Arsenal desata una tormenta y aplasta al Aston Villa

Tras un primer tiempo incómodo, el Arsenal regresó del descanso convertido en una máquina ofensiva, marcó cuatro goles en media hora y firmó una exhibición de líder que refuerza su condición de favorito al título en la Premier League.

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Gabriel Magalhaes celebra el gol que abrió la goleada del Arsenal ante el Aston Villa, en una segunda parte demoledora en el Emirates.Reuters

El Arsenal necesitó solo un error para desatar la tormenta y cuando olió sangre, no tuvo piedad. Tras un primer tiempo espeso y trabado, el equipo de Mikel Arteta salió del vestidor convertido en una apisonadora y pasó por encima 4-1 del Aston Villa.

Con una segunda parte demoledora, cuatro goles en poco más de 30 minutos, una exhibición de autoridad y una goleada que explica por qué este equipo juega y se impone como campeón (4-1).

Todo cambió en una acción. Un tiro de esquina, un salto mal medido y un error impropio de Emiliano “Dibu” Martínez. Gabriel Magalhaes ganó el balón que se le escapó al arquero argentino y terminó dentro del arco. El VAR revisó, confirmó y validó lo inevitable. El partido murió ahí.

Cuatro minutos después, el Arsenal ya estaba 2-0 arriba. Martin Ødegaard, hasta entonces apagado, encontró su primer pase profundo de la noche y Martin Zubimendi definió con una calma quirúrgica. Todo el trabajo visitante del primer tiempo quedó pulverizado en menos de cinco minutos.

Leandro Trossard ajustó un derechazo para el tercero y Gabriel Jesús, recién ingresado, empujó el cuarto sin siquiera necesitar acomodarse. El Emirates pasó del nervio a la fiesta. El Arsenal pasó de la duda a la sentencia.

El gol tardío de Ollie Watkins solo maquilló un castigo que ya era irreversible. Watkins tuvo la más clara con el marcador en cero, pero David Raya respondió y William Saliba firmó una de esas acciones que valen tanto como un gol, barriendo lo justo para evitar el 0-1 cuando el estadio contenía el aliento.

Sin Declan Rice ni Calafiori, con Bukayo Saka bien controlado y sin profundidad por dentro, el Arsenal chocó una y otra vez contra la zaga visitante. Viktor Gyökeres tuvo intentos sin filo. Ødegaard apareció poco. El ritmo nunca fue suyo.

El segundo tiempo fue una demostración de jerarquía. De pegada. De mentalidad. El Arsenal no necesitó dominar durante 90 minutos. Le bastó con identificar el momento, acelerar y golpear sin misericordia.

El Arsenal juega como líder, golpea como favorito y empieza a caminar la liga con paso de campeón.