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Nacional

PRI y Morena concentran la mayoría de los muertos; Integralia reporta 118 asesinatos hasta marzo

Cacicazgos y crimen organizado son las principales causas de los atentados, señala Rubio Pimienta

Ivonne Melgar | 04-05-2021
La exdiputada Gladys Merlín, con su hija Carla Enríquez Merlín, quien buscaba ser alcaldesa de Cosoleacaque.

CIUDAD DE MÉXICO.

El último reporte de Integralia Consultores reporta que entre septiembre de 2020 —inicio del actual proceso electoral— y marzo de 2021 se registraron 137 incidentes de violencia política que han dejado 169 víctimas, de las que 118 fueron mortales.

Este seguimiento ha contabilizado cuatro tipos de actores: funcionarios federales, estatales o municipales; exfuncionarios; aspirantes o candidatos a cargos de elección popular, y periodistas y activistas.

Excélsior trató de reconstruir las historias de los involucrados en los crímenes políticos, las condiciones en las que ocurrieron los hechos, así como las circunstancias detrás de cada caso.

En entrevista, Carlos Rubio Pimienta, responsable de Riesgo Político en Integralia Consultores, detalló que en el caso de las personas con militancia en algún partido político o que son candidatos o afiliados, se tienen contabilizados 66 asesinados hasta marzo anterior.

“Es un número relativamente inferior al que se registró en ese mismo periodo del proceso electoral de 2018. Creemos que una hipótesis inicial es que la contingencia sanitaria ha reducido la posibilidad de realizar estos atentados contra políticos porque los eventos públicos se han reducido”, explicó.

Detalló que Morena y el Revolucionario Institucional  son los partidos que concentran más víctimas, con 18 y 15 por ciento, respectivamente.

“Esto podría explicarse porque son los que tienen la mayor presencia regional en términos municipales y porque es posible que en las evaluaciones que el crimen organizado hace de los candidatos perciben que los de Morena tienen más posibilidades de triunfo y por lo tanto es más probable que se aproximen a ellos o tomen acciones en su contra, en caso de que se nieguen a entrar a esquemas de colusión, corrupción”, explica el maestro en Administración Pública por la Universidad de Columbia.

SON DOS LAS CAUSAS PRINCIPALES

Comentó que en la mayoría de los atentados se considera que fueron perpetrados premeditadamente por presuntos miembros del crimen organizado; pero también hay casos relacionados con cacicazgos e inseguridad pública.

Alertó que una tendencia observada en el seguimiento de Integralia es que las agresiones se registraron en municipios con presencia de mercados ilícitos por parte de quienes pretenden el dominio de éstos y del control político: extorsiones, tráfico de drogas, de personas, minería ilegal, animales en peligro de extinción, huachicoleo, entre otros. 

Egresado de Relaciones Internacionales de El Colegio de México, Rubio Pimienta explicó que el alto nivel de impunidad en la mayoría de casos responde al hecho de que las víctimas se dan principalmente a nivel municipal.

“Y ahí está el universo de los candidatos en riesgo y en muchos de esos municipios, las policías locales están coludidas con el crimen organizado y es difícil pensar que pueden ofrecer protección a quienes han sido amenazados por éste”, describió.

De manera que, alertó el consultor de Integralia, la estrategia gubernamental no atiende las causas estructurales del problema, comenzando por el hecho de que se carece de cifras oficiales y aún no se cuenta con un método de seguimiento que aplique a nivel nacional y atienda los lugares más vulnerables.

Los guardianes traicionaron a Gladys y Carla

XALAPA, Ver.— Madre e hija, siempre cuidadosas y buscando ser protegidas en uno de los estados con mayor violencia política, terminaron por ser traicionadas y asesinadas en su propia casa.

Primero tuvieron perros para resguardar su hogar y acabaron con uno de sus integrantes; contrataron personal de seguridad y todo hace suponer, de acuerdo con las investigaciones, que los guardias que cuidaban la casa de la aspirante a alcaldesa en Cosoleacaque, Carla Enríquez, y su madre, la exdiputada Gladys Merlín, acabaron con la vida de ambas.

En 2005, la tragedia ya las había envuelto: el 19 de enero Carlos Hugo Enríquez Montejo, médico, padre de Carla y esposo de Gladys, fue atacado por seis perros Rottweiler que presuntamente tenían para su protección.

La madre se encontraba en el Palacio Legislativo del estado cuando recibió la noticia; Carla tenía apenas 16 años. El traumático momento fue descrito solamente así: que unos familiares habían encontrado al médico agonizante. Uno de los perros había alcanzado a morderlo en el cuello.

Los lugareños recuerdan que no sabían qué pasaría con los perros, ya no era posible que estuvieran en ese lugar porque se ponía en riesgo la familia. El patriarca, Heliodoro Merlín, llegó con una pistola y mató a los seis perros.

Desde ese momento, Gladys, la madre, fue más cercana a Carla, la hija, a quien impulsó a ocupar diferentes cargos y a crear una fundación. La popularidad de ambas las llevaría nuevamente a participar en política. Tuvieron oportunidades, no siempre tuvieron éxito y menos en la era en la que al PRI le dieron la espalda.

Carla fue invitada por Morena a ser candidata, querían aprovechar su popularidad, pero la madrugada del 15 de febrero ella y su madre fueron víctimas de un ataque en su propia casa, esta vez por otro tipo de guardianes a los que les ganó la ambición y se llevaron joyas y dinero que había en una caja fuerte. Así acabó la vida de ambas.

 

 

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