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Destaca Ceda importancia del consumo de amaranto

Actualmente está incluido entre los 36 vegetales con mayor potencial económico y nutricional; en México se producen alrededor de 6 mil toneladas al año

Redacción | 01-11-2018
El amaranto es muy solicitado para los dulces típicos de las celebraciones del Día de Muertos. Foto: Especial
El amaranto es muy solicitado para los dulces típicos de las celebraciones del Día de Muertos. Foto: Especial

CIUDAD DE MÉXICO.

La Central de Abasto de la Ciudad de México ofrece amaranto en sus bodegas y locales. Esta semilla puede encontrarse durante todo el año, pero es especialmente solicitada para los dulces típicos de las celebraciones del Día de Muertos.

Desde tiempos antiguos el amaranto ha estado ligado a la existencia de los mexicanos y actualmente está incluido entre los 36 vegetales con mayor potencial económico y nutricional, por lo que se ha vuelto parte importante de la gastronomía del país. Además, tiene un breve ciclo de cultivo y muestra gran capacidad de crecer en ambientes diversos.

Por su gran versatilidad, la semilla puede utilizarse en la preparación de diferentes alimentos. Aporta proteínas, minerales y vitaminas naturales como “A”, “C”, “B1”, “B2” y “B3”; además de ácido fólico, niacina, calcio, hierro y fósforo. También tiene una elevada presencia de aminoácidos y proteínas.

En la Ceda-CDMX se comercializa en 35 pesos el kilo para mayoristas a partir de costales de 10 y 20 kilogramos. De igual forma puede comprarse al menudeo entre los 20 y 30 pesos el kilo. En el área de flores pueden encontrarse al natural, en ramo o maceta.

Cabe destacar que en México se producen alrededor de 6 mil toneladas de amaranto al año, principalmente en el estado de Puebla, seguido por Morelos, Tlaxcala, Ciudad de México, Estado de México y Guanajuato.

Se cree que durante las festividades religiosas de los aztecas las mujeres molían la semilla de amaranto, la mezclaban con miel, melaza o sangre de víctimas de algún sacrificio y moldeaban la pasta para crear estatuas de ídolos y dioses, que eran consumidas por los hombres para tener fuerza en la guerra.

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