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Histórico 1968: el Batallón Olimpia aparece en escena

Elementos de ese cuerpo del Ejército participaron en tareas operativas en el Movimiento Estudiantil; Excélsior documentó que efectivos al mando del mayor  Rafael Maldonado Gómez encontraron muerto en Zacatenco a un estudiante 

Andrés Becerril | 27-09-2018
Histórico 1968: el Batallón Olimpia aparece en escena
Con el retorno de Barros Sierra a Rectoría se intentó publicar información para encauzar la normalidad a la Ciudad de México.

CIUDAD DE MÉXICO.

La operación del Batallón Olimpia en el Movimiento Estudiantil —antes de la matanza del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco—, quedó registrada en la edición del 27 de septiembre de 1968 de Excélsior.

Elementos del Batallón Olimpia fueron quienes encontraron en las instalaciones de la Escuela de Ciencias Biológicas del Politécnico el cadáver de un joven. Tres días atrás, el 23 de septiembre, las instalaciones del Casco de Santo Tomás fueron ocupadas por  el Ejército; en ese operativo se reportaron dos muertos, un policía y un estudiante.

Pero el día 26 el Batallón Olimpia entró al Poli, encontró escondido a otro joven muerto de un balazo en el pecho a la altura del corazón. Inicialmente se creyó que el muerto escondido era Ángel Martínez Velázquez, quien fue la víctima juvenil el día 23. (En realidad se trataba de Víctor Manuel Hernández Linares).

El mismo día que se conoció la información del hallazgo del cadáver del joven estudiante, se publicó la noticia de que el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Javier Barros Sierra, había aceptado quedarse en el cargo y que demandaría al gobierno la desocupación militar de las instalaciones de la UNAM y restablecería el orden universitario.

Antonio Ortega, reportero de Excélsior le preguntó al rector: “¿Cuándo pedirá usted el retiro de las tropas militares de la Universidad? La respuesta, tras una pausa, fue: En breve, plazo... en muy breve plazo. Explicó que la tercera de las tareas será, reanudar cuanto antes las labores de investigación, las culturales, las administrativas y las de planeación”.

En la misma edición del diario se informó que 53 de las 54 personas arrestadas cuando el Ejército había ocupado las instalaciones de Ciudad Universitaria, el 18 de septiembre anterior, había recibido auto de formal prisión. Solamente Jorge Tamayo López Portillo había quedado en libertad por falta de méritos y  María Magdalena Varona fue enviada al Tribunal de Menores.

En ese proceso judicial quedaron formalmente presos, por diversos delitos, entre otros, Eli de Gortari, Manuel Marcué Pardiñas, la pintora guatemalteca Rina Lazo de García, Renán Enrique Cárdenas Marín, Adela Salazar Carbajal, Jaime Waise Stalier, Armando Castillejos Ortiz, Carlos Sevilla González, Francisco Valero Recio, Consuelo Espejel Guerrero y Miguel Reséndiz Martínez.

En la edición del 27 de septiembre de hace 50 años, Excélsior publicó que la Jefatura de Policía informó  que durante los últimos dos días había detenido a noventa y siete personas. La relación fue la siguiente: 20 aprehendidos con relación al incendio de un trolebús y dos autobuses, el miércoles (26 de septiembre de 1968), frente a la Preparatoria 7, en Zoquiapa y Calzada de la Viga. Tres capturados por el incendio de la motocicleta en Río Mississippi y Paseo de la Reforma, en  la misma fecha, aunque por la noche. Hubo 18 detenidos por alteración al orden público en la Alameda Central, el martes 25 de septiembre y 15 más, por el incendio de un trolebús y una camioneta, frente a la Preparatoria 7, el mismo martes 25. El resto habían sido detenidos por alborotar y entorpecer la labor de los bomberos y policías, en varios rumbos de la ciudad.

En la información relacionada con el descubrimiento de un muerto en el Politécnico, en la nota firmada por Víctor Payán se lee que el cuerpo de quien se creía era Ángel Martínez, estaba oculto atrás de unos estantes, en un aula del primer piso de la Escuela Superior de Medicina, del IPN.

El cuerpo —se lee en la nota periodística—, ya en estado de descomposición, estaba sobre una camilla de ruedas y tenía Parte de la cara tapada con una tela adhesiva y las manos atadas al pecho. Soldados del Batallón de Infantería Olimpia, al mando del mayor Rafael Maldonado Gómez, hicieron el descubrimiento, a las 11:20 horas (del 26 de septiembre de 1968).

Según la nota de hoy hace 50 años, los soldados informaron a su superior que del interior de un aula que estaba sellada salía un fuerte y desagradable olor. El aula fue abierta y se apreció que había servido como sala de emergencia. Se encontraron jeringas hipodérmicas y algunos medicamentos. Daniel Rosas Pérez, conserje de ese edificio, dijo a los investigadores, que reconocía al estudiante muerto como alumno de esa escuela, pero no pudo proporcionar su nombre. Para su identificación se dieron los siguientes datos: se trata de un joven pelirrojo, pecoso, de aproximadamente 22 años; de complexión robusta y estatura media. Usaba una camisa blanca que le fue rota del pecho, para descubrirle la herida, suéter de estambre angora, color café, pantalón azul y zapatos negros.

Al cuerpo del joven no se le encontró ninguna identificación. Y en ese momento se creyó que se trataba de Ángel Martínez Velázquez, reportado a las autoridades como desaparecido desde el martes pasado; después se supo era Víctor Manuel Hernández Linares.

En efecto se trataba de Hernández Linares, quien murió el 23 de septiembre de 1968 durante una batalla en el Casco de Santo Tomás. Se habló de decenas de heridos, de al menos 2 muertos y 350 estudiantes detenidos.

En un intento por recobrar la tranquilidad, y con el retorno de Barros Sierra a la rectoría de la máxima casa de estudios, Excélsior publicó información que trataba de encauzar a la normalidad a la Ciudad de México. “Paulatino retorno de la calma al DF”, dice el título la nota firmada por Payán.

Después de más de dos meses de conflicto callejeros con los estudiantes, se lee en la nota,  las acciones violentas de los huelguistas, disminuyeron considerablemente, y la policía no interrumpió los mítines.

De las acciones publicada hoy hace 50 años, destacaron tres incidentes: El estallido de un petardo en la sucursal Mixcalco del Banco Nacional de México, en La Merced, a las tres de la mañana; una hora después, un grupo de alborotadores arrojó una bomba molotov  bajo la camioneta del Departamento de Tránsito, placas 2922, y la incendió; y por la tarde, los huelguistas se apoderaron de un trolebús, en Coyoacán, y le prendieron fuego.

De acuerdo con la información recabada, aquel miércoles 26 de septiembre  de 1968 había sido el primer día en una semana sin enfrentamientos entre estudiantes y fuerzas del orden. Aunque sí hubo entre cuatro y cinco mítines estudiantiles. La principal actividad reportada por las autoridades sobre a lo que se dedicaron los estudiantes, fue a pedir dinero entre los automovilistas, para sostener el movimiento.

Sobre la explosión en el banco, se publicó hoy hace 50 años que cuatro individuos no identificados colocaron un petardo cerca de la puerta de cristal de la sucursal Mixcalco del Banco Nacional de México, y, al explotar, la hizo añicos. El agente del Ministerio Público de la primera delegación, licenciado Ramón García Guevara, al presentarse a la inspección ocular, para dar fe de los daños, recogió un tramo de mecha como de veinte centímetros de longitud, y parte de un cartucho de dinamita, que entregó a los agentes policíacos.

En la décima delegación se presentó el chofer Ramón Ángel Ramos, para denunciar que ayer, a las cuatro de la mañana, la camioneta del Departamento del Distrito Federal, placas 2922, que tiene a su cargo, había sido incendiada. El vehículo estaba estacionado en Cerrada de Santa Cruz, esquina con Avenida Coyoacán, en la colonia del Valle. Explicó que se encontraba durmiendo en su domicilio, cuando escuchó una explosión. Se asomó por una ventana y vio que la camioneta estaba envuelta en fuego. Más tarde se informó con los vecinos y éstos le dijeron que un grupo de cuatro o cinco jóvenes habían lanzado una bomba molotov  abajo el vehículo.

A las tres y media de la tarde de la víspera del 27 de septiembre de hace 50 años, un numeroso grupo de huelguistas se apoderó del trolebús número 3743, cuando éste circulaba por las calles de Presidente Carranza, a la altura de Carrillo Puerto, en Coyoacán. Los estudiantes ordenaron al pasaje que descendiera y luego rociaron el vehículo con gasolina y le prendieron fuego. Quedó totalmente destruido. Los granaderos hicieron acto de presencia, y los supuestos responsables huyeron.

Ese mismo 27 de septiembre de 1968, los estudiantes tenían programada una nueva manifestación. Estaba agendada para las 5 de la tarde de hoy hace 50 años. La idea era que iniciara después de un mitin en la Plaza de las Tres Culturas. La manifestación tendrá como punto de salida la unidad Nonoalco Tlatelolco y como punto final la Plaza de la Constitución.

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