Yael, la psicóloga oncológica sobreviviente de cáncer
'Después de pasar por la cirugía y los tratamientos, me di cuenta de que no podía quedarme con la sensación de pérdida'

Yael es una mujer sobreviviente de cáncer de mama; a sus 32 años justo 3 meses después de terminar su especialidad en psicología oncológica fue diagnosticada en una etapa bastante avanzada, sin embargo, el personal médico pensaba que era muy joven para padecer dicha enfermedad.
Ante esto, Yael se sometió a una mastectomía bilateral, quitándole sus dos senos. Actualmente lleva 7 años con un tratamiento preventivo para evitar que el cáncer regrese.
“Es un proceso muy fuerte, muy duro, no te queda de otra más que salir adelante, aprender a encontrar en ti esa fuerza y esa resiliencia y es un proceso que cuando se hace acompañado se vuelve mucho más fácil”, exhortó.
Yael comentó que al tener cáncer se pierden muchas oportunidades en la sociedad, especialmente para conseguir trabajo, pero si volteas la moneda es una enfermedad de muchas ganancias.
Cimas de la Esperanza le ayudó a creer en ella y en las demás personas que la acompañaban, ya que al subir la montaña se sintió acompañada para alcanzar su propia cima.
Mónica Noguera: Yael, qué historia tan conmovedora. ¿Cómo fue para ti recibir ese diagnóstico?
Yael: Fue devastador. Tenía 32 años cuando me diagnosticaron cáncer de mama en etapa 3B. Es una edad en la que uno no espera algo así, sobre todo porque la mayoría de la gente piensa que el cáncer de mama afecta más a mujeres mayores. En mi caso, no había una detección temprana porque, generalmente, las mastografías se hacen después de los 40 años. A partir de ahí, mi vida cambió por completo. Tuve que someterme a una mastectomía bilateral y llevo siete años en tratamiento.
Mónica Noguera: El cáncer cambió tu vida, pero también te dio un nuevo propósito. ¿Cómo fue que decidiste escalar montañas?
Yael: Después de pasar por la cirugía y los tratamientos, me di cuenta de que no podía quedarme con la sensación de pérdida. Quería hacer algo que me desafiara físicamente, pero que también celebrara la vida. Escalar montañas fue la manera perfecta de hacerlo. Empecé a entrenar y me propuse alcanzar cimas como un símbolo de mi recuperación. Hace seis años estaba recibiendo mi primera quimio, y ahora estoy en la cumbre de La Malinche. Es increíble lo que se puede lograr cuando te rodeas de personas que te apoyan.

Mónica Noguera: Subir una montaña es una experiencia intensa, tanto física como emocionalmente. ¿Cómo te preparaste para este reto?
Yael: El ascenso no solo fue una prueba física, sino también una metáfora de mi lucha contra el cáncer. La montaña te enseña que no lo haces solo. Estás acompañada por personas que te ayudan a alcanzar tu cima. El camino es duro, hay momentos en los que quieres rendirte, pero siempre encuentras esa fuerza dentro de ti para seguir adelante. Y más cuando te acuerdas de lo que ya has superado. No hay obstáculo que no puedas enfrentar.
Mónica Noguera: ¿Qué consejo le darías a quienes están pasando por una situación similar?
Yael: Que no se rindan. El cáncer es una enfermedad que te arrebata muchas cosas, pero también te enseña a ver la vida de una manera distinta. Subir montañas, como lo hice con La Malinche, me enseñó que siempre hay algo bueno, algo positivo, incluso en medio del dolor. La vida después del cáncer puede ser hermosa, solo hay que estar dispuestos a encontrar esas nuevas cimas.
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