Hecatombe mundialista; un doloroso recuerdo

Polonia puso el último clavo al ataúd de la joven Selección Mexicana en un duelo en el que el Tri tuvo posesión del balón, pero poca efectividad

Zbigniew Boniek supera a Antonio de la Torre en Rosario, Argentina. Fotografía: Archivo

 

 

En 1978 se llevó a cabo la undécima edición de la Copa del Mundo en Argentina.

La selección mexicana, dirigida por José Antonio Roca, que volvía  a un Mundial tras no asistir a Alemania 1974, arribó como el equipo más joven con un promedio de edad de 25 años.

México quedó ubicado en el grupo 2 junto a Polonia, Alemania y Túnez. Siempre se dijo que se derrotaría a Túnez, se empataría con Polonia y se competiría contra los germanos. No fue nada de lo que dijeron.

Túnez venció a México y consiguió su primer triunfo en Mundiales. El histórico resultado de 3-1 representó también la primera victoria de una selección africana en la máxima justa del fútbol.

En su segundo partido, el Tri recibió certera goleada por parte de Alemania al caer con un contundente 6- 0, la peor goleada de México en un Mundial. El juego fue catalogado por la prensa argentina como una “verdadera práctica de gol”.

DECEPCIÓN

Tras el descalabro contra Túnez, el técnico José Antonio Roca y los jugadores recibieron amenazas de muerte en el hotel de concentración. También en la Femexfut hubo reclamos de llamadas anónimas. Según los informes periodísticos de Excélsior, un hombre llamó a la recepción y amagó con hacer estallar una bomba en el edificio.

Por otro lado, un empleado de la selección nacional abandonó la concentración previo al partido contra Polonia. El hombre encargado de asistir a los jugadores en los salones de esparcimiento, decidió retirarse víctima de la desilusión.

La solitaria llegada de los seleccionados a Rosario, terminó por derrumbar el ánimo. Polonia en cambio era un equipo que contaba con uno de los mejores arqueros del momento, Jan Tomaszewski, quien fue elegido como el mejor de todo el torneo.

El estadio Gigante de Arroyito, casa del equipo Rosario Central, fue el escenario el 10 de junio de 1978 aunque estuvo semivacío. El cuerpo arbitral encabezado por el iraní, Jafar Namdar, estaba listo.

Después de la escandalosa goleada ante Alemania, el técnico José Antonio Roca presentó un cuadro modificado, sobre todo en el arco, con Pedro Soto, después de que el guardameta titular, Pilar Reyes, saliera lesionado en el duelo contra los germanos.

Por su parte, el técnico polaco, necesitado de la victoria para avanzar a la siguiente fase, mandó al campo a sus mejores hombres.

Poco tiempo después del silbatazo inicial, Rigoberto Cisneros cobró un tiro libre desde la punta izquierda; el centro fue directo al área y Hugo Sánchez remató de chilena, el disparo pasó a unos centímetros del travesaño.

El ritmo del partido fue en aumento con llegadas en ambas porterías. El marco de Pedro Soto fue exigido al máximo. El cancerbero mexicano contuvo los embates. Entre Sánchez y Cristobal Ortega se encargaron de tocar la puerta rival sin éxito.

Un penal que no fue marcado a favor de México generó polémica. Ortega ganó la espalda de la defensa polaca en un pase filtrado desde la media cancha. En su intento por salir a achicar el espacio, el portero de Polonia se llevó al atacante mexicano. El juez central sólo determinó fuera de lugar.

Corría el minuto 44, cuando los polacos profundizaron en el área y un centro por el lado izquierdo rematado por Boniek, quien metió la pierna derecha para mandar el esférico al fondo de la portería, le dio la ventaja a los europeos.

La respuesta del conjunto nacional no se hizo esperar. Casi diez minutos después, Nacho Flores sacó un trazo por el lado derecho del área polaca; Víctor Rangel metió el pie para cambiar la trayectoria del balón; Tomaszeski se quedó inmóvil al ver como la pelota entraba lentamente a la portería.

La escuadra polaca no dejó de apretar en media cancha. Después de una serie de rebotes fuera del área, Begna sacó un zurdazo para colgar la pelota debajo del travesaño. El arquero mexicano nada pudo hacer con el fuerte disparo al 57’.

Cisneros y Cuellar tuvieron varios acercamientos a la portería rival. Unos minutos después, Hugo Sánchez hizo un disparo colocado; el porteo polaco voló y rechazó el balazo. A pesar del peligro de las jugadas, la gran actuación de Tomaszewski le negó el gol al equipo tricolor.

En la recta final, Boniek sentenció el encuentro con un certero cañonazo desde tres cuartos de cancha colocando el balón a la altura del ángulo. Con su gol, Boniek no solo selló el marcador, sino que sepultó las ilusiones del conjunto dirigido por Roca.

La selección mexicana abandonó el Mundial con cero puntos en la bolsa, una goleada aunada a la decepcionante actuación contra el cuadro de Túnez. Además, terminó en último lugar del torneo y fue el equipo más abatido con 12 tantos recibidos en tres juegos.

Tras el bajo nivel mostrado en el campeonato del mundo, los integrantes el combinado nacional regresaron a territorio mexicano. Contados aficionados acudieron a recibirlos al aeropuerto. El grupo se mostró triste pero al mismo tiempo tranquilo por algunas participaciones individuales destacadas. El técnico Roca dijo ser el principal responsable del fracaso; una de las peores actuaciones de México en los mundiales.

 

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