detrás de Michael Jordan. LeBron es cuarto. Ambos nacieron el mismo día.

El 30 de diciembre es el día en el que nacieron dos de los pocos atletas que han superado los mil millones de dólares en ganancia dentro y fuera del terreno de juego.