El muro no frenò la migración; advierten consecuencias

LUKEVILLE, Arizona.

El muro fronterizo se construyó en zonas tan remotas, donde por su complicada orografía es prácticamente imposible que llegue el ser humano, por lo que la destrucción con dinamita que se hizo de cañones y montañas acabó sin ninguna justificación con corredores críticos del jaguar o el borrego cimarrón.

La valla de acero y concreto marcó sin duda un antes y un después, ya que representa la diferencia entre vivir y morir en el desierto de Sonora.

El pretexto para levantar la barrera de 9.1 metros por parte de Donald Trump era detener la migración ilegal, el trasiego de drogas y el tráfico de armas.

Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, en octubre, noviembre, diciembre y enero, se detuvo en Arizona a 74 mil 155 migrantes ilegales, 72.81% de origen mexicano, 18.28% guatemaltecos y el resto entre hondureños, salvadoreños y de otras nacionalidades.

La cifra oficial representa un alza de 62.8% con respecto al periodo fiscal anterior y la mayoría de los aseguramientos fueron de adultos solos, seguidos por niños no acompañados y familias.

“Los patrones migratorios no han cambiado, tenemos el mismo número de migrantes cruzando de manera ilegal que había antes de la construcción del muro”, aseguró Erick Meza, coordinador fronterizo de la organización Sierra Club.

El activista dijo que Donald Trump no tuvo reparo en gastar los fondos militares que desvío para el muro fronterizo en zonas como Nogales, donde la sierra ya era de por sí una barrera natural para evitar la migración.

“Esto fue totalmente una excusa para que los contratistas pudieran cobrar los grandes cheques, desafortunadamente en este caso la gran perdedora fue la naturaleza”, manifestó.

A decir de Verlon Jose, gobernador de los Líderes Tradicionales Tohono O’odham, las drogas y la migración siguen llegando por los puertos de entrada, debido a la corrupción de agentes estadunidenses.

En cambio, los impactos del muro fronterizo fueron para las costumbres y las tradiciones de los pueblos originarios, así como para la vida silvestre que muere sin agua ni alimento, y que vio interrumpidos sus ciclos biológicos.

Gabriela Lizárraga, autoridad tradicional Tohono O’odham en Sonoyta, Sonora, afirmó que el tráfico ilegal de personas sigue sin control, “eso lo sabemos nosotros, pero es un tema delicado”.

“Con el muro detuvieron otras cosas, en cuestión de mi comunidad, de mi pueblo, pararon cultura, pararon tradición, pararon la flora y la fauna; antes los venados venían a tomar agua o los cochis jabalines pasaban de Quitobaquito hacia la carretera para aparearse y ahora ya no”, lamentó.

Alfredo Martínez, quien es un participante activo de la ancestral Ceremonia de la Sal, indicó que la gente dedicada a actividades fuera de la ley sigue trabajando, mientras que al pueblo Tohono O’odham le quitaron parte de su territorio.

Ante esta realidad, el llamado del representante del Centro para la Diversidad Biológica, Alejandro Olivera, es para que el gobierno de México haga pública su condena al muro fronterizo.

“Hay un silencio total por parte del gobierno mexicano por la construcción del muro, a pesar de los daños que ha causado en ambos lados de la frontera”, comentó.

Por su parte, Verlon Jose, gobernador de los Líderes Tradicionales Tohono O’odham opinó que México tiene que hablar, “no sólo por el muro, sino por las afectaciones a la gente, que también es nuestra gente”.

En privado y a petición de la Unesco, el gobierno de México entregó el pasado 1 de febrero un reporte donde reconoce severas afectaciones a la Reserva de la Biosfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar como Patrimonio de la Humanidad, en la vida silvestre, ecosistemas y territorio.

Por ejemplo, en el caso del berrendo sonorense, especie en peligro de extinción, que corría libremente entre Sonora y Arizona, los registros en caminos de tierra cayeron de 26 ejemplares en 2019 a sólo 2 en 2021.

En el documento de 45 páginas, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas admitió que el principal impacto del muro es en la conectividad.

Establece que el efecto que tendrá sobre la biodiversidad, no será inmediato, y en especies como el borrego cimarrón, que tienen una larga expectativa de vida, podría tardar un año en hacerse evidente.

“Los casos más críticos de impactos negativos de la barrera física se han generado donde la escorrentía de aguas pluviales se obstruye. En algunos casos, la barrera física se derrumbó debido al empuje del remanso, provocando la inundación de viviendas, como en el caso de Agua Prieta o de las instalaciones portuarias fronterizas en Sonoyta, Sonora y Palomas, Chihuahua”, agrega.

El dato

• Con el muro, el gobierno mexicano advierte sobre el riesgo de destrucción de sitios sagrados, celebraciones religiosas y rutas ancestrales del pueblo Tohono O’odham.

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