Liquidar estereotipos: Berenice Bueno, conductora del metro
Afirma que una las claves de mantenerse vigente en su trabajo es el apoyo que le brinda su pareja en todos los ámbitos

Berenice Bueno Garduño es una de los miles de mujeres en el país que ha logrado romper los estereotipos, ya que desde hace 15 años se desempeña como conductora del Metro en la CDMX, en la Línea 7 Rosario-Barranca del Muerto; trabajo que además combina con su labor de ama de casa, por lo que estas actividades se convierten en un reto diario para ella.
La verdad es una rutina pesada, no es fácil, pero tampoco es difícil, el hecho de ser mamá y ser conductora del Metro es una responsabilidad muy grande que como mamá me gusta compartírselo a mis hijos”, comentó.
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Además, ser mujer en este tipo de trabajos se ha convertido en una tarea difícil, ya que asegura, pese a que al paso de los años la forma de ver a la mujer dentro del campo laboral ha ido cambiando, aún se vive el machismo, y muchas veces son las mismas mujeres las que lo dificultan aún más.
Yo creo que eso no se termina todavía, la verdad sí es una lucha constante porque como en todo trabajo siempre hay gente buena y mala, y aunque ha sido difícil, me encanta lo que hago y prefiero enfocarme en realizar bien mi trabajo”.
El padre de Berenice fue conductor del Metro, quien le enseñó y sobre todo la motivó e impulsó a desempeñarse en este oficio, el cual comparte con su esposo, quien también forma parte del equipo de trabajo y a quien conoció hace 15 años cuando ambos comenzaron a laborar ahí, y con quien actualmente comparte no sólo la pasión por su profesión, sino las tareas del hogar y la crianza de sus hijos.
Cuento mucho con el apoyo de mi esposo que también es conductor; él cuida de los niños en la mañana, los lleva a la escuela, y yo los cuido por las tardes porque él trabaja por las tardes”.
Pero conducir este tipo de unidades no es una tarea fácil, sobre todo como mujer, ya que requiere de muchos cuidados y sobre todo, concentración.
Primeramente, aquí no tenemos acceso a los teléfonos, a los audífonos, o a portar agua o café, porque son situaciones que ayudan de alguna forma a distraerte, entonces tienes que estar concentrado y pendiente de lo que tienes enfrente”.
Y aunque asegura es un trabajo que la tiene muy muy feliz, los retos son muy grandes.
Primero que nada que no falle el tren, por que es una responsabilidad muy grande la que tenemos, el hecho de vigilar cada estación, o interestación, o túnel como lo conoce la gente, es difícil, por que tienes que estar vigilando que no rebasen, la línea amarilla, que no estén muy cerca del tren. Básicamente tienes que poner cien por ciento de atención a lo que haces”.
Pero no sólo los retos son grandes, también los miedos, ya que controlar un vehículo de este tipo no es sencillo, ya que la unidad tiene capacidad para aproximadamente 200 personas, pero además, las personas que esperan, se pueden convertir en un peligro.
Yo creo que lo que todos tememos es que se aviente alguien, que tome una decisión o que por accidente caiga, yo creo que ese es mi más grande miedo, el arrollar”.
Berenice tiene que levantar diariamente poco antes de las 4 de la mañana para llegar al trabajo a tiempo, mientras que su esposo se encarga de arreglar y llevar a sus dos pequeños hijos a la escuela, para que ella por la tarde se encargue de ellos y él se vaya a trabajar.
Una vez que llega a la estación del Metro, a donde debe de acudir siempre con su uniforme, botas dieléctricas, y su llave para mover la unidad, las tareas no paran, ya que aunque pudieran parecer actividades sencillas, ameritan mucha capacidad y atención, ya que ante cualquier falla, el sistema puede colapsar.
Una labor donde cada vez más mujeres participan.
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*mcam
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