Dignificar la seguridad privada
Armando Zúñiga Salinas —expresidente de Coparmex Ciudad de México y Consejero Nacional Coparmex, CCE y Concamin— reflexiona sobre el gran desafío que implica dignificar el trabajo de la seguridad privada en México.

Todos los días vemos en casi cualquier lugar a uno de los colaboradores de las empresas de seguridad privada, la mayoría en instituciones privadas: bancos, tiendas departamentales, transporte.
Muchos de nosotros conocemos a uno y, por qué no decirlo, algún familiar trabaja o ha trabajado en una de estas empresas. Sin duda, una industria tan importante como el 1.8% del Producto Interno Bruto que representa su valor de mercado.

Foto: Armando Zúñiga Salinas, expresidente de Coparmex CDMX y Consejero Nacional Coparmex, CCE y Concamin.
A pesar de los esfuerzos y el trabajo que se ha realizado durante años, dignificar la seguridad privada en México es un desafío importante que requiere de varias acciones. Sin duda, entre las más importantes y a tomar en cuenta se encuentran las siguientes:
1. Profesionalización: es fundamental mejorar la formación y capacitación de los elementos de seguridad privada. Esto incluye establecer estándares de competencia, promover la certificación y fomentar el desarrollo de habilidades técnicas y de servicio al cliente. Una formación técnica y una Licenciatura serán fundamentales para tener mejores resultados a futuro y prestar mejores servicios.
2. Mejora salarial: un tema fundamental es alcanzar salarios en la línea de bienestar que promueve desde hace varios años COPARMEX, así como mejorar prestaciones a los asociados en temas como seguros médicos, entre otros.
3. Regulación efectiva: es necesario fortalecer y hacer cumplir la normativa que regula la seguridad privada, asegurando que las empresas y los elementos de seguridad cumplan con los requisitos legales y éticos.
Es necesaria una Ley General que establezca reglas únicas a nivel Nacional y distribuya competencias entre Federación, estados y municipios, para lo cual se impulsó y logró una reforma constitucional que faculta al Congreso de la Unión emitir dicha Ley; desde hace tres años término ha vencido.
4. Colaboración público-privada: promover la colaboración entre el sector público y privado para mejorar la seguridad en general. Esto implica compartir información, coordinar acciones y establecer alianzas estratégicas para enfrentar los desafíos de manera conjunta como se hace con excelentes resultados en otros países como España, Francia, así como Colombia en América Latina.
5. Ética y responsabilidad: fomentar una cultura de ética y responsabilidad en el sector de seguridad privada es fundamental. Esto implica promover el respeto a los derechos humanos, la transparencia en las operaciones y la rendición de cuentas ante la comunidad y las autoridades, así como evitar la competencia desleal.
6. Tecnología e innovación: la implementación de tecnología y soluciones innovadoras puede contribuir a mejorar la eficiencia y efectividad de los servicios de seguridad privada. Esto incluye el uso de sistemas de vigilancia avanzados, análisis de datos y herramientas de comunicación.
7.- Respeto y reconocimiento de la sociedad como figura de autoridad.
8.- Romper el círculo vicioso en donde muchas empresas contratan los servicios más baratos a costa de bajos salarios, falta de prestaciones, sin capacitación ni controles de confianza, lo que fomenta la informalidad y competencia desleal así como la evasión de impuestos.
Como sociedad, debemos reconocer la importante labor que lleva a cabo este sector pues coadyuva con las autoridades de seguridad pública, además de cuidar los bienes y servicios que consumimos.
Éstas son sólo algunas medidas que podrían contribuir a dignificar la seguridad privada en México. Tengo la certeza de que es importante que gobierno, empresas de seguridad y la sociedad trabajen de manera conjunta para lograr un cambio positivo en este ámbito.
¡Hagámoslo!
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