CIUDAD DE MÉXICO.
Para cuando la mayoría de nosotros habíamos nacido, Lincoln ya era una marca con una historia de respeto, que nació en 1917 haciendo motores para aviones, y para 1920 ya estaba también inmersa en el mundo del automóvil, produciendo algunos de los modelos más especiales del segmento de lujo.
Uno de ellos, el Lincoln Continental, un célebre emblema de la cultura estadunidense. Un enorme sedán de lujo que hasta nuestros días arranca miradas a su paso y que desde la década de los años 40 aportó innovaciones al mundo del motor, tal y como ahora, un siglo después de su arribo al escenario automotriz, lo sigue haciendo con modelos como la Aviator Grand Touring.
Hace apenas uno años la firma asumió la responsabilidad de revivir viejas glorias y enfocó sus baterías en rediseñar vehículos como la imponente Navigator, así como revivir a Aviator e inventar nuevos conceptos de transporte más pequeños como las Nautilus y Corsair.
De este trabajo la compañía presume un portafolio de productos totalmente actualizado, basta con darse una vuelta por su página de internet para constatarlo.
Con este punto cubierto, Lincoln comenzó un nuevo proceso, el de la electrificación de la gama.
Las tapicerías de cuero, los detalles de madera, la botonería, el sistema de audio Revel y las pantallas multimedia nos hablan de una camioneta en una clase superior.
Si bien es cierto que no es la única marca que lo ha hecho, llama la atención el enfoque con el que lo está ejecutando, pues no sólo se trata de poner motores eléctricos a los de combustión interna ya existentes, para que sus vehículos gasten menos gasolina, sino que buscan incrementar dinamismo en la conducción y llevar la experiencia de equipamiento a un nivel superlativo.
Así fue como, hace exactamente un año, llegamos al Valle de Napa, una región vinícola muy famosa ubicada en el estado de California para ponernos por primera vez a los mandos de la Aviator, la elegida para convertirse en la primer camioneta híbrida que la firma lanza en nuestro territorio y que con el apellido Grand Touring, engloba todo un mundo de alta sofisticación.
Mientras la conocíamos en California, nos sorprendió que la marca decidiera acompañar esta SUV plug-in hybrid con una serie de ejecuciones de equipamiento que la hacía lucir muy apetecible pues las versiones más altas son también las más eficientes, nos preguntábamos si esa misma estrategia llegaría a nuestro territorio.
Un año después, ya con la Lincoln Aviator Grand Touring en el estacionamiento del periódico Excélsior, nos dimos cuenta que así es.
Al abrir la puerta de esta camioneta, lo primero que notas son un par de asientos tapizados con una exquisita piel, que nos dieron la bienvenida y durante los trayectos que tuvimos a bordo de ella, su diseño te hace sentir apapachado, cómodo y hasta abrazado.
Es imposible no sorprenderte cuando enciendes esta SUV y las enormes pantallas montadas en el tablero y en la parte alta de la consola central comienzan su show con unas gráficas espectaculares que te dan la bienvenida.
Los sonidos que emite la camioneta para las alertas fueron grabadas por la Orquesta Sinfónica de Detroit y son reproducidos por 14 bocinas de la marca Revel, una división del Grupo Harman Kardon, con un sonido exquisito, uno más de los detalles con los que esta camioneta intenta diferenciarse de cualquier otra cosa que haya en el mercado.
A diferencia de lo que ocurre con otros vehículos de tres filas de asientos, aquí no harán falta puertos USB para mantener siempre con bateria un arsenal de gadgets, incluso en la consola central cuenta con uno inalámbrico.
También encontramos Apple Car Play y Android Auto, para no perder el entretenimiento de nuestro smartphone y también, para estar al pendiente de varias cosas mediante el espejo de algunas aplicaciones, como la que desarrolló Lincoln, que te permite controlar varios puntos la camioneta, incluso encenderla a distancia.
A nosotros ya nos quemaban las ansias por saber cómo se movía, pues al arrancarla no escuchamos el clásico ronroneo de la máquina, ya que el motor eléctrico, que te permite recorrer hasta 34 kilómetros por si solo a una velocidad de hasta a 135 km/h, es el encargado de dar vida a este vehículo.
Las tres filas de asientos de la Aviator Grand Touring le brinda una experiencia de lujo y sofisticación hasta a siete pasajeros, o bien, un gran espacio de carga cuando se abaten.
Pero, al hundir el pie en el acelerador el motor de gasolina se acompaña del de baterías para entregarnos una experiencia de manejo emocionante, pues bajo el acelerador tenemos 494 caballos de fuerza y el empuje de 630 libras-pie de torque, un empuje que prácticamente ninguna camioneta de este tamaño ofrece.
Al enfrentar las curvas más cerradas de la carretera que nos llevó a Cuernavaca, la tracción integral nos hizo sentir sobre rieles y una larga lista de asistencias electrónicas ayudó a sentir que manejábamos tan bien como Michael Schumacher.
La Aviator Grand Touring cuenta con siete modos de manejo, uno de ellos enfocado a las condiciones extremas del camino que nos fue de gran ayuda cuando una lluvia torrencial nos alcanzó en la autopista, ayudándonos a incrementar la seguridad, gracias al trabajo de las tecnologías asociadas con el sistema Co-Pilot 360 Plus.
Si bien Aviator no es tan grande como la Navigator, el tamaño más compacto tiene beneficios, como mayor agilidad en condiciones de manejo más emocionantes.
Además, gracias al sistema plug-in hybrid, puede prometer en la ficha técnica hasta 1,800 kilómetros de recorrido con un sólo tanque de combustible.
El lujo y la sofisticación de la Lincoln Aviator Grand Touring pone a esta SUV como una de las mejores ejecuciones en el segmento, convirtiéndola en un referente obligado para quien busca el último grito de la moda e innovación.
Con productos como éste, que cuidan hasta la forma en la que se abren y se cierran las puertas, Lincoln quiere recuperar el estatus como una de las marcas más legendarias y refinadas de la industria automotriz y demuestra que está caminando en la dirección correcta.
UN PLUG-IN HYBRID
A diferencia de un tren motriz híbrido puro, donde la energía de las baterías se obtiene únicamente de las frenadas y el movimiento del motor de gasolina, en un plug-in hybrid (PHEV) o híbrido conectable, como en el caso de la Lincoln Aviator Grand Touring, el paquete de baterías también puede obtener energía de una toma de recarga.
La toma de corriente de un eléctrico puro es la misma que en los PHEV, salvo en los Tesla, con la intención de que estos puedan ser recargados en cualquier estación de recarga, ya sea en la casa o en zonas especiales de carga como centros comerciales y otros estacionamientos.
Con ello, se busca que la batería tenga siempre la maxima carga posible y de esta forma nos permita disfrutar durante más kilómetros de las bondades eléctricas y de ahorro de combustible.
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