Vacuna COVID‑19 y cáncer: pacientes vivieron más tiempo tras inmunización
Vacunarse contra la COVID-19 podría haber extendido la vida de pacientes con cáncer al potenciar su inmunoterapia, según nuevos estudios clínicos.

Para algunos pacientes con cáncer, recibir la vacuna contra la COVID‑19 no fue solo una protección frente al virus, sino un posible impulso inesperado que prolongó su vida.
Un equipo de investigadores del University of Florida y del MD Anderson Cancer Center halló que pacientes con cáncer que recibieron una vacuna de ARN mensajero (mRNA) contra la COVID‑19 dentro de los 100 días de iniciado el tratamiento con inmunoterapia vivieron de forma significativamente más prolongada que aquellos que no lo hicieron.
Desde la emoción que genera un diagnóstico hasta la conclusión de que una medida preventiva puede tener un efecto más allá de lo previsto, esta noticia reconfigura la conversación sobre cáncer, vacunas y supervivencia.

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Un hallazgo que redefine expectativas
La idea de que una vacuna antiviral pueda influir en la evolución de un cáncer parecía hasta hace poco más propia de ficción que de la clínica. Pero los datos son contundentes: pacientes con cáncer de pulmón o de piel en estadios avanzados que fueron vacunados con mRNA contra la COVID‑19 vivieron considerablemente más que quienes no lo fueron.
Específicamente, la inmunización en un lapso de 100 días antes o después de empezar inmunoterapia con inhibidores de puntos de control inmunitario (“checkpoint inhibitors”) se asocia con un hazard ratio ajustado de supervivencia total aproximadamente 0.52 en ciertos estudios, lo que representa casi la mitad del riesgo de muerte comparado con el grupo no vacunado.
Este descubrimiento abre pensares: quizá la vacuna no solo previene COVID‑19 grave en personas con cáncer (lo que ya se sabía), sino que podría «preparar» el sistema inmunitario para atacar también la enfermedad oncológica.
¿Cómo podría funcionar este efecto?
Activación del sistema inmune
Las vacunas de mRNA, como las utilizadas contra la COVID‑19, generan una respuesta inmune adaptativa (anticuerpos, linfocitos T), pero también parecen dejar huellas duraderas en el sistema inmune innato. Un estudio reciente del University of Cologne mostró que este tipo de vacunas producen cambios epigenéticos en células del sistema innato, un proceso descrito como «memoria entrenada».
Sinergia con inmunoterapia
En el análisis presentado en el congreso European Society for Medical Oncology (ESMO) 2024/2025, los investigadores observaron que en biopsias de pacientes, aquellos que habían sido vacunados presentaban mayor expresión de PD‑L1, una proteína que, al inhibirse mediante inmunoterapia, puede favorecer una mejor respuesta tumoral.

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Implicaciones para los pacientes con cáncer
Más que prevenir COVID‑19
Sabemos que las personas con cáncer tienen un riesgo elevado de complicaciones por COVID‑19, por lo que la vacunación ha sido recomendada firmemente por organizaciones como el National Cancer Institute (NCI) y la American Cancer Society (ACS).
Este nuevo hallazgo abre una dimensión terapéutica adicional: no solo protegerse del virus, sino posiblemente extender la supervivencia oncológica.
Coordinar vacuna e inmunoterapia
Para quienes están en tratamiento con inhibidores de puntos de control inmunitario, el hecho de que la vacunación ocurriera antes o durante los primeros 100 días del inicio de inmunoterapia pareció marcar la diferencia.
Por ello, es clave que oncólogos y pacientes evalúen la mejor ventana de tiempo para vacunar, sin suspender el tratamiento oncológico, y siempre bajo supervisión médica.
Pacientes deben consultar a su médico
Aunque los resultados son prometedores, se trata de análisis retrospectivos y aún deben confirmarse con ensayos prospectivos. Por tanto, cada paciente con cáncer debe hablar con su oncólogo antes de programar la vacunación o ajustar su plan terapéutico.
Además, las personas que acaban de recibir trasplante de médula ósea o terapia CAR‑T, pueden necesitar esperar un tiempo antes de la inmunización.

¿Qué debe hacer quien vive con cáncer o está en tratamiento?
- Conversar con su oncólogo sobre su estado, el tipo de cáncer, y si está o estará en tratamiento con inmunoterapia.
- Revisar su calendario de vacunación contra la COVID‑19, idealmente sin demorar innecesariamente, especialmente si se iniciará inmunoterapia.
- Mantener otras medidas de protección: vacunación de los contactos cercanos, uso de mascarilla en entornos de riesgo, vigilancia médica regular.
- No saltarse visitas, controles o tratamientos oncológicos esperando un efecto milagroso: la vacunación es complementaria, no sustitutiva.
Una nueva esperanza para la supervivencia
Para muchos pacientes, la noticia representa un halo de esperanza en medio de la batalla contra el cáncer. Que una vacuna que se desarrolló rápidamente para frenar una pandemia pueda también estar ayudando a prolongar vidas en contextos oncológicos es una prueba de cómo la ciencia puede revelar conexiones inesperadas.
Estos datos merecen atención y prudencia: vigilancia continua, estudios adicionales en curso y la posibilidad de que este descubrimiento transforme la forma en que abordamos la inmunoterapia en cáncer.
En conclusión, la vacunación contra la COVID‑19 en pacientes con cáncer muestra un efecto prometedor más allá de la protección viral: vive mejor quien se vacuna tempranamente al iniciar inmunoterapia. Este es un mensaje poderoso para la comunidad médica y para los pacientes, que deberían hablar abiertamente con sus equipos de salud sobre esta opción.
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