¿Qué enfermedad tiene la osa del Zoológico La Pastora?
La osita del Zoológico La Pastora presenta leptospirosis: conoce qué es, síntomas, diagnóstico y por qué las autoridades la califican como irreversible.
La osita de La Pastora vive una batalla silenciosa: enfrenta los estragos de la leptospirosis, una enfermedad zoonótica que puede convertirse en un verdugo lento si no se detecta a tiempo. La leptospirosis, en su crudeza, puede afectar riñones, hígado y otros órganos vitales.
Según la OPS/OMS, la leptospirosis es una infección causada por bacterias del género Leptospira, que se transmiten principalmente a través de la orina de animales infectados o ambientes contaminados. En ambientes de humedad, esta bacteria encuentra su reino.
A través de su cuenta de Instagram, Mariana Rodríguez, reveló que la osita del zoológico presenta además anemia, dermatitis e insuficiencia renal, junto con la presencia de bacterias.
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¿Qué es la leptospirosis y cómo se transmite?
La leptospirosis es una zoonosis de origen bacteriano causada por Leptospira interrogans y otras especies afines, con más de 200 serotipos conocidos.
Se considera una enfermedad de potencial epidémico, especialmente tras lluvias abundantes o inundaciones.
Vías de transmisión más frecuentes:
- Contacto directo con orina de animales infectados (roedores, ganado, fauna salvaje)
- Contacto indirecto con agua, barro o suelo contaminado con orina infectada
- Ingreso de la bacteria por piel quebrantada (cortes, raspones) o mucosas (ojos, nariz)
En humanos y animales, existe un amplio espectro clínico que puede ir desde síntomas leves hasta enfermedad grave y muerte.
¿Por qué dice el zoológico que la osita tiene una enfermedad “irreversible”?
Los reportes periodísticos indican que la osita en el Zoológico La Pastora sufre insuficiencia renal, dermatitis y anemia, combinados con un diagnóstico de bacterias compatibles con leptospirosis.
La insuficiencia renal puede originarse cuando Leptospira coloniza los riñones, provocando daño en los túbulos y filtrado deficiente. En casos crónicos, este daño puede volverse permanente. La anemia puede ser consecuencia de hemólisis o mal funcionamiento renal.
Al decir que su enfermedad es “irreversible”, las autoridades se refieren al daño estructural ya causado a órganos que podrían no regenerarse completamente. Eso no implica que no pueda recibir cuidados paliativos o tratamiento de apoyo, pero la recuperación total podría quedar fuera de alcance, dadas las condiciones actuales.
Síntomas que acompañan a la leptospirosis en fauna
Aunque el comportamiento de un animal no siempre es fácil de interpretar para los visitantes, algunos signos pueden indicar que una especie salvaje enfrenta leptospirosis:
- Letargia, decaimiento extremo
- Pérdida de apetito
- Cambios renales: aumento de orina, sed excesiva, edema
- Ictericia (color amarillento en piel o mucosas)
- Problemas cutáneos o dermatitis
- Hemorragias internas, sangre en orina
- Dificultades respiratorias si el pulmón se ve afectado
En el caso de la osita, los elementos reportados —dermatitis, anemia e insuficiencia renal— coinciden con síntomas compatibles con leptospirosis avanzada.
Diagnóstico y tratamiento — ¿qué cabe esperarse?
Diagnóstico
Para confirmar la leptospirosis se requieren pruebas específicas, como:
- Serología (anticuerpos anti-Leptospira)
- Cultivo o aislamiento en medios especiales
- PCR (detección del ADN bacteriano)
Estas pruebas permitirían identificar el serotipo implicado y orientar el tratamiento con mayor precisión.
Tratamiento
Al tratarse de una infección bacteriana, se utilizan principalmente antibióticos junto con cuidados de soporte (hidratación, control de electrolitos, monitoreo renal).
Los fármacos comunes son: doxiciclina, penicilina, ampicilina, ceftriaxona, entre otros.
Si el daño renal avanza, puede requerirse diálisis de soporte en casos graves.
¿Cuál es la diferencia entre sarna y leptospirosis?
La confusión es comprensible: en redes sociales y conversaciones cotidianas, algunos usuarios han mencionado “sarna” cuando en realidad la osita de La Pastora padece leptospirosis. Ambas son enfermedades distintas, tanto en causa como en consecuencias.
La sarna es una enfermedad cutánea provocada por un ácaro microscópico llamado Sarcoptes scabiei. Este parásito se introduce en la piel y causa una picazón intensa, sarpullido, pequeñas ampollas y lesiones por rascado.
Es altamente contagiosa por contacto piel a piel, pero no suele poner en riesgo órganos vitales. Con tratamiento médico adecuado —cremas o medicamentos antiparasitarios— suele resolverse en semanas, señala Mayo Clinic.
La leptospirosis, en cambio, es una infección bacteriana causada por Leptospira. No se limita a la piel: afecta riñones, hígado, pulmones e incluso el sistema nervioso. Puede iniciar como una fiebre leve, pero evolucionar hacia insuficiencia renal, meningitis o hemorragias internas.
En términos simples:
Sarna → enfermedad cutánea parasitaria, molesta pero tratable.
Leptospirosis → infección bacteriana sistémica, potencialmente mortal.
La historia de la osita de La Pastora nos recuerda que las enfermedades zoonóticas no solo afectan humanos: el lazo biológico con otras especies exige atención, ética y acción. La leptospirosis que ahora padece es grave, pero ese diagnóstico debe impulsar mejoras: en condiciones de hábitat, vigilancia veterinaria y protocolos más estrictos.
Qué ha pasado con la osita de La Pastora
Este domingo 28 de octubre, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) informó que la osita Mina, la cual permanecía en delicado estado de salud en el zoológico La Pastora, de Nuevo León, ya se encuentra en las instalaciones de la Fundación Invictus, del estado de Hidalgo.
A través de redes sociales, la Profepa detalló que el traslado de la osa Mina, quien ya se encuentra acompañada por el equipo de veterinarios de dicha fundación, se realizó por vía aérea. En el mismo mensaje se explicó que en la atención del animal colabora un especialista en medicina biorreguladora en sistemas que viajó desde Colombia para acompañar el tratamiento y la recuperación.
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