Perrito que sufría de ansiedad encontró su hogar con el personal y los reclusos de una cárcel

Los reclusos de una prisión de Tasmania (Australia) adoptaron un perro que estaba tan ansioso que nadie más lo quería. Caesar, un perrito de diez años, sufre una ansiedad de separación tan extrema que no se le puede dejar solo durante más de 30 minutos.

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“César se preocupaba tanto cuando salía que en realidad solo estaba feliz cuando estaba aquí”, dice el oficial de prisiones Wayne Schulze.

Ahora disfruta de una vida feliz y segura tras las rejas, rebosante de atención. Es una "cadena perpetua" para perros para César.

Caesar era parte del programa 'Cachorros en libertad condicional' y solía visitar la prisión en Risdon (Tasmania), regularmente para ser entrenado y socializado por los reclusos. La idea era que eventualmente sería adoptado. Pronto se hizo evidente que la ansiedad paralizante de la cruz de Staffordshire-Labrador era demasiado desalentadora para los posibles adoptantes fuera de la prisión.

Fue entonces cuando los reclusos de la prisión de mínima seguridad se unieron y recaudaron 14 mil dólares australianos (9 mil 353 dólares / 173 mil 390 pesos mexicanos) para adoptar al ansioso perro . Ahora Caesar está viviendo su mejor vida... aunque sea tras las rejas.

“Sube y baja el rellano todo el día, hay palmaditas todo el día, lo cual es perfecto para él”, dice el guía de Caesar. “La cárcel ha sido excelente porque nunca está sin un ser humano”.

No es solo César quien se beneficia de su nueva vida tras las rejas. También está cambiando la vida de los reclusos.

"Él es familia, es lo más cercano que tenemos a la familia, ese perro", dice el guía de Caesar. “He visto a hombres con problemas venir a este lugar y pasar un poco de tiempo con Caesar y, sí, es asombroso lo que hará”, dice el oficial de prisiones Schulze.

dm