Tipos de manicura: Descubre el mejor para tus manos y uñas
Tipos de manicura y para qué sirve cada uno, con pros, contras, duración y efectos en tus uñas. Guía para elegir según tu estilo de vida.

¿Tipos de manicura y para qué sirve cada uno? Una frase que parece sacada del catálogo de una estética, pero que guarda un dilema existencial disfrazado de barniz: ¿queremos unas uñas lindas, duraderas o saludables?
Porque sí, a veces hay que elegir. Entre esmaltes que prometen durar semanas y técnicas que parecen de cirugía estética, las manos se convierten en campo de batalla estética y simbólica.
No todas las manicuras son iguales, ni todas sirven para lo mismo. Algunas buscan la perfección milimétrica, otras la practicidad; algunas curan, otras solo maquillan. Y aquí te lo explicamos sin filtros ni pinceles finos.

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¿Cuántos tipos de manicura existen y en qué se diferencian?
El universo de la manicura no se limita al esmalte rojo de toda la vida. Existen más de seis técnicas ampliamente utilizadas, cada una con una lógica distinta:
- Manicura clásica: la base de todo. Corte, limado, remojo y esmalte. Lo justo y necesario.
- Francesa: la reina del minimalismo glam. Base nude, punta blanca, precisión de cirujano.
- Americana: prima relajada de la francesa. Más suave, menos marcada, más “natural”.
- Manicura rusa: técnica en seco con fresas especiales para una cutícula impecable. Es la manicura de las obsesivas del detalle.
- Semipermanente: esmalte que se fija con lámpara UV. Dura, resiste, brilla. Y también exige.
- Japonesa: tratamiento nutritivo con productos naturales. No embellece, repara.
- De gel o acrílico: extensión, volumen y drama. Uñas que no pasan desapercibidas, pero que exigen mantenimiento quirúrgico.
Cada técnica responde a una necesidad estética y funcional distinta.

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¿Qué tipo de manicura es mejor según tu estilo de vida?
Si estás pegada al teclado diez horas al día, olvídate de las uñas largas y postizas. Lo tuyo es la semipermanente o la clásica. Si trabajas en cocina, salud o limpieza, busca resistencia por encima del diseño. Para quienes van de evento en evento y necesitan que todo luzca impecable, la rusa o francesa son tu salvación.
Ahora, si eres minimalista, paciente y te importa más el bienestar que la apariencia, la japonesa es tu aliada. Porque a veces, el mejor lujo es tener uñas naturales y sanas.
Pros y contras de cada tipo de manicura
Todas las técnicas prometen belleza, pero no todas cumplen sin consecuencias:
- Clásica: rápida y económica, pero dura poco y se despinta en días.
- Francesa: elegante, aunque difícil de mantener sin retoques.
- Americana: más práctica que estética.
- Rusa: impecable, pero si la hace alguien sin experiencia… desastre.
- Semipermanente: ideal para vacaciones y semanas intensas. Aunque si no se retira bien, deja las uñas como papel.
- Japonesa: nutrición profunda, pero sin esmalte ni brillo. Solo para valientes.
- Gel/Acrílico: largas, resistentes, personalizables. Pero el daño que dejan puede ser proporcional al drama que causan.
Elegir es parte del juego. Y a veces, hay que perder para brillar.

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¿Qué tipo de manicura daña menos tus uñas?
La manicura japonesa se lleva el premio a la más gentil: no usa químicos agresivos, fortalece y nutre. Ideal para uñas quebradizas o castigadas. Le sigue la manicura en seco (como la rusa), que, bien hecha, evita el remojo que debilita.
Las más “tóxicas” —literal y figuradamente— son las uñas acrílicas, de gel y la semipermanente sin descanso. El uso constante de lámparas UV, limado agresivo y productos químicos puede dejar secuelas en forma de uñas blandas, manchadas o rotas.
¿El mejor consejo? Alterna técnicas, dale a tus uñas vacaciones entre cada sesión y no te enamores demasiado de ningún acabado.
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