¿El hot dog es estadounidense? La verdad detrás del ícono americano
¿Cómo se originó el hot dog? Su evolución en Estados Unidos y el mito sobre si es un invento americano.

El hot dog es considerado como el epítome de la comida rápida estadounidense, ¿eso quiere decir que se trata realmente de una historia de origen americana? En realidad, va más allá de eso, pues se mezcla inmigración, adaptaciones culturales y algo de mitos.
El hot dog, esa famosa salchicha cálida envuelta en pan suave, con mostaza, catsup o cebolla, lo vemos comúnmente en estadios de béisbol, ferias y barbacoas patrióticas.
¿Fue realmente Estados Unidos quien inventó el hot dog? ¿O fue Europa quien le dio forma y sabor, para luego dejar que los estadounidenses lo hicieran suyo? Las demandas de nacionalidad culinaria y cómo el hot dog evolucionó hasta convertirse en el símbolo que conocemos hoy es un debate que ha generado mucha historia y mitos en el camino.

¿Cuál es el origen del hot dog?
Aunque el “hot dog” como concepto —salchicha en pan— es relativamente moderno, se relaciona con tradiciones salchicheras antiguas en Europa. La salchicha tipo “frankfurter” proviene de Fráncfort, Alemania, y la variedad “wiener” (de Viena, Austria) es otra de las raíces reconocidas del concepto moderno de salchicha, de acuerdo con National Hot Dog and Sausage Council.
De hecho, en Alemania y Austria las salchichas han estado presentes desde hace siglos, con recetas regionales que combinaban carne, especias y tripas como envoltorio. Con el tiempo, esas técnicas viajaron y mutaron.
Si bien el origen exacto del hot dog (salchicha en pan) es objeto de controversias, muchas de sus formas derivan de los tipos europeos que los inmigrantes trajeron a Norteamérica. Incluso antes de que existiera “el hot dog” tal como lo conocemos, ya había referencias históricas a salchichas largas acompañadas de condimentos —un antecedente lejano del montaje actual.
Por ejemplo, el “hot dog” moderno puede rastrearse hasta prácticas de cocina de salchichas en la antigüedad (como en Roma) y su evolución intermedia en Europa hasta la forma popularizada en la era moderna.

La inmigración del hot dog
En el siglo XIX, oleadas de inmigrantes alemanes llegaron a Estados Unidos, trayendo consigo su cultura gastronomía, incluida la tradición salchichera. Muchas de estas comunidades continuaron preparando salchichas al estilo europeo en sus nuevas ciudades.
La combinación de mano de obra, barrios alemanes y puestos callejeros ayudó a que estas salchichas se adaptaran al gusto local.
Uno de los hitos iniciales es atribuido a Charles Feltman, un inmigrante alemán que, en 1867, abrió un carrito en Coney Island (Nueva York) para vender salchichas dentro de panecillos, facilitando su consumo en la playa y atrayendo públicos que querían comida rápida sin utensilios ni complicaciones.
También hay una versión que atribuye la innovación del pan como portador al vendedor Anton Feuchtwanger (o Antoine Feuchtwanger) en St. Louis, quien al entregar guantes a sus clientes para manipular las salchichas y notar pérdidas (los clientes se quedaban con los guantes), sugirió usar pan para evitar el contacto caliente.
Así, a finales del siglo XIX ya vemos cómo la salchicha europea se adapta a su nuevo entorno en Estados Unidos, mezclando tradición, innovación y necesidades urbanas.

¿El hot dog es realmente americano?
Aunque la salchicha tiene raíces europeas, Estados Unidos tomó esa tradición e hizo del hot dog un fenómeno cultural. Con el paso del tiempo, la receta, las combinaciones, las variaciones regionales y su presencia en eventos masivos le dieron identidad propia.
Por ejemplo, el hot dog se convirtió en emblema de los estadios, los picnics, las ferias de 4 de julio y la cocina rápida estadounidense.
Se cuenta que el caricaturista Thomas “Tad” Dorgan, durante un partido de béisbol en 1901, dibujó un carrito de salchichas con la palabra “hot dog” porque no sabía cómo escribir “dachshund” (perro salchicha).
Otra historia famosa es que en 1916, Nathan Handwerker abrió su puesto en Coney Island y promovió un hot dog asequible por cinco centavos, compitiendo con los precios altos de los proveedores establecidos. Su éxito ayudó a consolidar el hot dog como comida masiva y rápida.
Según reportes gastronómicos, cientos de millones de hot dogs se consumen en Estados Unidos cada año. También, su estética con condimentos clásicos (mostaza, ketchup, cebolla, pepinillos, chili) y variaciones regionales (como el hot dog estilo Chicago, estilo Nueva York, con chili, entre otros) reforzaron su identidad local.
Por ello, aunque sus raíces no nacieron en suelo estadounidense, es justo decir que el hot dog como lo conocemos hoy es una creación cultural de Estados Unidos: un fenómeno de fusión, adaptación y popularización.
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