¡Rifada! Yvonne Domenge, la escultora que representa a México
Se convirtió en la primera mujer en exponer en las galerías al aire libre de Millennium Park en Chicago; también ha expuesto su obra en el Museo de Louvre en París

CIUDAD DE MÉXICO.
Pocos mexicanos pueden presumir de haber expuesto su obra en el Museo de Louvre en París, Francia. Yvonne Domenge Gaudry, escultora, es una de ellos, y al mismo tiempo se siente orgullosa de estar detrás de la exposición urbana en la colonia Buenos Aires.
Nacida en la Ciudad de México, Yvonne Domenge ha participado en más de 50 exposiciones individuales y 165 colectivas en México, Estados Unidos, Canadá, Europa y Asia. Fue miembro de la Comisión de Artes y Letras de Paris, Francia, y miembro de la Academia de Ciencias y Artes de Bélgica.
Defiende a México en todo lugar donde lleva su arte, aunque por su ascendencia en algunos lugares no le creen.
Con dos apellidos franceses me encontré representando a México en Francia, en China, en varias partes del mundo. Yo me sentía embajadora a través de las piezas. Yo decía, muy orgullosa y derechita, “tengo un premio, lo gané para México”, y me decían “¿cómo, con esos nombres?”. En Alaska me pusieron Ivona Dominga porque les sonó mexicano”, recuerda.
Cuando está fuera de México, en sus piezas solo pone ‘Domenge’ porque nunca ha querido que sepan si es hombre o mujer, quiere que sus piezas hablen por ellas mismas. Hay lugares, señala, donde la presencia de género es muy fuerte y eso no le gusta. Así que pone ‘Domenge. México’.
A pesar de ello, como mujer escultora también ha hecho historia. En 2011 se convirtió en la primera mujer en exponer en las galerías al aire libre de Millennium Park, en Chicago. Además del logro para el género, como mexicana también impactó en la comunidad latina.
Trabajé directamente con las mujeres chicanas que llegaban de México a Estados Unidos, no hablan el idioma y no tienen papeles. Me sentí tan feliz porque yo les daba esperanzas, como que representaba sus deseos porque yo había logrado alcanzar un lugar alto, en mi caso en la escultura, pero lograrlo era para ellas un ejemplo tácito”, cuenta.
Su experiencia en Millennium Park se enriqueció aún más cuando se percató de que los espectadores interactuaban con su obra que en aquella ocasión fue un grupo de seis esculturas a gran escala.
Hacía bastante frío y una de mis obras eran unas semillas gigantes. La gente metía ahí a sus bebés y los tapaba con sus cobijas. Estaba tan contenta. A mí me encanta que mis piezas sean vividas, a veces las grafitean o les ponen post-it, en Estados Unidos se atrevían hasta a subirse a las piezas; a los organizadores no les gustaba mucho eso, pero a mí me encantaba porque cuando hago escultura urbana es para la colonia donde está”, afirma.
Una de sus mayores experiencias en la escultura urbana fue el proyecto Esculturas Realizadas por la Comunidad de la Col. Buenos Aires, que realizó de 1999 a 2002 a través de una convocatoria del Museo de la Ciudad de México para promover el arte en los barrios de Mixquic, Tepito y Buenos Aires.
Yo dije: ‘nada más puedo trabajar en la Buenos Aires porque hay fierros, sino ¿qué hago?’. Pero fui tan mal recibida, me tardé casi dos años en que me aceptaran. Iba con la idea de que cada taller hiciera la misma pieza y luego las juntáramos para hacer una monumental, pero no se llevaban uno con otro, se iban a matar, así que cada quien hizo su pieza”, recuerda.
Esquivando y superando rivalidades entre pandillas logró que 70 personas formaran parte de ese programa en la que realizaron esculturas con piezas de autopartes de desecho. Aún se pueden apreciar algunas sobre el camellón de la avenida Dr. Vertiz, que han sobrevivido al vandalismo de colonias rivales.
Había cocodrilos, una tortuga, una red de araña… Les preguntaba: ‘¿cuál es tu sueño?’. Una muchacha que desarmaba cajas de velocidades ya estaba hasta el gorro, desde pequeños estos niños trabajan en eso. Le dije: ‘cuando termine el día haz algo que te hubiera gustado hacer desde niña’, y me dijo: ‘quiero hacer una hormiga’”, relata.
Yvonne Domenge supo desde muy niña que nació para ser escultora, le fascina dominar el material, ya sea madera o acero.
Dibujo todos los días de mi vida y además doy clases de dibujo. Para mí es una manera de armonizarme, de sentirme bien. Además, me gusta estudiar el tema que voy a desarrollar, y eso que en el colegio no estudiaba porque me la pasaba dibujando; ahora de adulta ya he estudiado lo que no cumplí en su tiempo”, comenta divertida.
Cabe destacar que los temas de las esculturas de Yvonne Domenge pueden llegar a ser bastante complejos, como la escultura que realizó para el investigador Miguel Yacamán para los 40 años de la energía atómica o la escultura VIRUS A1H1N1 para la Facultad de Ciencias Biomédicas de la UNAM, que le valió en 2010 el galardón de la Academia de Medicina en México.
Los mexicanos somos artistas de tradición. Ir al Museo de Antropología y ver lo que hicieron los mexicas es una cosa impresionante, de una belleza y una profundidad grandiosa. Algo que admiro es la creatividad que nos sobra a los mexicanos. Nacemos inventando y no tenemos dependencia, si no hay una herramienta pues la invento. He visto en otros países que son muy dependientes de que algo tiene que ser específico, aquí no, si no hay que ver cómo te las arreglas. Nunca nos quedamos con un ‘no’, siempre buscamos alternativas y resolvemos nuestros problemas, a mí eso me da un orgullo enorme”, concluye.
jvc
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