Es cuestión de tiempo para Alex Megos
Tuvieron que pasar siete viajes, 60 días de trabajo, tres lesiones importantes, una pandemia global y el aplazamiento de los Juegos en Tokio para que el escalador alemán Alex Megos conquistara la ruta Bibliographie en la montaña francesa de Céüse

CIUDAD DE MÉXICO.
Día 58. Alex Megos se suelta de la rocosa pared azul y, ante su frustración, queda colgado de la cuerda como muñeco de trapo. Lo mismo le sucedió otras 57 ocasiones, desde 2017, cuando se le metió en la cabeza escalar la pared francesa llamada Bibliographie, en la montaña de Céüse. Una roca plana, inclinada, con una altura de 40 metros y una ruta que nadie ha intentado en este siglo.
El escalador alemán aparece a cuadro, en un documental (Rotpunkt: Bibliographie) en el que se grabaron frases, imágenes en las alturas, caídas con una larga cuerda y gritos de frustración de un joven que parece no darse por vencido.
Creo que intentar hacer algo que ni tú ni otras personas hayan hecho antes no es fácil, especialmente porque siempre pueden existir dudas sobre si lograrlo es posible o no. Eres la única persona intentándolo, que es lo que lo hace más difícil. Es sólo cuestión de tiempo, pero si no lo consigues en días y luego semanas, entonces las dudas comienzan a aparecer y piensas: ‘tal vez fui demasiado ambicioso. Tal vez es algo imposible para mí’”.
Todo comenzó en 2017, con unos amigos de visita a la montaña Céüse. Alex miró por un rato la enorme veta azul, inclinada. Pensó que podría ser una escalada de dificultad 9.
Y comenzaron los intentos en vano. Las caídas sólo sostenidas por una larga cuerda y la frustración de aquel escalador europeo. Las huellas en sus dedos comenzaron a mostrar la crueldad de aquellos intentos.
Aprender de memoria cada pequeño agujero de dónde aferrarse, adherirse a la pared rocosa y soltarse a la mitad del camino, cuando ya no queda energía en sus extremidades. Soltar su frustración, recuperarse durante la noche en una tienda de campaña y recobrar fuerzas para intentarlo al día siguiente.
Aquel año, Alex se regresó a casa extenuado, con las manos muy lastimadas y una sensación de fracaso enorme. Lo intentó en 2018, pero tampoco le fue bien. La misma ruta, los dedos magullados y la eterna soledad en las alturas. Y, otra vez, las caídas desde lo alto. El enojo. Sentía que se le abrían los dedos.
Con la noticia de que la escalada tendría un lugar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, Megos buscó el boleto en 2018 y lo consiguió. Sin embargo, no todo fue positivo, pues en su último intento se lastimó el dedo meñique de la mano derecha. Así que tuvo que poner pausa a otros intentos por conquistar aquella veta azul en la montaña de Céüse.
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La pandemia llegó a principios de este año y todas las competencias fueron suspendidas, incluso los Juegos Olímpicos de Tokio. Su aplazamiento benefició a Alex, pues tuvo tiempo de sobra para regresar a territorio francés. En agosto pasado, regresó a Céüse para retar de nueva cuenta la ruta Bibliographie, buscar la conquista de aquella pared rocosa e inclinada, de 40 metros de altura. Hacerlo en 60 movimientos, antes de que la fatiga apareciera.
Los primeros intentos fueron en vano. Colgado de la cuerda, soltando gritos de rabia y aquellos dedos maltratados desde tiempo atrás, tratando de memorizar cada movimiento.
En el intento 60, aquella araña alemana de largas extremidades se aferró a la roca y comenzó a trepar más allá de lo que había conseguido en el pasado. Esta vez no se rindió, siguió trepando poco a poco, aferrándose con los dedos ensangrentados y el cansancio amenazando. De pronto, un grito de ¡sí! hizo eco en las alturas. En la falda de aquella pared rocosa, lejos del hogar, amigos y colaboradores festejaron, por fin, con gritos y aplausos.
Alex Megos, el escalador alemán, tenía algo que contar.
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Alex, de 27 años, platica que todo comenzó en junio de 2017, “cuando tuve una semana increíble con Liam Lonsdale y Miguel Casar, un amigo de México. Hicimos un pequeño viaje por carretera y en una semana subí tres veces. Fue una noche en Céüse cuando revisé el proyecto por primera vez. Tardé hora y media en llegar al ancla. Obviamente, nadie lo había logrado durante años, así que no había tiza. Sólo quería probar si era posible o no la escalada”.
60 intentos realizó Alex Megos para conquistar la ruta Biographie en Céüse
A pesar de fallar en sus primeros intentos (y los que faltaban), algo le decía al joven escalador que aquel reto era posible. “Definitivamente, puedo escalarlo. Es sólo cuestión de tiempo”.
Después de intentar por primera vez la ruta, serían seis viajes más, 60 días de trabajo, tres lesiones importantes, clasificación para los Juegos Olímpicos, una pandemia global y el posterior aplazamiento de los Juegos en Tokio para que Alex conquistara la ruta.
En mi segundo año en el proyecto, en 2018, sentí que no tenía ninguna posibilidad de escalarlo, porque me fue tan mal durante dos semanas, pero aun así regresé en este año. Tienes que estar preparado para invertir mucho tiempo y estar bien, aunque no tengas éxito”.
Reconoce el escalador que “en algunos momentos me pregunté si valía la pena seguir intentando o si sólo era pérdida de tiempo. Pero en algún momento me di cuenta de que no debería tener expectativas. Y si no tengo ninguna expectativa, no tengo nada que perder y, por lo tanto, el proceso sería más fácil, sin importar si lograba la cima o no. Y ése fue, con mucho, el mejor proyecto”.
40 metros de altura tiene la pared rocosa que se convirtió en la obsesión del alemán
Megos habla de días extraños. “Creo que el día que logré la conquista (5 de agosto de 2020) habría sido un día antes de la final en Tokio 2020 si los juegos no se hubieran pospuesto”.
Para él fue lo mejor, ya que se dio tiempo para soltar el estrés y regresar al reto en territorio francés. “Si los Juegos Olímpicos se hubieran realizado este año, no habría tenido espacio para ir a Céüse e intentarlo de nuevo”.
Sobre la dificultad de la ruta, Alex se sincera: “Creo que Bibliographie es, definitivamente, dos grados más difícil que muchos de los 9b que he escalado. Está en uno de los mejores acantilados del mundo, es una línea genial y tiene buen movimiento. Todas las razones por las que pude dedicarle tanto tiempo”.
Ya descansado, Alex piensa en los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 y en intentar una escalada más difícil. Su límite no ha llegado.
Yo creo que el primer quid será encontrar algo tan genial para motivarme, pero también más difícil. Tengo que estar bien para invertir más de 100 días en una ruta sin saber si puedo escalarla o no. Creo que tan pronto como esté dispuesto a hacer eso y esté de acuerdo con no tener éxito al final, tal vez podría escalar más fuerte. En un momento, pasar más de 10 días en un proyecto parecía improbable. Pero, aquí estoy, después de siete viajes para una ruta”.
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