México y EU, juntos en lo próspero y en lo adverso

A través de los años, México ha resultado ser un socio confiable, ya que abastece una amplia gama de productos a Estados Unidos, contribuyendo significativamente a su economía. Esto es resultado de al menos dos factores, como el nearshoring y el TLC/T-MEC, lo que ha llevado a un intercambio comercial fluido y eficiente. Esta relación en los años recientes, a pesar de los vaivenes globales, no ha hecho más que crecer.

En su último informe, la Oficina de Análisis Económico (BEA, por sus siglas en inglés) reportó que las importaciones de bienes provenientes de México representaron el 15.19% del total de sus importaciones, esta cifra coloca a México con solvencia, como el principal socio comercial de Estados Unidos, por delante de Canadá y China, que representaron el 13.73 y 13.20% de las importaciones, respectivamente.

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Lo anterior demuestra la complementariedad de ambas economías. Mientras que Estados Unidos es reconocido por su capacidad de innovación y su demanda interna, México destaca por su estructura de costos, su mano de obra calificada, manufactura sólida y sus recursos naturales. Esto ha dado lugar a una colaboración económica que se basa en la especialización productiva y el aprovechamiento de las ventajas comparativas de cada país. De esta manera, México se ha convertido en un importante proveedor de bienes intermedios y productos terminados para Estados Unidos, fortaleciendo así su posición como principal socio comercial.

Al analizar la composición de las exportaciones de bienes mexicanos a Estados Unidos, nos encontramos que cerca del 30% corresponden a vehículos, 25% a bienes de capital, 20% a insumos y materiales industriales, 15% a bienes de consumo y el 10% restante se distribuye entre alimentos y oro no monetario. Si bien, en el periodo 2003-2022, los vehículos han sido el principal producto de exportación, éstos han empezado a perder terreno frente a los bienes de capital (como las unidades de procesamiento digital, computadoras y maquinaria para diversas industrias).

Hay que hacer énfasis en que el sector automotriz sigue siendo un pilar fundamental en la relación comercial entre estos dos países, dado que México sigue desempeñando un papel crucial como proveedor de vehículos y componentes para este sector. Tan sólo en lo que va del 2023 se exportaron más de 1.2 millones de vehículos a Estados Unidos, que representa alrededor del 16% de las importaciones totales de automóviles de este país. De igual modo, las exportaciones de autopartes superaron los 20 mil millones de dólares, según información dada a conocer por la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).

La integración de las cadenas de suministro ha sido un aspecto clave en esta relación. Muchas empresas estadunidenses han establecido plantas de producción en México para aprovechar los costos laborales más bajos, mientras que México se ha beneficiado de la trasferencia de tecnología y la capacitación que acompañan estas inversiones. Dicha integración ha permitido la creación de cadenas de valor compartidas, donde los componentes y productos se mueven sin problemas entre México y Estados Unidos.

Esta integración entre ambos países se ha acelerado en los últimos veinte años. Si se consideran los flujos comerciales brutos entre dos naciones (exportaciones más importaciones), tendremos una buena medida de su grado de integración comercial. Considerando lo anterior, nos encontramos que para 2001 el grado de integración económica entre México y Estados Unidos (medido por la participación de México en los flujos comerciales brutos entre ambos paises) era de alrededor de 12%, y para 2022 se incrementó a cerca del 14%, a diferencia de Canadá, que, aun siendo el principal socio comercial de Estados Unidos para el mismo periodo, su grado de integración pasó de 20 a 14% para los mismos años. Esta situación se repitió con otros socios sociales, como Japón, Alemania, Corea, e incluso China, siendo este último caso consecuencia de su guerra comercial con Estados Unidos.

La asociación económica entre México y Estados Unidos ha florecido a lo largo de los años, con México emergiendo como el principal socio comercial de su vecino del norte. Esta relación deja al descubierto que la dependencia ya no va en un solo sentido, sino que ahora Estados Unidos también necesita de México para mitigar su decadencia frente al ascenso de nuevas potencias. Pareciera que ambas economías están juntas para siempre, bíblicamente, en lo próspero y en lo adverso.

*Analistas de llamadinero.com.

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*mcam