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Trasladan a 31 presas hacinadas en Ixtlahuaca a otros centros penitenciarios

Las mujeres estaban hacinadas en una estancia de no más de 25 metros cuadrados construida sobre la azotea de la vieja cárcel

Redacción | 06-10-2021
En 15 minutos dejó de existir el anexo femenil de la prisión de Ixtlahuaca, un lugar donde algunas llevaban 15 años sin pisar la calle, ni ver a nadie que no sean otras reas. Foto: especial
En 15 minutos dejó de existir el anexo femenil de la prisión de Ixtlahuaca, un lugar donde algunas llevaban 15 años sin pisar la calle, ni ver a nadie que no sean otras reas. Foto: especial

Apenas 15 minutos tuvieron 31 mujeres presas en el módulo femenil de la cárcel estatal de Ixtlahuaca, en el estado de México, para recoger las pertenencias que pudieran antes de ser trasladadas a otros espacios penitenciarios.

Las mujeres estaban hacinadas en una estancia de no más de 25 metros cuadrados construida sobre la azotea de la vieja cárcel; aun cuando la Ley Nacional de Ejecución Penal prevé el internamiento femenil en espacios diferentes, ajenos, de los penales de hombres.

El desalojo y traslado fue narrado por el periodista Humberto Padget en el noticiero de Ciro Gómez Leyva en Imagen Televisión, donde mostraron las imágenes de las literas donde dormían, el baño, donde solo hay una ducha sin cebolleta para todas, y apenas dos excusados sin agua para que sean compartidos en turnos establecidos.

Un espacio sin consultorio ginecológico, aun cuando entre las presas había una mujer embarazada. Tampoco áreas deportivas, ni culturales, condenando a las mujeres a vivir encerradas sin expectativas de reinserción.

Aunque pudiera parecer una mejor opción ser trasladadas a espacios más amplios, las mujeres tenían miedo, por no tener la certeza de que así sea, o porque en el área para hombres están sus hombres: maridos, hermanos e hijos con los que delinquieron.

En 15 minutos dejó de existir el anexo femenil de la prisión de Ixtlahuaca, un lugar donde algunas llevaban 15 años sin pisar la calle, ni ver a nadie que no sean otras reas.

En el traslado que duró dos horas el ánimo de las 31 mujeres cambió. Fueron llevadas al penal de Neza Sur, su nueva casa, en las que algunas pasarán los siguientes 50 años. De las 31 mujeres, solo cuatro enfrentan cargos por robo y las demás por cargos de secuestro, homicidio y extorsión.

Otro centenar de mujeres fue trasladado de otros centros penitenciarios.

Las mujeres que a partir de antier duermen aquí se encuentran con otro cambio, quizá tan dramático como el mismo traslado: está prohibida la existencia de dinero en efectivo. Y, para algunas de ellas, la maternidad será más llevadera. Hasta que sus niños cumplan tres años y, por mandato de una ley que sí se cumple, les sean retirados.

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jcp

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