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Nacional

Xaltocan, la lucha por la tierra ha sido de siglos; divide a pobladores para ceder 128 ha para construir un aeropuerto

La población donde se construirá el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles tiene una tradición de defensa de su tierra: inició en el siglo XVII y desde entonces no ha dejado de pelear

ANDRÉS BECERRIL | 28-06-2020
En terrenos de Xaltocan. Según estudios arqueológicos y paleontológicos, se asentaron las primeras civilizaciones humanas en el Continente Americano quizá hace 15 mil años.

CIUDAD DE MÉXICO.

México no había visto la luz como nación independiente, todavía era parte del virreinato de Nueva España, y los pobladores de Xaltocan ya luchaban por la tenencia de la tierra.

Las primeras posesiones de terrenos, documentadas por la Dirección General de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de la Reforma Agraria ­—que desapareció en 2013— en favor de la población originaria de Xaltocan —entonces otomíes y mexicas— tiene fecha del 12 de octubre de 1599, finales del siglo XVI, en plena conquista española.

Y los primeros pleitos legales por la tenencia de la tierra en esa comunidad comenzaron en el siglo XVII.

San Miguel Xaltocan es parte del municipio de Nextlalpan, Estado de México, y es uno de los sitios sobre los que se construye el Aeropuerto Internacional General Felipe Ángeles. Sobre esos terrenos, se ha constado con estudios arqueológicos y paleontológicos, se asentaron las primeras civilizaciones humanas en el Continente Americano, quizá hace 15 mil años.

En el siglo XXI, los habitantes de San Miguel Xaltocan, que desde hace años habían buscado que 745 hectáreas de terrenos nacionales --que han usufructuado-- se escrituraran a su favor, se toparon con que la construcción del aeropuerto los beneficiará sin ninguna lucha legal. El gobierno federal les cedió 617 hectáreas de ese predio a cambio de dejar libres 128 que se requieren en la construcción del aeropuerto.

A diferencia de todos los casos de lucha por la tierra en Xaltocan, esta vez es diferente. Sólo es cosa que terminen de ponerse de acuerdo en cómo se dividirán las 617 hectáreas entre 722 comuneros. De forma unitaria ese predio, a valor comercial actual, tiene un costo de mil 815 millones de pesos.

Aunque pocas, hay voces de pobladores que reclaman la propiedad de ese predio, que ha sido terreno nacional, y eso podría complicar la titulación de la tierra en favor de los 722 comuneros.

CONTRA EL CAPITÁN CARRANZA

En el archivo del Tribunal Unitario Agrario Distrito número 10, que tuvo sede en Naucalpan, Estado de México, ahora está en Tlalnepantla, se puede conocer la historia de la lucha por la tierra de Xaltocan.

A partir de un juicio de restitución de las tierras en disputa, registrado con el número TUA/10o.DTO./252/92, desarrollado el 22 de noviembre de 1992, apareció el antecedente del primer pleito legal por la tierra de ese lugar, en el siglo XVII.

Ese primer episodio de la lucha por la tierra de los xaltocamecas fue en 1703. Entonces su contraparte fue un capitán del ejército español conocido como Jerónimo de Carranza. En aquel tiempo Xaltocan era jurisdicción de Zumpango.

De Carranza fue considerado un hidalgo y fue protegido del duque de Medina Sidonia durante muchos años, antes de ser comendador de la orden de Cristo y gobernador de Honduras, aunque también fue un escritor que combinaba las armas y las letras, según Claude Chaucahdis, de la Universidad de Toulouse-Le Mirail, en su texto Didáctica de las armas y literatura: Libro que trata de la Philosophía de las armas y de su destreza, de Jerónimo de Carranza.

Los documentos de la Reforma Agraria, de fecha 18 de abril de 1969, refieren un litigio entre San Miguel Xaltocan y el capitán Jerónimo Carranza “sobre la propiedad de ciertas tierras, lagunas y tequesquite en los que, por auto de 6 de julio de 1703, se mandó que a los naturales de San Miguel Xaltocan se les mantuviese en la posesión en que se encontraban sus tierras y además el uso de la laguna, su pesca, corte de tule y toma de tequesquite”.

El documento, localizado en el Archivo General de Nación señala que la diligencia de posesión correspondiente se practicó el 13 de marzo 1704. Y el 19 de agosto 1707 “la Real Audiencia pronunció sentencia, absolviendo al capitán Jerónimo de Carranza de la demanda intentada en su contra por Xaltocan, declarando tocar a éste la posesión y propiedad de las tierras y aguas en litigio, sin perjuicio del uso de agua en que se mantenían las de Xaltocan, así como el tequesquite que tomaban y de los aprovechamientos que tuvieren en el lugar”.

Aunque los pobladores de Xaltocan pidieron la revocación de la sentencia anterior, el 23 de enero de 1708, la Real Audiencia la conformó mandando se cumpliera y ejecutara.

En ese mismo siglo XVII, los pobladores de Xaltocan demandaron a los jesuitas, que entonces fundaron la Hacienda de Santa Lucía y Nuestra Señora de Loreto, donde muchos años después, en el siglo XX se construyó la Base Militar.

TAMBIÉN LUCHARON CON LOS JESUITAS

En los autos del 19 de junio de 1748 se estableció que los de San Miguel Xaltocan pusieron una demanda “contra El Colegio de la Compañía de Jesús del Pueblo de Tepotzotlán, en los cuales se practicó vista de ojos, medida, deslinde y amojonamiento de las tierras en litigio”.

La Real Audiencia dictó sentencia declarando “no haber probado su acción y demanda los de Xaltocan y sí haberlo hecho de sus excepciones El Colegio de Tepotzotlán y, en consecuencia, tocarle y pertenecerle las tierras litigiosas, teniendo por división y deslinde de ellas con las de dichos naturales, el río de Tepejuelo”.

Como en el litigio con De Carranza, los de Xaltocan pidieron la revocación de la sentencia a favor de los jesuitas. La Real Audiencia confirmó la sentencia “mandando se guardara, cumpliera y ejecutara”.

Aunque sin fecha, en el expediente histórico del Tribunal Unitario Agrario Distrito número 10, se asienta que pobladores de Nextlalpan demandaron a los de Xaltocan “por impedirles el uso del tequesquite y pesca de patos, en Zacayahualco, Jaltengo y San Cruz Tecuicalco”.

En el siglo XX siguieron las luchas por la tierra de los pobladores de Xaltocan. El primer intento por recobrar el territorio perdido con el capitán De Carranza y con los jesuitas.

EN 1919 LES DIERON 1,032 HECTÁREAS

El 25 de noviembre de 1916 pobladores de Xaltocan solicitaron al gobernador del Estado de México Rafael Zepeda de la Fuente la restitución de tierras; petición que fue negada por Resolución Presidencial el 25 de febrero de 1919, cuando el titular del Ejecutivo federal era Venustiano Carranza, según el expediente 23/2160 de la Comisión Agraria Mixta.

En el mismo expediente consta que el 25 de mayo de 1919 se concedió a San Miguel Xaltocan la dotación de una extensión de mil treinta y dos hectáreas, de diversas calidades, decretando la expropiación de dicha superficie de las fincas Santa Lucía y El Tular. La posesión definitiva de esas tierras está fechada el 27 de marzo de 1929.

En los documentos del Tribunal Unitario Agrario Distrito Número 10 se establece que: “A mayor abundamiento, el poblado ya tramitó la misma acción restitutoria con fecha 25 de noviembre 1916 ante la Comisión Nacional Agraria, la cual culminó con una Resolución Presidencial negativa de 25 de febrero de 1919, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 18 de marzo de 1919, ya que declaró improcedente la solicitud promovida por el núcleo en virtud de que se consideró que no acreditaron los extremos de la ley en vigor para apoyar su derecho a la Restitución, en cuya virtud, por Resolución Presidencial de fecha 21 de febrero de 1929, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 12 de abril del mismo año, se les otorgaron en calidad de dotación mil treinta y dos hectáreas”.

Las 1,032 hectáreas entregadas el 27 de marzo de 1929 a los pobladores de Xaltocan fue el resultado de la expropiación de dicha superficie de las fincas Santa Lucía y El Tular, según el expediente 23/2160 y benefició a “172 capacitados en materia agraria”.

LA BASE MILITAR LES QUITÓ 412 HA

En 1942 los xaltocamecas intentaron la ampliación de su ejido y fracasaron. En el expediente agrario de referencia se establece que, por Resolución Presidencial del 28 de enero de 1942, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 26 de marzo del mismo año, “se negó al poblado de referencia la ampliación de ejido, por falta de tierras afectables (fojas 07, tomo I, y 010 a 013 tomo II expediente 23/2160)”.

Diez años después, en 1952, con la construcción de la Base Militar de Santa Lucía, el ejido perdió 412 hectáreas.

“El primero de julio de 1952 se expropió al ejido del poblado denominado Xaltocan, municipio de Nextlalpan, Estado de México, una superficie de 412-00-00 ha, a favor de la Secretaría de la Defensa Nacional, para destinarse a la construcción de un campo de aterrizaje militar”.

El 24 de noviembre de 1952, el presidente Miguel Alemán inauguró la Base Militar de Santa Lucía. El 25 de noviembre de 1952, en la primera plana de Excélsior se publicó la información. En la crónica firmada por Ignacio Toquero y Dimarías se lee:

“Con puntualidad el avión presidencial El Mexicano, trayendo a bordo al señor presidente de la República, procedente de Tapachula, Chiapas, aterrizó en la pista de la base aérea Santa Lucía…”

En 1974 los pobladores de Xaltocan se enfrentaron a una nueva expropiación, esa vez de la Secretaría de Recursos Hidráulicos.

El 10 de diciembre de 1974, la Secretaría de Recursos Hidráulicos solicitó al Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización, entonces Secretaría de la Reforma Agraria, “la expropiación de 12 mil 616.67 m2, de terrenos ejidales del poblado denominado San Miguel Xaltocan, municipio de Nextlalpan del Estado de México, para destinarlos a formar parte de la obra hidráulica conocida como ramal Los Reyes, línea ferrocarril, la cual consiste en la perforación de una batería de 17 pozos para alumbrar agua del subsuelo y la construcción del acueducto que llevará los caudales extraídos hasta la planta Barrientos en el municipio de Tultitlán”.

POR EL TREN HUBO EXPROPIACIÓN

En 1976 la comunidad de Xaltocan sufrió un nuevo recorte en su territorio. “Por Decreto Presidencial de fecha 28 de junio de 1976, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 30 de noviembre de 1976, se expropió al ejido del poblado denominado San Miguel Xaltocan, municipio de Nextlalpan, Estado de México, una superficie de 8-94-35.61 ha, a favor de la Secretaría de Obras Públicas, para destinarse a la construcción de la línea férrea Lechería-Xaltocan-Teotihuacán, tramo Xaltocan-Teotihuacán.

Entre octubre de 1976 y el 11 de septiembre de 1978, los pobladores de Xaltocan volvieron a solicitar una restitución de tierras. En acta de 1976 se lee que “resultando negativo el dictamen del Cuerpo Consultivo Agrario emitido en sesión celebrada el veintitrés de abril de 1980”.

En el de 1978 se informó que “un grupo de personas del poblado citado (Xaltocan) ocurrió ante el gobernador del Estado de México solicitando nuevamente la restitución de tierras, a lo cual la Comisión Agraria Mixta instauró el expediente número 4/978 el 2 de octubre de 1978, por la doble vía, restitutoria y dotatoria, publicando la solicitud el día cinco del mismo mes y año en la Gaceta Oficial del Gobierno del Estado de México, apoyándose en el numeral 275 de la Ley Federal de Reforma Agraria”.

En el siglo XXI los xaltocamecas siguieron su lucha por la tierra, en 2009 el Tribunal Unitario Agrario del Distrito 10 declaró improcedente su solicitud relativa al reconocimiento y titulación de bienes comunales de San Miguel Xaltocan. Esa negativa está en el juicio agrario TUA/10DTO/521/2007.

El 30 de mayo de 2015, ante la imposibilidad de acreditar la titularidad de esas tierras, en asamblea se solicitó la enajenación onerosa de los terrenos nacionales (las 745 hectáreas).

El 10 de marzo de 2019 la comunidad indígena de San Miguel Xaltocan votó por cederle a la Sedena 128 hectáreas —para la construcción del Aeropuerto Felipe Ángeles— de los terrenos nacionales que 722 comuneros usufructuaban históricamente, y a cambio recibir en propiedad el resto (617) que se dividirían de la forma en que lo decidieran los comuneros.

 Sólo que ahora la posibilidad de recibir un beneficio multimillonario ya dividió a estos ancestrales luchadores por la tierra.

 

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